Javier Romo: “Ahora mismo soy un folio en blanco”

Javier Romo, corredor de Asrtana-Premier Tech / © Instagram

Nicolás Van Looy / Ciclo21

El nombre de Javier Romo (Astan-Premier Tech) no era desconocido para un buen puñado de aficionados al triatlón cuando el manchego decidió tomar la salida en los campeonatos de España de 2020 Sub-23 tanto en la prueba de contrarreloj como de fondo. Sí lo era, sin embargo, para la inmensa mayoría del público ciclista.

 

Hace ahora un año, cuando el virus que ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos comenzaba a ocupar cada vez más minutos en los telediarios, pero todavía no se percibía como la amenaza vital que ha acabado siendo, Javier Romo se centraba en la preparación de su temporada de triatlón. Una campaña que, como ocurriría con la práctica totalidad de deportes en todo el mundo, se fue al traste.

Recién cumplidos los 22 años, Romo corre ahora para el Astana-Premier Tech, uno de los mejores equipos del pelotón World Tour. Comparte colores con corredores de la talla de Jakob Fuglsang, Luisle Sánchez, los hermanos Ion y Gorka Izagirre, Vlasov, Lutsenko… y ha entrado a formar parte de esa nueva generación de corredores insultantemente jóvenes que entran por la puerta grande al ciclismo… incluso sin tener un largo pasado formativo en este deporte.

Los ejemplos más socorridos, seguramente, sean los de Roglič, que llegó desde el trampolín de los saltos de esquí y Evenepoel, que decidió dejar de dar patadas a un balón para centrarse en los pedales. Romo, insistimos, era un triatleta con una gran proyección hasta que, nada más salir del confinamiento, coincidió entrenando con su paisano Óscar Sevilla, que algo sabe de ciclismo, y, tras hablar un rato con aquel al que un día conocimos como El Niño, decidió dejar de nadas y correr para centrarse en los pedales.

Debutó con un séptimo puesto en el nacional CRI Sub-23 y sólo un par de días después se alzó con el triunfo, para sorpresa de la mayoría, en la prueba de fondo. Después, llegó la oferta de Astana y hace sólo unas semanas, su debut profesional en la Clásica de Almería.

Romo sigue siendo un desconocido para la mayoría y, antes de que la próxima semana ponga rumbo a Italia para participar en Il Laigueglia (1.Pro), el GP Industria & Artigianato (1.Pro) y la Settimana Coppi e Bartali (2.1), el manchego ha conversado con Ciclo 21 en una entrevista en la que analiza, además de cómo llegó al ciclismo y el camino que le gustaría recorrer en este deporte, su lado más personal.

Javier Romo en su etapa como triatleta

¿Cuánto tuvo que ver el confinamiento y la pandemia en su decisión de dejar el triatlón y centrarse por entero en el ciclismo?

Eso es algo que nunca vamos a saber. Se dieron una serie de circunstancias que yo quise aprovechar. Es verdad que, de no haber sido por el confinamiento y la pandemia, no habría ocurrido todo esto, pero las cosas no se pueden cambiar. En mi camino se cruzó esa oportunidad y la aproveché para estar ahora aquí. Ahora mismo, tengo el triatlón muy olvidado.

Salvando la diferencia entre el triatlón, que es un deporte completamente distinto, y las diferentes modalidades del ciclismo como la pista, el BTT, el ciclocross… ¿Se ha llegado a plantear en algún momento compaginar su carrera como ciclista con su antigua especialidad?

No, para nada. Por el momento, estoy centrado por completo en el ciclismo. Tengo un contrato con un equipo y eso conlleva una serie de obligaciones. Tampoco puedo cerrar la puerta por completo a lo que pueda suceder en el futuro. Si llega el momento de que puedo hacerlo y me apetece… eso nunca se sabe. Ahora, como te digo, estoy absolutamente centrado en el ciclismo ya que, entre otras cosas, tengo un contrato de tres años con Astana-Premier Tech.

¿Qué es más duro, el triatlón o el ciclismo?

Creo que todos los deportes, cuando se practican al máximo nivel, son muy duros. Lo he dicho en alguna entrevista y hay gente que se puede enfadar con esto, pero creo que el día a día del ciclismo es más fácil que el del triatlón. Al menos, así lo estoy viviendo yo. Otra cosa es la competición. Las carreras ciclistas son más duras que las del triatlón.

Quizás, la palabra correcta no sea hablar de más o menos duro. Para aclarar esto un poco, lo cambiaré por ‘sencillo’. Al final del día, en el ciclismo sólo te tienes que centrar en un deporte. Tienes un entrenamiento en el que centrarte. Algún día, si tienes un poco de gimnasio, pues dos entrenamientos. En el triatlón estás todo el día porque tienes que preparar tres especialidades.

Le reconozco que antes del nacional del pasado año su nombre me resultaba desconocido, aunque un periodista [Antonio Alix], buen conocedor del mundo del triatlón, me avisó de que usted podía ser la gran sorpresa de ese campeonato. Por su pasado como triatleta, lo lógico, quizás, era pensar que lo podría hacer mejor en la prueba CRI que en la de fondo. ¿Tenía usted también esa idea en mente?

