Este día tenía que llegar

Porte, Mollema y Froome en el suelo © Sky

Porte, Mollema y Froome en el suelo © Sky

Este no era un Tour más, era un Tour amenazado, en un país en estado de emergencia, con un despliegue policial sin precedentes por temor a un atentado, que coincidía con otro gran evento, la Eurocopa, donde por cierto tanta policía no evitó batallas campales. Un mes de julio en el que nos nos gustaría estar en Francia.

Este post sale de la adrenalina del momento, no sé qué pensar, no sé qué decir. ¿Hay que tomar los tiempos tras el desastre? yo creo que no. Muchos dicen que no, otros que sí. Es algo que no nos compete, obviamente, pero no hay que perder de vista que ha sido algo extradeportivo, totalmente fuera de control, algo que tarde o temprano debía pasar porque este tema se ha ido de las manos.

Dije justo al inicio de la subida del Ventoux que temía que no todos llegaran sin poner el pie al suelo, lo dije, ahí está:

En una subida como el Ventoux, el día nacional de Francia, era previsible que la carretera se abarrotara, estaba ya a rebosar en los prolegómenos del Ventoux. Con el recorte de seis kilóemtros, el puzzle consistía meter toda esa gente en menos espacio de subida. Una locura. No cabían todos. El Tour ha tenido que ver esta desgracia para corroborarlo. Tarde.

Ocurrió lo que creo que hace tiempo estábamos advirtiendo. Esto no es un espectador que perjudica un ciclista, como aquel imbécil del Zoncolan, esto es una muchedumbre que sencillamente no cabe en la carretera y perjudica severamente el normal desarrollo del evento deportivo que dicen admirar. Es la sinrazón, la pesadilla hecha realidad.

Artículo completo de Joan Seguidor aquí

Un comentario

  1. El problema fue que recortaron nada mas y nada menos 6 km de etapa y ya no hay cama para tanta gente!!

    De cajón!!!

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