El Psico Tour: El desgaste psicológico

Un mal día puede dejarte fuera, como a Thibaut Pinot cuando era tercero en el Giro de Italia © Groupama-FDJ

Con la etapa de hoy, finaliza en Carcassone la segunda semana de este Tour de Francia.

Geraint Thomas encabeza la clasificación general provisional, aventajando a su compañero de equipo Chris Froome en 1’39’’, Tom Dumoulin es tercero a 1’50’’, Primoz Roglic cuarto a 2’38’’, y a más de tres minutos Romain Bardet a 3’21’’, Mikel Landa 3’42’’ y Steven Kruijswijk a 3’57’’.



Entre estos siete corredores está la carrera. Obviamente, los ciclistas del Sky se encuentran en una posición de privilegio gracias al control de la carrera realizada por su equipo y a la estrategia de desgaste con la que se ha llegado a los últimos kilómetros de las etapas de montaña.

A partir del martes, tras la segunda jornada de descanso de mañana, el Tour llega a los Pirineos con el final en Bagnères-de-Luchon en una etapa con dos puertos en la parte final, el último de ellos el Col du Portillon al que le sigue un corto descenso de apenas 10 kilómetros.

El miércoles, la etapa-trampa de 65 km. y tres puertos, los dos primeros de primera categoría, el Monteé de Peyragudes y el Col de Val Louron-Lazet, y el último hors catégorie, el Col du Portet, 16 km. al 8,7% en Saint-Lary-Soulan.

El jueves, en principio, etapa para escapadas, con 171 km. de terreno irregular con final en Pau.

El viernes otro etapón de 200 km. y seis puertos, uno de ellos de primera y dos de categoría especial: Col d’Aspin, Col du Tourmalet y Col d’Aubisque.

Y de regalo, una contrarreloj al día siguiente sobre un recorrido de 31 km. sobre un perfil irregular y una dura ascensión a 3000 metros de la llegada.

Este va a ser el escenario. Etapas que se prestan a la estrategia en las que intentar doblegar a los corredores del Sky. Una sucesión de puertos de montaña míticos en los que podríamos ver interesantes alianzas fruto de las circunstancias entre quienes aspiran a ocupar las tres plazas del podium de París.

Habilidades mentales para la última semana

Geraint Thomas, Chris Froome y el Sky tienen un problema. Sí, ocupan las dos primeras posiciones de la clasificación, pero también cuenta con dos corredores que quieren ganar el Tour.

Froome, para proclamarse pentacampeón. Thomas, para lograr su primera victoria. En ambos casos el objetivo es inaplazable, y hasta la fecha la carrera se ha desarrollado de tal manera que ninguno ha tenido que verse en la tesitura de sacrificarse claramente para el otro.

Esta circunstancia podría ser aprovechada por sus rivales, provocando situaciones de carrera que fuercen a ambos a adoptar una postura clara frente al otro. ¿Quién se sacrificará para quién? O, ¿A quien sacrificará el Sky en caso de que tenga que hacerlo?

Lo cierto es que, para dar respuesta a estas preguntas, cabe una cuestión previa, ¿Se producirá en algún momento una circunstancia de carrera tal en la que nos tengamos que formular alguna de las anteriores preguntas? Por nuestro interés como espectadores, esperemos que sí.

El rival más inconformista y tercero en la clasificación, es el holandés del Sunweb, Tom Dumoulin.

El ganador del Giro 2017 ha mostrado su determinación por consolidar su presencia en el podio, aunque sus movimientos también hayan beneficiado a los británicos en varios finales en alto y facilitado a Thomas sendos ataques en los últimos metros.

Conforme pasen los días, los intereses de Dumoulin podrían converger con los de los británicos para conservar el actual podio, aunque el holandés se caracteriza por una extraordinaria competitividad y un atrevimiento sorprendente, lo que le convierte en el principal rival.

La contrarreloj del sábado será increible: un terreno en el que Christopher Froome se defiende a la perfección, y en el que se encontrará con el actual campeón británico de contrarreloj, el líder del Tour, Geraint Thomas, segundo en 2014 y que, en 2010, quedaría tercero por detrás del propio Froome el año en el que venció Bradley Wiggins; el campeón de contrarreloj individual de los Países Bajos los años 2014, 2016 y 2017, y Campeón Mundial Contrarreloj el pasado año, Tom Dumoulin, se verá las caras con ambos así como con un nuevo aspirante al podium de París, el esloveno del LottoNL-Jumbo, Primoz Roglic. Campeón de Eslovenia de Contrarreloj en 2016 y segundo tras Dumoulin en el Mundial de Contrarreloj de 2017, Roglic puede marcar un tiempo extraordinario.

