13ª Tour Francia: Cruz para Valverde; cara para Cavendish

La vigésimo quinta victoria del británico / Tour

Fernando Ferrari / Ciclo 21 /

Del aparente sosiego a la guerra total. El viento, ese acompañante intermitente y siempre molesto en cualquier competición ciclista, fue la mecha que encendió la explosión inesperada y letal. Y la victima más sacudida fue Alejandro Valverde. Cortado Marcel Kittel, con el Omega tirando por delante, abanicos, tensión y paso por el avituallamiento fue el cóctel perfecto para cualquier percance. Y en esta ocasión le tocó al jefe de filas del Movistar, hasta ese momento segundo de la general y mejor español. Un enganchón por detrás de otro corredor le inutilizó su rueda trasera, con la consiguinte pérdida de tiempo para reengancharse con el grupo de Froome, pero fue tarde, demasiado tarde. Ni el apoyo de sus compañeros, incluido el hasta hoy décimo Rui Costa, ni el posterior alcance del grupo de Kittel, pudo devolverle a su anterior ubicación. Y en esa situación no hay vuelta de hoja. Los primeros van más rápidos y los perseguidores, impotentes, ven como van perdiendo más y más minutos. Una debacle para Movistar -ya solo con Quintana entre los mejores- y para un Valverde al que se le esfuma otra posibilidad -y ya van- de subir por primera vez al podio el Tour. Al final, más de nueve minutos le condenan a empresas secundarias.

Si la cruz fue la de Valverde- también se cortaron los «Euskaltel» Nieve y Antón y el «Katusha» Moreno, que estaban entre los 20 mejores- la cara fue para Cavendish, el Saxo de Contador y Kreuziger y el Belkin de Mollema y Ten Dam. Fueron unos 70 kilómetros finales de una etapa orográficamente insulsa -sólo un puerto de 4ª categoría- que se conrvirtió en un campo de batalla táctico formidable. Una pugna entre los equipos de los velocistas por dejar a otros descolgados, otra por impedir el retorno de Valverde -por mucho que no lo reconozcan sus rivales- otra tercera por dinamitar las fuerzas de Sky y Froome y una cuarta por dilucidar el ganador parcial de la de, sin duda, la etapa más amena y entretenida de esta centenaria edición. Fue una amalgama de alianzas entre varios equipos que iban aunando intereses a medida que se acumulaban los kilómetros y se iban agrandando las diferencias. Todo parecía encauzado entre el grupo de Froome y el de Valverde, entre el de Cavendish y Kittel, pero no. Quedaba otra acción también inesperada, magistral y eficaz.

El percance de Valverde / Foto Tour

Y ésa fue la que encabezó el Saxo-Tinkoff danés -nuevo líder por equipos en detrimento de Movistar-, liderado por Alberto Contador y Roman Kreuziger y con un capitán de ruta como el veterano italiano Matteo Tosatto, experto en miles de lides como las de esta jornada. Retirado Boasson Hagen por su fractura de omóplato, el Sky británico no tiene la gasolina de 2012. Le cuesta asumir el mando del pelotón y más en un día como el de hoy. Y el conjunto de Riis, en una maniobra improvisada, atacó con todos sus elementos -Contador, Kreuziger, Bennati, Rogers, Tosatto y Roche– a 31 kilómetros de meta, dejando a Froome y al Sky tan en evidencia como desvalidos. Y como en el caso de Valverde, la diferencia fue creciendo, creciendo hasta llegar al 1:09, ventaja que han reducido tanto el madrileño como Kreuziger y la atenta pareja del Belkin holandés, Mollema y Ten Dam. También anduvo listo el danés Fuglsang, que sube del 12 al 6º puesto y al menos, Valverde sale del top 10, pero entra Joaquim Purito Rodríguez.

Y entre los listos, los oportunistas y los sagaces se encuentran Mark Cavendish -apoyado por el impagable Sylvain Chavanel– y Peter Sagan, dos corredores voraces y concentrados en la opción de aspirar a la victoria. Y en este escenario, Cavendish apenas tuvo problema para lograr su segunda victoria de etapa en el Tour de Francia y su vigésimo quinta victoria en sus participaciones en la ronda francesa, todo un hito para el corredor de la isla de Man. El campeón de Eslovaquia sigue sumando puntos para el verde, pero lo reconoció el otro día. «Ganar a Cavendish es imposible». Pues hoy al menos sí.

Y para este sábado, víspera de la etapa dominical con meta en la cima del mítico Mont Ventoux, viaje entre Saint-Pourçain-sur-Sioule y la gran ciudad de Lyon, con un perfil con siete pequeños puertos, quebrado y, tras lo visto hoy, susceptible de que pase cualquier cosa. C’est le Tour!

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