Yo había hecho varios test las semanas y días previos al Campeonato de España y, efectivamente, existía la sensación, sobre todo por mi falta de experiencia a la hora de correr en pelotón, que podría hacerlo mejor en la prueba CRI que en la de fondo. Sin embargo, en la misma semana del Nacional yo tuve una conversación en la que ya avisé de que no me veía bien para la contrarreloj, pero que tenía muy buenas sensaciones y mucha confianza de cara a la prueba de ruta. Al final, se demostró que soy el que mejor me conozco y no me equivoqué mucho.

Javier Romo entrena sobre la ‘cabra’ / © Instagram

¿Por qué dice que no se veía rindiendo bien en la CRI?

Es verdad que vengo del triatlón, pero yo nunca he hecho triatlón sin drafting [el término que se usa en el triatlón para ‘ir a rueda’ N.d.A.], que es cuando se lleva la bicicleta de contrarreloj. Mi preparación sobre la cabra la comencé prácticamente dos semanas antes y no estaba muy adaptado.

Todo eso hizo que no pudiera rendir al máximo de mis capacidades. Si hubiese podido adaptarme más a esa bicicleta, creo que podría haber hecho una buena crono, pero es algo que lleva mucho tiempo.

Me comenta que tenía buenas sensaciones para la prueba de fondo. ¿Entraba dentro de sus escenarios realistas proclamarse campeón ante un pelotón mucho más experimentado que usted?

Yo estaba entrenando para disputar esa carrera. No sé si para ganar, pero sí para poder tener opciones. Obviamente, no podía estar seguro de nada, pero sí que entraba en mis planes estar entre los primeros.

¿Cree que el confinamiento y el parón competitivo le puedo beneficiar? En otras palabras, ¿cree que podría haber conseguido ese mismo resultado ante un pelotón rodado en competición?

Puede ser, pero también es verdad que ese parón nos afectó a todos y nos hizo llegar a todos en las mismas condiciones. Incluso, te diría que pudo jugar en mi contra porque yo nunca había rodado en pelotón. Creo que no es una circunstancia que decantara la carrera a mi favor.

Y tras ese triunfo, llega el interés de Astana…

Así es. Tuve la suerte de tener un buen representante que me planteó la opción de ir a Astana. Si se cruza en tu camino una oportunidad así, no hay mucho que pensar. Es verdad que me sorprendió mucho porque dos meses antes ni siquiera estaba corriendo en bici, así que es lógico que te sorprenda. Llegó un momento en que yo tenía claro que lo que quería era ser ciclista y nadie podría decir que no a una oferta así.

¿Qué tipo de corredor es Javier Romo?

(Ríe) Creo que, menos sprinter, lo puedo hacer bien en todos los terrenos. Subiendo me encuentro muy bien, pero también creo que puedo ir bien en contrarreloj. Soy un corredor con altura y peso y eso hace que en el llano también puedo hacerlo bien. En cualquier caso, será el tiempo el que responda a esa pregunta.

Mi físico puede engañar, porque soy bastante grande, pero lo que más me gusta es subir. Ahora todo será un proceso en el que me tendré que ir adaptando y viendo cómo evoluciono.

Cuando habla de ‘subir’, ¿se refiere a la alta montaña, la media montaña, o más bien a ascensiones como, por ejemplo, las de las Ardenas?

En alta montaña no sé cómo puedo rendir porque no he hecho, pero donde me defendí mejor en Sub-23 fue en carreras con un perfil duro y creo que es donde mejor puedo rendir.

Más allá de ficharle con muy pocas referencias, otro ejemplo de la enorme confianza que tiene Astana-Premier Tech en usted es el hecho de que le hayan firmado tres temporadas y no sólo las dos a las que obliga el reglamento para los neoprofesionales. Supongo que ya habrá hecho test y pruebas con ellos. ¿Cuál ha sido el feed back que le han dado?

Antes de firmar, no hice prueba alguna con ellos. Confiaron en mi sin hacerlo. Ahora es verdad que me han dicho que quieren que vaya despacio. La idea es que todo sea muy progresivo y que vaya aprendiendo. Por ello, este año será de adaptación, sin tener un calendario muy definido. Así, podremos ir viendo dónde pueden colocarme para que mi desarrollo sea óptimo.

Javier Romo en pretemporada / © Instagram

Hasta hace dos o tres años, le daría la razón al completo en lo que acaba de decir, pero usted sabe que el ciclismo está cambiando y que los corredores de veintipocos, como usted mismo, están explotando cada vez antes. ¿Tiene usted la sensación que su carrera y la del resto de estos ciclistas jóvenes terminará, a la vez, a edades más tempranas?

En ese sentido, cada persona es un mundo. Ningún ciclista es igual al otro. No podemos comparar casos. Te voy a poner un ejemplo con otro corredor español: Carlos Rodríguez y yo no nos podemos comparar. Yo todavía soy un folio en blanco. Tengo que coger experiencia y tengo mucho que mejorar.