Dadas las características de los cuatro especialistas, la presión va a ser máxima dada la incertidumbre sobre lo que sucederá. La gestión del estrés y la ansiedad en este día va a ser crucial.

El binomio entre el esloveno y el experimentado y sacrificado Steven Kruijswisk puede poner en aprietos a los británicos. El primero sacó el viernes 8 segundos a los líderes demostrando que va ganando confianza y que quiere explorar cuáles son sus límites.

El segundo, con una épica escapada en solitario por los puertos de La Madeleine, Croix de fer y Alpe d’Huez, advirtió que todavía queda mucho Tour y que LottoNL-Jumbo puede liarla trabajando para Roglic.

Romain Bardet puede que sea, de todos, el ciclista con mejor arrancada en las ascensiones, con la capacidad necesaria como para demarrar y meter unos segundos al resto de oponentes. Sin embargo, pese a sus enérgicos ataques, adolecen de falta de continuidad. Un ataque desesperado sin posibilidades de vuelta atrás podría meterlo en el podio.

Las próximas etapas van a ofrecerle múltiples oportunidades para que alguno de sus ataques prospere.

Por último, Mikel Landa. El ciclista de Movistar ha dado muestras de que quiere pero, por los dolores de espalda de la caída del pavés, no puede.

Siempre nos quedará la esperanza de que, recuperado para la última semana, pueda brillar en los Pirineos como lo ha hecho en sus anteriores participaciones en las grandes vueltas, disputando al resto de favoritos la victoria final del Tour de Francia con la colaboración de Valverde y Nairo.

La etapa de hoy y el descanso de mañana, dan paso a la última semana del Tour, donde la fatiga física y psicológica van a ser determinantes para los favoritos.

Aunque las distancias entre unos y otros son importantes, quienes van por delante deberán defender su posición. Esto podría dar lugar a planteamientos de carrera más conservadores dirigidos a evitar perder lo conseguido, lo que puede generar indecisión y confusión.

Al contrario, quienes aspiran a desbancar a los británicos, podrían plantear estrategias claramente orientadas a conseguir el liderato, lo que implica asumir riesgos y enfrentarse al fracaso. Asumir el control de la carrera cuando otros pueden beneficiarse de ello sin garantías de lograr nada es arriesgado, pero lo contrario no deja de perpetuar un inmovilismo que solo beneficia al Sky.

Y es que, la dificultad de mantener un objetivo cuando la carrera y las fuerzas están al límite, y los rivales lo intentan a la desesperada, es muy complicado. Las dudas nos pueden hacer rebajar nuestras expectativas para adaptarlas a un nivel de exigencia más asequible y que requiera menor gasto de energía física y psíquica.

En lo que respecta a corredores como Dumoulin, Roglic, Bardet y Landa, verse tan cerca del podio de la prueba más importante del mundo, podría ser suficiente aliciente como para perseverar en la consecución de este objetivo con la máxima determinación, arremetiendo sin descanso contra quienes ocupan las primeras posiciones.

A estas alturas, un mal día o un error, como sentir malas sensaciones o verse acosado por pensamientos negativos, pueden dejar fuera de carrera a más de uno.

Mantener la concentración en los aspectos relevantes de la carrera cuando ésta llega a sus momentos decisivos, será cada vez más difícil, por el cansancio y por el estrés.

Y ésta no solo se refiere a lo que suceda en la carretera, sino también a la planificación de las propias acciones y la toma de decisiones, y al autohabla, por lo que cualquier distracción que nos desfocalice de la carrera y de nuestro esfuerzo y objetivos podría descartar a cualquiera de ellos por la lucha final, como vimos en la pasada edición del Giro de Italia.

Un desgaste en las habilidades psicológicas de quienes aspiran a ganar este Tour, sumado a la fatiga acumulada durante dos semanas de competición, van a ser determinantes para decidir quienes subirán al podio de París.

Antonio Moreno es psicólogo del deporte especializado en ciclismo

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