El PsicoTour: Oposición y cooperación

Grellier y Minnaard, durante su escapada © ASO

Como suele ser habitual en la primera semana del Tour, prácticamente de salida empiezan las hostilidades hasta que el pelotón levanta la mano y permite que varios corredores abandonen la disciplina del grupo y formen la escapada.

Esta situación, en la que cada uno está donde tiene que estar para que el resto de la etapa sea predecible, estabiliza la carrera.

Las escapadas en estas etapas llanas son contrapesos que dan orden al pelotón y eliminan tensiones durante gran parte del recorrido.

Hasta que la carrera afronta su última parte, momento en el que los equipos con intereses en una llegada masiva lanzan la carrera y neutralizan a los fugados a escasos kilómetros de la meta.



Y así es, una y otra vez, año tras año, una estructura de carrera en la que todos ganan, los escapados porque disfrutan de varias horas para lucir sus patrocinios y dejarse ver, incluso disputar las clasificaciones de la montaña o el premio al más combativo, e incluso porqué no, soñar con llegar a meta.

Y el pelotón, porque de ese modo el equipo del líder o de quienes tienen intereses en la etapa mantienen la fuga a una distancia segura y disuaden de nuevos intentos de escapada, y además pueden imponer un ritmo de carrera constante.

Es en estos momentos cuando se puede percibir que el ciclismo es un deporte peculiar, y posee unas características propias que no tienen el resto de deportes.

Como ya veíamos en #elPsicoTour ‘La coreografía empática’, el ciclismo de carretera es un deporte individual con cooperación y con oposición. Esto nos muestra la complejidad de situaciones e interacciones que se pueden producir en carrera.

Los ciclistas son deportistas que disputan cada prueba individualmente, es decir, aunque lo hacen encuadrados en equipos su paso por meta es único y el tiempo que marcan en cada carrera no se hace extensivo al resto de compañeros, a diferencia de lo que sucede en la contrarreloj por equipos.

La cooperación en el ciclismo, es decir, que los corredores de un mismo equipo colaboren entre ellos, trabajen unos para otros, se avituallen, se esperen, auxilien y asistan en carrera, es decisiva.

De hecho, los equipos se conforman con la idea de constituir grupos humanos en el que las necesidades del líder queden respaldadas con las capacidades y prestaciones individuales de todos y cada uno de los corredores que lo acompañan, como abordamos en #elPsicoTour ‘Tom Dumoulin, el resiliente’.

No solo eso, ya que frente a esta cooperación entre compañeros de equipo se encuentran otros 21 equipos restantes y los 168 rivales que tomaron la salida en Noirmoutier-en-l’Île el pasado 7 de julio: es decir, la oposición.

Contamos con unos pocos compañeros dispuestos a ayudarnos y a que colaboremos con ellos, y decenas de rivales dispuestos a derrotarnos, con quienes sus propios compañeros cooperarán para conseguirlo.

Cuando necesitamos a los rivales para alcanzar nuestras propias metas

Pasado el kilómetro 20, los ciclistas Marco Minnaard, del Wanty; Laurens Ten Dam, del Sunweb; y Fabien Grellier, del Direct Energie, formaban ayer la escapada del día.

La 8ª etapa del Tour de Francia, de 181 kilómetros, partía de Dreux y finalizaba en Amiens, una ciudad situada al norte, precisamente en el departamento de Alta Francia y en la que se encuentra la catedral gótica más alta de todo el país.

Un recorrido con dos cotas de 4ª categoría en la primera parte de la etapa y con previsible llegada al sprint, que ha acercado a los ciclistas a la vecina Bélgica, por la que en unas horas discurrirá la etapa de hoy.

Pocos kilómetros después, Ten Dam se dejaba caer y retornaba al pelotón, y Minnaard y Grellier continuaban su aventura juntos.

Llegados a este punto, nos encontramos con una situación de carrera prácticamente única, que solo se produce en este deporte: ciclistas de equipos rivales colaborando estrechamente como si se tratara de compañeros de equipo.

La supervivencia de la escapada pasa por la cooperación entre oponentes. Este aspecto forma parte de las características diferenciales del ciclismo frente a otros deportes.

El holandés Minnaard y el francés Grellier, compartiendo más de 150 kilómetros de fuga.

Los objetivos de ambos son interdependientes y recíprocos, dado que cada ciclista depende de su rival para alcanzar sus propias metas.

Tanto es así que en ocasiones la cooperación ha llegado a significar el acuerdo a la hora del reparto de los distintos premios disponibles, como cuando uno de los corredores se beneficia mejorando en la clasificación general y el otro ganando la etapa.

En un contexto competitivo en el que las recompensas se distribuyen desigualmente entre quienes las persiguen, se puede dar también una interdependencia negativa cuando uno de los corredores consigue un premio que priva al adversario de lograrlo igualmente.

Comprender el entorno del deporte y las circunstancias que se producen nos permite planificar las metas así como optimizar el esfuerzo y la determinación de los ciclistas para lograrlas.

En este tipo de escapadas, cooperar permite a los ciclistas rodar en cabeza y dado que saben que prácticamente no tienen oportunidades de llegar a meta, la oposición queda en un segundo plano, lo que facilita el entendimiento y la colaboración.

En el último momento, cuando estaban a punto de ser absorbidos por el pelotón, Grellier decidió hacer un último esfuerzo y mantenerse en cabeza de carrera unos kilómetros más, convirtiéndose de nuevo en rival de Minnard después de una cooperación de más de 150 km.

De este modo, lograba adjudicarse el premio al corredor más combativo de la etapa por delante del holandés, una recompensa que, paradójicamente, no habría obtenido sin la cooperación de su oponente.

* Antonio Moreno es psicólogo del deporte especializado en ciclismo

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