Andorra’15, la quizás etapa más dura de 70 Vueltas

Perfil de la etapa © cronoescalada.com

Perfil de la etapa © cronoescalada.com

El día llega este miércoles 2 de septiembre. Tras el descanso activo en el Principado de Andorra, arriba la etapa reina diseñada por el residente Joaquim «Purito» Rodríguez. Una jornada que puede pasar a la historia y que -posiblemente- es la más dura de las 69 ediciones anteriores y las ya diez etapas celebradas. Tom Dumoulin saldrá de rojo con 57″ segundos de ventaja sobre el propio catalán del Katusha.

El recorrido atraviesa las siete parroquias del país, saliendo del Parque Central y llegando a los Cortals de Encamp (2.083 metros). La etapa por Escaldes-Engordany, Vila / Collada de Beixalís (1.795 metros), Anyós-La Massana, Ordino, el Coll de Ordino (1.938 metros), Canillo, Encamp, Carretera del Obac, Av. Tarragona, Av. Salou, Sant Julià de Lòria, Juberri, La Peguera (1.821 metros), Aixirivall, Fontaneda, Collada de la Gallina (1.910 metros), Canòlich, Aixovall y La Comella (1.347 metros), para llegar finalmente a los Cortals de Encamp.

Guillén. Escartín, Purito y Camp

Guillén. Escartín, Camp y Purito

La etapa andorrana de La Vuelta tendrá un recorrido de 138 kilómetros dentro del Principado y un desnivel acumulado de nada menos que 5.230 metros.

Es la primera vez que esta competición haga una etapa íntegra en Andorra y que tuvo recientemente su versión cicloturista con la Purito Andorra. El catalán del Katusha ya avanzó en su día en una entrevista a Ciclo 21 cómo iba a ser la jornada. «Va a ser una etapa espectacular, muy dura. En ese aspecto tanto la Vuelta como Andorra han apostado por un estilo muy agresivo para diseñarla. Posiblemente no recuerde una etapa tan extremadamente dura en la Vuelta a España en los últimos años. He dado mis ideas como conocedor del país y creo que tanto Escartín como Giner me han hecho caso».

En la rueda de prensa previa a la jornada, Purito comentó que «la tengo miedo por las veces que la he hecho he llegado ‘cascao. Es una de las etapas más duras que se haya corrido nunca. Sólo la comparo a una del Giro 2011 que ganó Nieve. No creo que haya sorpresas. Todos los puertos tiene algo especial. Es la etapa más dura y la mas corta, que es lo que la hace dura, no hay nada llano. Estaremos la mitad de la etapa a 1.700 metros. Es dura, pero al que le guste este rollo va a disfrutar. Los globeros están encantados. El equipo que meta gente por delante tiene mucho que ganar. Es una etapa que quedará marcada por la historia».

Sección Vuelta España

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Rafa Mora con @ciclo21

Rafa Mora en La Gallina con @ciclo21

Rafa Mora, periodista y redactor-jefe de El Periódic d’Andorra y activo cicloturista, es uno de los mejores conocedores de la etapa andorrana. Unas cimas que ha hollado en diferentes ocasiones y todas juntas como participante y clasificado en meta en la primera edición de la marcha cicloturista. Un experto del terreno que desgrana en exclusiva para Ciclo 21 las dificultades de una jornada que se presume épica.

Collada de Beixalís: «Es un puerto absolutamente desconocido pero que en Andorra ha tenido mucho tirón desde que se asfaltó el pasado mes de julio. Antes se podía llegar hasta un poco más arriba de Vila d’Encamp, es decir, que se podía subir lo que es realmente duro, porque la carretera no solo es en algunos tramos muy exigente con rampas que pueden superar el 15%, sino que es estrecho, muy estrecho, por donde un coche a veces incluso pasa justo. Eso son los primeros kilómetros, 2 a lo sumo, porque luego una vez se llega a una granja rebaja mucho el desnivel y ya se hace un puerto muy normal, de hecho facilón para los profesionales».

