El Psico Tour: Cuando Team Sky no deja ver el bosque

Corredores del Team Sky, al frente del grupo de favoritos durante la etapa con final en el Col du Portet © ASO

Es lo malo que tiene una vuelta de tres semanas: que un equipazo controle la carrera de principio a fin y que no permita ni la más mínima intentona por parte de los rivales directos.

A los aficionados nos hacen polvo, nos fastidian la carrera. Las más espectaculares etapas de montaña y los más impresionantes puertos del ciclismo se suceden uno tras otro sin que pase nada.



Por delante, sí, las escapadas, vale, son emocionantes, se meten corredores de la tierra y quieres que ganen, pero por detrás… donde está la verdadera lucha… por detrás parece que los favoritos bastante tienen con sobrevivir al ritmo del conjunto británico.

El Team Sky, como suelen hacer los grandes equipos que acuden al Tour con un líder consolidado y con unos gregarios cuyas prestaciones no se ven en otros equipos (‘gregarios’ como Poels, Kwiato, Bernal…), se defiende como una manada de ñues rodeada de leonas, cerrando filas y protegiendo a sus ejemplares más valiosos.

Este resultado, este trabajo en equipo, no es casual, no es azaroso. Como sucede en las factorías de los grandes clubes de fútbol que juegan siempre de la misma manera, crean desde las categorías inferiores a los futuros reemplazos como piezas de un puzzle en el que, te encuentres en la categoría que te encuentres, cada pieza tiene su sitio. No hay lugar para la improvisación, todo está calculado para que las cosas sucedan como se espera.

El excorredor del Sky Mikel Nieve así lo relataba días después de conocerse su fichaje por Orica (posteriormente Mitchelton), ‘Al final es el trabajo que tienes que hacer, hacerlo lo mejor posible y a ver si el líder lo remata‘.

Un equipo compuesto por ciclistas de carne y hueso que en sus filas obtienen un rendimiento sobrehumano.

Nieve reconocía en otro medio que ‘Al final te cansas de estar tirando en todas las carreras porque las piernas también nos duelen. Hay días que algunos van mejor y otros peor. Los días duros son en los que más sufres y en los que más te cuesta estar delante y mantener el liderato’.

Pero lo sorprendente es que, pese a los malos días, mantienen el liderato carrera tras carrera, como hemos visto hacer a los grandes equipos que acompañaban a los más grandes del ciclismo.

En la insólita etapa de ayer con final en Saint-Lary-Soulan, en las últimas rampas del Col du Portet el Sky todavía mantenía a seis corredores en el grupo de cabeza. ¿Cómo se consigue ésto?

Un equipo no son solo ocho corredores que acuden con un estado de forma determinado y que reciben unas instrucciones de carrera. Es mucho más que eso.

Empezando por la presencia de un líder sobre el que se estructura toda la formación y acabando por los más pequeños detalles que se producen en la convivencia diaria y en las relaciones interpersonales, pasando por la organización y planificación de la dirección deportiva.

Un grupo humano puede obtener su máximo potencial si trabaja con unos objetivos claros, siente que la victoria del equipo representa también un éxito personal y logra que todos sus miembros ofrezcan lo mejor de sí mismos por el bien común.

Cualquier otro aspecto donde prime el interés individual frente a los intereses del grupo es sancionado. Para ejemplo la reacción de Nicolas Portal, director del conjunto británico, el primer día de montaña del Tour del año pasado cuando Mikel Landa no esperó a Chris Froome y éste perdió el liderato.

La sanción pública de este tipo de comportamientos enseña al resto de corredores cuáles son las reglas del equipo y qué consecuencias tiene transgredirlas.

Cumplir con las tareas asignadas también tiene recompensa, la autoridad no puede actuar únicamente para castigar lo inaceptable sino que también debe premiar el sacrificio. Froome ayudó a Bradley Wiggins. Thomas ha ayudado a Froome en las últimas ediciones del Tour. El equipo les ofrece el liderato en vueltas de una semana y trabaja para ellos, como con Geraint o Poels, entre otros.

Su fuerza, aparte de su presupuesto, que duplica (sí sí, has leído bien, duplica) al del resto de equipos UCI World Tour salvo Katusha-Alpecin y BMC, (sí, sí, has vuelto a leerlo bien, al de todos los equipos que puedas conocer y otros tantos de los que no tendremos ni idea de que existen, salvo el BMC -que para colmo desaparece- y Katusha-Alpecin); como decía, su fuerza es el equipo.

El propio Thomas declaraba tras la etapa de ayer, ‘Seguiré haciendo las cosas lo mejor posible, no voy a dormirme. Seguiremos, también, corriendo en equipo. Ésa es nuestra fuerza. Quizá sea difícil de creer después de lo que pasó con Brad pero Chris y yo somos sinceros y abiertos el uno con el otro. Ése es el secreto del éxito del equipo”.

Como vemos, la comunicación entre los corredores -pero no sólo, también entre éstos- y la dirección deportiva y con el resto de auxiliares; la cooperación entre ellos para lograr unos objetivos claramente establecidos; la aceptación de unos roles para cada ciclista que comportan unas expectativas de rendimiento hacia las que deben orientarse todos y cada uno de los miembros del equipo, superando incluso sus propios límites dado que el primero que cree en que puedan lograrse es el equipo; la cohesión, el sentimiento de pertenencia, el sacrificio de uno mismo para ayudar a los compañeros…

Aspectos grupales de una importancia extraordinaria, dado que la supervivencia del equipo y la consecución de los objetivos dependen directamente de ellos.

Lograr transmitir una imagen como la que transmite el conjunto británico ya le confiere ventaja frente a sus rivales, dado que ésta es, por un lado, resultado de unas demandas físicas y psicológicas extenuantes hacia sus propios corredores y, por otro, un excelente marketing que incide de forma directa en la confianza de sus oponentes, en sentido negativo. Cuando controlan la carrera, los ciclistas del Team Sky no nos dejan ver el bosque.

Sin embargo, como ya hemos comentado en anteriores crónicas de #elPsicoTour, rebajar la valoración de nuestras propias capacidades, infravalorándolas, al tiempo que incrementamos la de los británicos, sobredimensionándolas, es un artificio del que se benefician los equipos de los líderes, dado que se les concede una ventaja gratuita.

Ya lo contaba Mikel Nieve una vez abandonado el Team Sky, en ocasiones solo es imagen: ‘Al estar tantos corredores das la imagen de que vas cómodo, pero la procesión va por dentro y sufres igual. Hay bastantes días en los que dices menos mal que no se han movido demasiado porque íbamos justos’.

* Antonio Moreno es psicólogo del deporte especializado en ciclismo

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