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Bochaca, Figueras y Palacios © Generalitat
La Federación Catalana de Ciclismo (FCC) ha propuesto hoy a la Secretaría General del Deporte de la Generalitat Catalana el proyecto de creación de un equipo de carretera de la categoría profesional continental, por debajo de la World Tour, que esté operativo para la temporada 2018.
El secretario general del Deporte, Gerard Figueras, ha conocido la propuesta de la FCC durante la reunión mantenida con el presidente de la entidad, Josep Bochaca, en la sede del Consejo Catalán del Deporte, en Esplugues de Llobregat.
El encuentro ha sido un primer punto de partida del proyecto y las dos partes han acordado el inicio de las gestiones conjuntas para empezar a buscar los recursos necesarios que lo hagan viable. En la reunión también estaba presente Antonio Palacios, presidente de la Unión Ciclista Vilanova, como ha informado el gobierno catalán.
El objetivo sería aglutinar a los corredores catalanes tanto actuales como los elites y sub-23 para crear un conjunto de corte autonómico y dar salida a la cantera de Barcelona, Tarragona, Girona y Lleida, siguiendo el anterior ejemplo de Euskaltel-Euskadi u otros proyectos similares con apoyo institucional como los desaparecidos Andalucía o Comunitat Valenciana. La cuestión es quién o quiénes se encargarán de sufragar el presupuesto.
Carbonell (Inteja), Cassenh (Massi), De la Cruz (Etixx), Airán Fernández (Matrix), Ginés (D’Amico), Guerrero (D’Amico), Losada (Katusha), Lozano (Novo Nordisk), Moreno (Raleigh), Pedrero (Movistar), Benjamí Prades (Ukyo), Eduard Prades (Caja Rural), Joaquim Rodríguez (Katusha/Bahrain), Simón (ActiveJet/Funvic), Solé (Burgos), Soler (Movistar), Vilanova (Massi) y Zurita (Vorarlberg) son los 18 catalanes que han tenido contrato esta campaña 2016.
Precisamente la Generalitat Valenciana que preside Ximo Puig también tiene sobre la mesa el proyecto de creación de un conjunto profesional -como publicamos aquí–, pero comenzando desde la tercera división, la continental, y tejiendo paralelamente una aulas de ciclismo en sintonía con las de la Fundación Euskadi. Una idea muy primigenia y sin plazos de ejecución, aunque con la decisión de darle salida y continuidad a la estructura.
