El ciclismo así tiene los días contados

Imagen de una prueba © Joan Seguidor

Hubo un momento en el ciclismo profesional que ciertas sustancias estaban tan instaladas en la rutina del ciclista que se tomaron como normales, como el peaje por defecto a pagar por seguir en el mundillo. Fueron como la grasa de la cadena que propiciaba el movimiento, que todo fluyera y todos dieran por bueno. Nadie decía nada porque se tuvo como norma hasta que hubo un día que todo cambió. Bueno quizá no fue un día, pero sí un proceso que derivó en hechos concretos que rompió aquella jornada que un masajista del equipo Festina fue sorprendido en una frontera cargadísimo de porquería dirección al Tour de Francia.

Es para consumo propio” dijo, como si aquel cargamento se lo fuera a pulir en las dos o tres vidas que pensaba experimentar. Ahí se rompió la baraja y pilló a muchos con el pie cambiado. Profesionales que veían como uno de los eslabones de la cadena saltaba por los aires sin aviso previo. Las tornas cambiaron y parece que el ciclismo actual goza de una salud muy diferente a la de entonces, eso dicen los entendidos y los muchos que están dentro. Yo sinceramente no tengo ni idea.

Ahora bien, hay niveles en los que las cosas no parecen bajar lo claras que se debiera. El otro día hablamos de los herederos de la trampa y se abrió la caja de Pandora, una auténtica ola de indignación, nunca un post despierta tanta unanimidad ¡¡¡a favor!!!. El positivo del campeón de España master dejó un reguero de reacciones que hemos tenido la delicadeza de leer y que demuestran que el ciclismo tal y como está no va por buen camino.

Al margen del linchamiento de Torrella, al cual no quisimos contribuir aunque pareciera lo contrario, la lectura va más allá. Si el ciclismo fuera un país su pirámide demográfica sería preocupante. Siempre se dice que las bases deben ser amplias, las edades más joven, y según se avance el perfil debe ir estrechándose. Eso es claro, pero como ocurre en la vida moderna en general, en ciclismo las cosas están en la misma onda.

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