Balance equipos españoles PCT 2019 (3): Euskadi-Murias

Mikel Iturria ganó en la Vuelta a España / © Sarah Meyssonnier

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Es difícil, en estos casos, no recurrir a ese tópico que dice que en España se entierra muy bien. Que, una vez difunto, hasta el canalla más grande muta en una gran persona llena de virtudes. Algo así se podría decir de un Euskadi-Murias que, tras defender con notable éxito y coherencia su modelo y propuesta de ciclismo, se ha visto obligado a bajar la persiana, quizás, también víctima de sí mismo.

Nueve victorias, incluida una etapa en la Vuelta a España, deberían ser una hoja de servicios suficiente para asegurar la continuidad de un proyecto como el que encabezaba Jon Odriozola, un hombre que durante la Vuelta a España se mostraba muy esperanzado de cara al futuro, pero al que todo se le vino encima poco después del final de la ronda española.

Euskadi-Murias ha sido, principalmente, víctima de dos cuestiones: su propio éxito y su autoimpuesta filosofía, sin que ninguna de las dos cosas pueda ser criticada o echada en cara. El equipo apostó desde el principio por recuperar ese modelo triunfal del Euskaltel-Euskadi de los mejores años y por un ciclismo, grabado a fuego en su ADN, espectacular, combativo y ambicioso.

El problema principal es que, pese a los buenos réditos deportivos obtenidos por el equipo verde, el ciclismo actual es muy distinto a aquel que vio volar a la naranja mecánica de Euskaltel-Euskadi en el Tour de Francia. En un deporte con presupuestos cada vez más inflados y en los que los equipos han perdido, por exigencias del guion, la esencia de su país de bandera, se hacía muy complicado pensar que ese romántico empeño de Odriozola y los suyos no acabara viéndose abocado a una complicadísima decisión: abandonar esa filosofía o dejar de crecer.

En cualquier caso, y por triste que sea la marcha de un equipo como Euskadi-Murias, que peleó con otros muchos PCT con, en muchos casos, muchos menos recursos, la temporada final del conjunto vasco nos han dejado a todos con un gran sabor de boca demostrando, una vez más, que su inagotable cantera seguirá siendo afluente de estrellas durante muchos años.

El triunfo de Mikel Iturra en la undécima etapa de la Vuelta a España fue la guinda a una gran temporada y, aunque entonces no lo sabíamos, al paso del equipo por el ciclismo profesional. Un año en el que, además, brillaron con fuerza en Portugal y en el que también mojaron en la Vuelta a Castilla y León y el Tour du Limousin.

Los peor parados de toda esta historia, como siempre ocurre en estos casos, son los siete corredores que, a día de hoy, todavía no han encontrado acomodo para un 2020 que cada vez tiene menos huecos libres. Ander Barrenetxea, Mario González, Beñat Intxausti, Juan Antonio López-Cózar, Sergio Rodríguez, Gotzon Udondo y José Daniel Viejo son los ciclistas que siguen esperando noticias sobre su futuro a escasos 20 días de que despidamos 2019 con las tradicionales doce uvas.

Triste epitafio, es cierto, para un equipo que le ha dado mucho al ciclismo de Euskadi y de toda España. Decía Odriozola que esto sólo es un punto y seguido. Esperemos que así sea. Mientras tanto, eskerrik asko.

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