Copa España elite/sub-23: Preocupante punto de inflexión

Antonio Soto, con el maillot de líder de la Copa de España. (Oskar Matxin).

De forma un tanto inesperada, pero que a nadie debe sorprender, la RFEC anunciaba ayer la inclusión de una novena y última prueba para la Copa de España élite y sub23, el Gran Premio Primavera de Ontur. Por primera vez, la decisión tomada por AEOPCES –la Asociación de los Organizadores que hasta ahora controlaba la Copa de España- en su Asamblea de 10 de noviembre, pero que no fue anunciada hasta el 27 del mismo mes, se veía corregida por la propia Federación, quien hacía valer ese artículo II.F.1 de sus reglamentos Técnicos: “Las Copas de España de Ciclismo son propiedad exclusiva de la Real Federación Española de Ciclismo”.

EL CALENDARIO

24 febrero. Circuito Guadiana

10 marzo. Trofeo Guerrita

17 marzo. Aiztondo Klasika

21 marzo. GP Primavera Ontur

24 marzo. Memorial Momparler

31 marzo. Clásica Ciudad de Torredonjimeno

7 abril. Memorial Valenciaga

1 mayo. Santikutz Klasika

5 mayo. Gran Premio Macario

La decisión, insistimos, no debe sorprender a nadie, a tenor de los últimos acontecimientos relativos al ciclismo aficionado, pero sí marca un punto de inflexión en la historia de esta competición. Creada en 1999, gracias al esfuerzo de Josep d. Bochaca por actualizar y modernizar los Reglamentos y la estructura del calendario federativo -la persona que más ha hecho dentro del ciclismo federativo por estos aspectos y con diferencia-, ha sido el esfuerzo de AEOPCES y de su dinámico presidente Manuel Moreno, lo que contribuyó a darle la importancia que actualmente como eje del calendario de la categoría de plata, ante la desidia de la propia Federación. Sin embargo, en los últimos años, la Federación ha querido recuperar el control de la competición, exigiendo a los organizadores la firma de un pliego de condiciones sin que ello se haya traducido en la obtención de contrapartidas económicas o que la Copa se haya visto promocionada más allá del interés mostrado por el diario AS.

Por si fuera poco, la creación de AEDECA, como asociación que engloba a los equipos de la categoría, los otros actores de la competición, ha supuesto un nuevo equilibrio, con un tira y afloja en los últimos meses que, afortunadamente, no ha afectado a la estabilidad de la competición, pero que supone una nueva distribución de fuerzas hasta ahora desconocida.

La novena prueba

Pero lo que ha conducido a la situación actual ha sido la renuncia de la Classica Xavi Tondo a seguir formando parte del calendario, al parecer por la dificultad de tener subvenciones con ese apellido de “España”, aunque ello no afecte a que Valls tenga una etapa en la próxima edición de una Vuelta tan española como la Copa. Sea como fuere, quedaba un hueco por cubrir para 2019.

Hubo contactos -a los que no fue ajeno este periodista- para ofrecer esa vacante al Trofeo Iberdrola, una de las pruebas con más prestigio del calendario de la categoría e interesada en volver a una competición de la que ya fue parte en sus inicios, pero que no cuajaron entre otras razones porque, según me trasladaron, la Comisión Técnica de la Federación había decidido que se quedasen este año en ocho. La sorpresa -insisto, relativa- se la llevaba el organizador zamorano al enterarse que esa plaza iba a ser para Ontur.

Artículo completo en ULURU, el blog de Román-Mendoza.

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