Ordino: Puerto muy constante a diferencia de Beixalís. Tiene una media de más del 8% y exige mucho pero si se sube a ritmo se pasa rápido. Es el típico puerto que hace daño porque es muy, muy seguido el desnivel. Empieza fuerte, con algún tramo al 9% y cuando se pasan las viviendas y el hotel que hay a la izquierda se queda en un puerto agradecido porque el ciclista ya se ha adaptado a su constancia. Son unos 9 kilómetros que se coronan a más de 1.900 metros, lo que lo hace ya peligroso no solo por esa altitud sino también porque en caso de frío o lluvia el cuerpo corre peligro de destemplarse fácilmente. La bajada es rapidísima».

La Peguera: La Peguera es la ascensión a la Rabassa pero sin llegar al final del todo, donde se acaba la carretera. Desde el cruce que cogen para bajar por el otro lado (Aixirivall) hasta arriba quedan unos 4 kilómetros que en esta Vuelta no se hacen. La subida es por Juberri y hasta esta localidad es muy dura. Hay tramos realmente exigentes y además con carretera ancha, lo que lo hace más pesado. El paso por Juberri es el tramo más duro pero una vez se acaba el pueblo es una ‘autopista’ donde los profesionales pueden poner plato grande con cierta facilidad. Desde Juberri es muy tranquilo sin cambios bruscos, con pendientes que no superan el 6 o 7%. Su dureza está sin embargo en que se hace largo. Además hay que tener en cuenta que se empieza a subir el puerto después de un largo descenso desde el coll de Ordino, lo que deja frías las piernas del ciclista».

La Gallina: Puerto espectacular por todo. Primero porque te avisa de la dureza desde la primera rampa en la misma base del río. Tiene unos primeros kilómetros que merecen tomárselo con calma porque se pueden pagar esfuerzos. Hasta el cementerio se sube con dureza pero luego hay un pequeño descenso que permite respirar un poco y el repunte no es duro, sino paulatino. A partir de ese momento sube constante y precioso con vistas espectaculares que son aún mejores cuando se llega a la granja desde la cual se coge el desvío hacia el tramo recién asfaltado. Aquí viene la trampa. Unos 300 metros casi llanos y después un kilómetro y medio entre bosque, carretera estrecha y unas rampas in crescendo que hacen sufrir mucho. En ese punto además no se ve el final de la rampa y no cesa la pendiente hasta que una curva a la derecha empieza a ofrecer las vistas más maravillosas de la etapa. Sin embargo será el peor momento para los corredores porque son los últimos tres kilómetros que ya han dejado muy tocadas las piernas. Se corona con apenas 100 km pero las fuerzas ya flojean. El descenso es peligroso, curveado y peraltado, y sobre todo estrecho».

La Comella: El más corto de todos pero ojo con sus desniveles. El primer kilómetro y el último agarran mucho. Además se viene después de bajar la Gallina y el tramo de subida rápida hacia Andorra la Vella que dejará a más de uno seco si se ha olvidado de comer y beber. Esa transición puede ser clave. La Comella parece una chincheta al lado de todos los otros colosos pero no hay que subestimarlo. Desde la Casa de Colònies hasta la cima se pasa por unos merenderos en unos últimos 400 metros que a ritmo alto pueden sentenciar a alguno.

Els Cortals d’Encamp: El tránsito hasta el inicio del puerto es cuesta arriba, así es que decir que solo tiene 8 kilómetros es decir demasiado. La aproximación es dolorosa, cansina sería la palabra adecuada porque es un tramo de carretera ancha (es el eje principal de Andorra). Desde la rotonda del Funicamp a la derecha ya empieza oficialmente el puerto, con 4 primeros kilómetros extremos tanto por las rampas como por el tute que llevarán los corredores. Hasta llegar a una altitud de 1.600 metros a la altura del Camí de les Pardines, donde hay una pequeña bajadita de apenas 50 metros, la subida deja sin aliento. Hay que empezar a pensar en llegar y olvidarse del resto porque pese a que relaja la pendiente desde los primeros 4 kilómetros sí que es verdad que hay algún tramo intermedio en los que se agarra mucho. Cuandp se gira a la derecha en una curva de herradura ancha y ‘casi plana’ ya llega el camino directo a meta, aunque aún queden 3 kilómetros.  La altitud (se corona a más de 2.000 metros) hace mella pero los últimos dos kilómetros hasta la meta son muy llevaderos, pero solo si se han guardado fuerzas.

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