Anna González: «Hasta el Congreso, no he parado»

Anna González, en el Congreso de los Diputados

Rafa Mora / Ciclo 21 / La Seu d’Urgell (Lleida)

Una proposición de ley para la protección de las víctimas de accidentes ciclistas (y más allá) que fue presentada en junio y votada en septiembre, con el periodo de enmiendas abierto y en vías de solución en apenas tres meses. Va por la vía rápida y así lo cree Anna González, que lleva dos años luchando por cambiar un texto legal que no considera justo. El movimiento #Porunaleyjusta lleva su firma, pero de aquí han salido las miles de ellas que han permitido que los políticos reaccionaran.

-Estando como está ahora la pelota en el Congreso, ¿cuál es el siguiente paso?

-Ahora estamos en el proceso de las enmiendas. Estamos ayudando a los partidos políticos con ellas, colaborando con sus abogados, en la medida que podemos, para que complementen el texto con enmiendas, sobre todo en lo que se refiere a la imprudencia leve, para que vuelva a entrar en el Código Penal.

-¿No hay fechas marcadas?

-Desde el Partido Popular, Rafael Hernando me dijo que sería máximo tres meses, pero ya depende de los partidos, de las enmiendas, de si hay prórrogas. Pero tres meses es el tiempo establecido.

-Y a partir de aquí, ¿cree que cambiará el grueso de la propuesta?

-Lo que es la proposición de ley del Partido Popular es el pilar y lo que se tienen que añadir son pinceladas, sobre todo con lo de la imprudencia leve. Creo que Podemos es posible que ponga algo sobre la protección a las víctimas ante las aseguradoras.

-¿Ya se puede anunciar que habrá algún cambio sustancial?

-Seguro que se solicita que la imprudencia leve vuelva al Código Penal, y de una manera u otra, la protección a las víctimas también.

-Cuando la gente escucha que aumentarán las penas, ¿en qué sentido?

-El aumento de las penas será en atropellos múltiples. Actualmente el máximo son cuatro años, atropelles a una persona o a diez. A partir de ahora aumentará hasta los nueve años, dependiendo de las personas que se hayan atropellado. Además se suman los delitos. Antes la condena era por el delito más grave, que lo máximo eran cuatro años, y ahora se sumarán las condenas. Por ejemplo, si hay un homicidio por imprudencia grave más una omisión al deber de socorro, sumará.

-¿Cuánto le ha costado llegar a este punto?

-Ha sido un proyecto, una empresa sin tiempo marcado porque no sabíamos el tiempo que podríamos tardar, y el esfuerzo ha sido descomunal.

-¿Cómo comienza todo esto?

-Todo empieza en Torrejón de la Calzada, a Madrid, en una reunión con los abogados, las hermanas de Óscar y dos amigas, una psicóloga, que es la que me ha ayudado a preparar los textos, y todo con un trabajo altruista de mucha gente. Luego ya cuando vine a la Seu d’Urgell ya desde aquí.

-¿Cómo está usted de cansada?

-Cansadísima. Con ganas de vivir un poco más. Este verano he podido desconectar bastante, he empezado a volver a la montaña, donde voy bastante. He hecho una reconexión y la idea es ir diluyendo ya. Han sido dos años, en enero hará dos años.

-¿Pensaba que llegaría a dónde ha llegado?

-Sí, es como si uno va a subir el Cabús y no piensa que va a llegar. Tu mente está en que tienes que llegar. Sabes que llegarás al final del puerto. Mi final era el Congreso, y hasta que no he llegado no he parado.

-¿El ciclista se puede sentir más seguro a raíz de todo lo que se ha movido?

-El ciclista y el colectivo ciclista tiene una relevancia en el Congreso que antes no existía. Ahora tienen una relevancia especial. Empezó Pedro Delgado en su momento y se ha continuado. Lo ideal sería que esto no parara. Que fuera un trabajo de las federaciones y de las asociaciones de ciclistas. Creo que se pueden sentir más seguros, sobre todo a la hora de sufrir un accidente de tráfico sentirse más cubiertos que Óscar.

-Ha tenido que entrar en el círculo político, pero ¿cuánto ha costado llegar a federaciones, a asociaciones de ciclistas…?

-Hubo federaciones o asociaciones que en seguida se implicaron, como la Volta Catalunya, la ACP, la Federació Catalana de Ciclisme, la de Triatlón a nivel nacional… con la Federación Española me costó un poco más, pero poco a poco hemos ido consiguiendo que me apoyaran.

¿Y por qué costaba tanto esa adhesión cuando se supone que es un tema tan humano?