Contestando a la pregunta, yo sí me veo siendo longevo. Pero insisto en que hablo de mi caso concreto. Yo no soy como Pogačar: yo no voy a llegar el primer año y ganar el Tour. No son casos comparables.

Le hago una pregunta que me gustaría que me contestase el Javier Romo de hace tres años: ¿sigue el ciclismo con frecuencia? ¿Se considera un gran aficionado?

Si te digo la verdad, yo hacía triatlón al máximo nivel y estaba pendiente de mi carrera. Me gustaba el ciclismo, claro, y lo veía; pero no lo seguía como un ciclista amateur que está ya para subir a profesional.

Desde el momento que dejé de lado el triatlón y me centré en el ciclismo, sí lo sigo con más interés; pero hay carreras que tengo en el calendario que tengo que buscar para saber qué tipo de prueba es y dónde es.

Se lo preguntaba porque los aficionados y los periodistas somos muy dados a magnificar la importancia de la experiencia y el conocimiento de las carreras. ¿Cree que es algo en lo que exageramos o realmente su falta de conocimiento profundo de este deporte puede jugar en su contra?

(Piensa) Creo que no es así. Partiendo de la base, como ya he dicho, que tengo mucho por aprender, no creo que por el hecho de haber sido ciclista de pequeño te vayas a convertir automáticamente en un crack. Es verdad, en todo caso, que tienes una mayor experiencia. Si ya he ganado un campeonato de España y he estado en todas las carreras que disputé el año pasado, malo no seré.

Por suerte, tengo gente con mucha experiencia en el equipo que tiene mucho que enseñarme y yo tengo que ser como una esponja. Este año, como decía, será de adaptación en este sentido.

Por lo tanto, ¿cree que el ciclismo no es tan complicado como a veces nos empeñamos en verlo?

Creo que es un poco más sencillo. Hoy en día todo está muy estudiado por parte de los equipos Tenemos directores que nos dicen dónde puede haber un momento importante de la carrera y todos vamos con pinganillo. Luego, claro, está tener la habilidad de estar ahí. Todo el mundo tiene marcado el mismo punto, pero sólo son diez los que consiguen entrar.

Hayas visto muchas veces la carrera o no, todos estamos avisados de los puntos calientes de la misma y, llegado ese momento, se trata de habilidad, colocación y fuerzas para poder estar ahí. Eso es lo que tengo que aprender. No creo que influya mucho haber visto diez veces, por ejemplo, la Vuelta a Flandes.

Javier Romo junto a Luis León Sánchez en la Clásica de Almería / © Instagram

¿Qué corredor o corredores son los que más le han llamado la atención como aficionado y a los que le gustaría parecerse?

Creo que hay corredores en el equipo que son muy buenos ejemplos en los que mirarse como son los hermanos Izagirre, Omar, Luisle… Tengo mucha suerte de estar a su lado y poder aprender de ellos.

¿Quitarle el maillot de campeón de España a Luisle para lucirlo usted puede ser un objetivo para este año?

(Ríe) ¡Ojalá! Pero no creo que sea un objetivo realista. Tengo otros objetivos más importantes que conseguir ahora mismo como son adaptarme a la categoría. Todo lo que llegue de más, será un regalo.

Tanto si hablamos de la preparación y los entrenamientos como de la competición, ¿qué es lo que más le ha sorprendido del salto de Sub-23 a profesional?

Creo que es algo parecido, pero hay una tensión mucho mayor en carrera que, por otro lado, todo el mundo tiene normalizada. Por ello, confío en que, a medida que vaya haciendo carreras, me pueda ir adaptando a ello porque veo que, para los demás, es algo normal. También me ha sorprendido la velocidad. Creo que es una respuesta en la que coincidiríamos todos los neoprofesionales.

Usted llega de un deporte muy internacionalizado, por lo que puede tener cierta ventaja sobre otros neos que hayan realizado su paso por categorías inferiores en equipos de su país. Aún así, ¿qué cree que le puede aportar aterrizar en un equipo tan multinacional como Astana?

Más allá del ciclismo, creo que es una gran oportunidad para conocer otras culturas y aprender idiomas. Además, es algo que quiero hacer. El inglés es necesario para cualquier sitio donde vayas, pero, además, en este equipo se habla mucho italiano. Me hace ilusión aprender idiomas para el día de mañana y eso es algo que seguro que me va a poder aportar el ciclismo.

Si mañana por la mañana le suena el teléfono y al otro lado estuviese Vinokourov y le dijese, sin importar nada más que sus gustos, Javier, dime qué calendario quieres correr, ¿qué elegiría?

Me encantaría la Vuelta a España y la Itzulia.

¿Se ve con opciones de entrar en el ocho de la Vuelta a España?

Ahora mismo, no. Creo que son muchos días para mi, pero yo estoy centrado en entrenar y aprender lo máximo en cada carrera a la que voy. De aquí a agosto pueden pasar muchas cosas y si el equipo me ve preparado, no seré yo quien diga que no; pero ahora mismo no lo veo.

¿Qué titular le gustaría protagonizar de aquí a final de temporada? 

¡Uf! Cualquier victoria. Ganar cualquier carrera en la categoría profesional ya sería lo máximo.

 

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