El Tour de Francia ya no es de los franceses

Hace unos días, como eco a la presentación del recorrido del Tour de Francia, comprobé con sorpresa ciertos comentarios que retratan el sentir del aficionado ciclista medio en país que acoge tan magno acontecimiento. Podían estar de acuerdo o no con el recorrido, verían más o menos adecuadas las proporciones de crono, llano o montaña, pero muchos coincidían en el hartazgo que les implica ver la carrera pasar días tan importantes, como los de su salida, fuera del hexágono galo.

El año que viene el Tour sale de Inglaterra, del norte en concreto, de Leeds. Desde el arranque de Londres en 2007, el paso por tierras internacionales en la salida ha sido usual pues a la urbe británica le han seguido Mónaco en 2009, Rotterdam en 2010, Lieja en 2012 e incluso está comprometida y anunciada la partida desde la holandesa ciudad de Utrech en 2015 y se rumorea con Amberes ¡para 2020! Pero es más, por el camino quedan incursiones en cimas italianas, pasos usuales hacia España, en 2009 se vivió una etapa íntegra entre Girona y Barcelona, y visitas más o menos constantes a países de la frontera oriental con Francia, es decir Suiza, Alemania y Luxemburgo, enclave muy frecuentado con doble carga para el ciclismo español, pues allí Perico sepultó el Tour de su renovación y Miguel Indurain se perpetuó con la mejor crono jamás vista.

Artículo completo Joan Seguidor

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