-Pues porque no deja de ser un tema, entre comillas, político. Cambiar una ley lo relacionan con la política. Yo no lo veía así porque es un tema social, es un tema de humanidad, pero ellos lo veían muy político. Ha costado mucho que cambiaran esta visión. Ya entiendo que reciben subvenciones, pero no es un tema político porque hay víctimas, hay personas que se quedan tetrapléjicas, parapléjicas. Son gente que necesita que se cambie la ley y tener una protección. Todo esto tenía que haber salido desde las asociaciones de ciclismo y desde las federaciones, no de una persona viuda que está en una situación vulnerable y tiene que iniciar una lucha de este tipo. Al final sí he tenido el apoyo de todos, pero sí se han vivido situaciones desagradables, entre comillas, por no tener apoyo. Los políticos tenían que haber visto que hay una parte del Código Penal que no está protegiendo y que se tenía que hacer algo por cambiarlo. Eso de que un muerto no necesita socorro, no. Al principio yo tenía la sensación de que la gente no me creía, gente espectalizada en estos temas. Ha costado mucho.

-Cuando llega a Madrid y tiene los primeros contactos, ¿con qué se encuentra?

-Yo salí muy contenta del Congreso. No había Gobierno, y en noviembre cuando se formó pedí cita a todos los partidos políticos y allí tuve claro que esto iría adelante. Todos me escucharon y me prometieron que trabajarían en este sentido. En noviembre tuve las reuniones, en diciembre la reunión con el ministro, presentamos las firmas en marzo, el 30 de junio se anuncia la proposición de ley. Si ha ido lento ha sido porque no teníamos Gobierno, nada más. Creo que si hubiese ido con 50.000 firmas me hubiesen escuchado igual que yendo con 150.000.

-Miraba antes hacia atrás.

-Sí… mi marido, cuando subía un puerto, desde arriba hacía una foto desde arriba de las curvas que había hecho. Pues yo estoy ahora mismo en eso, haciendo una foto de todo el recorrido que hemos hecho. Ha habido momentos muy duros y momentos muy buenos. He pensado en tirar la toalla porque el colectivo ciclista no se implicaba y yo pedía ayuda.

-¿Es consciente de la imagen que traslada de firmeza ante un problema grave lleno de dificultades? Es decir, usted es un ejemplo de que, ante la pasividad de la mayoría de la gente, moviéndose se pueden conseguir cosas como esta que parece que no están en manos de los ciudadanos.

-De la imagen que doy no soy consciente, pero sí soy consciente de que por ejemplo para las víctimas, con las que tengo contacto, soy un poco un ejemplo para ellas. Ya no de luchar por obtener derechos, sino de luchar cada día para levantarte de la cama con una sonrisa y vivir. En este sentido, sí. La sociedad… el otro día leí una frase que decía: «Somos una sociedad fácil para tiempos difíciles». Estamos viviendo un tiempo difícil en el que deberíamos reclamar derechos que se nos quitan y la mayoría de las personas ni se dan cuenta. Se hizo la reforma del Código Penal, que fue devastadora, y mucha gente no era consciente.

-Si se tuviese que quedar con una persona que dijera que su apoyo fue clave, ¿cuál sería?

-No sabría decir una… La primera persona que me dio visibilidad en las redes sociales fue Pedro Delgado. Escribí una carta de denuncia en diciembre de 2015 y se la envié por correo electrónico y él la difundió. Yo quería informar, pensaba en hacer recogida de firmas pero no lo tenía muy estudiado. Desde entonces la carta cogió mucha fuerza y a raíz de eso empezamos con la recogida de firmas. Como persona fundamental fue él. Porque además es una persona superinteligente, que tiene mucha experiencia. A mí lo primero que me dijo Pedro Delgado cuando me vio en persona fue «no sigas, no lo hagas porque es como darte contra un muro de hormigón, no lo vas a conseguir». Le contesté que no sabía con quién estaba hablando, y que sí lo iba a conseguir. Pero todo esto no afecta solo a los ciclistas, sino que afecta a todos los usuarios de las carreteras. Hay un padre que perdió a su hija porque dos coches de alta gama y sin luces a toda velocidad se estrellaron contra el vehículo de su hija, y murió, y luego se dieron a la fuga. A eso también afecta.

-Seguirá recibiendo mensajes de este tipo.

-Yo esto de escuchar a las víctimas lo seguiré haciendo porque me sale del corazón y porque cuando pasó lo de Óscar me sentí muy perdida. No sabía qué hacer. Ponía en google ‘accidentes ciclistas’ y solo salían abogados. Ahora sale que hay un movimiento. Hemos hecho porosa la Federación de Ciclismo, por ejemplo. El tema que se veía como más político ahora se ve más social, y muchos detalles, como que en marchas cicloturistas se pone el dorsal solidario por las víctimas, se hacen minutos de silencio y, en definitva, hay más concienciación.

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