Las cinco pifias de 2015

Van Avermaet, en el suelo © De Waele

Van Avermaet, en el suelo © De Waele

Cinco hechos en otros tantos escenarios nos han llevado las manos a la cabeza durante este año que echa el cierre. Son, a nuestro juicio, las cinco grandes pifias del año.

El drama de las motos

No ha sido un año afortunado para las motos en carrera. En esta entrevista al mánager de BMC Jim Ochowicz, se habla del incidente de Greg Van Avermaet en San Sebastian desde una óptica que me parece constructiva, sin la motivación de pedir una multa o un castigo y sí saber qué ha pasado y cómo evitarlo en el futuro.

Sin embargo la moto que tira a Van Avermaet es una más, pues se suma a la de Fuglsang en el Tour de Francia, al coche de Shimano en Flandes, a la del Prudential londinense que no sé qué le hacen a Vanmarcke,… y la guinda en la Vuelta con Peter Sagan abrasado. Un año para olvidar, para replantear si es posible la convivencia de tantos vehículos con los ciclistas.

La remontada imposible de Nibali

De Nibali casi siempre hemos escrito bien, porque su admirable capacidad de reinventar la carrera, las situaciones y el personaje ha sido loable, pero en la Vuelta directamente se le fue la olla abriendo además la puerta a que ese coche al que se coge y le remonta no es el primero.

La acción fue reprobable, pero también lo fue el silencio de algunos de los rivales que iban en el grupo, un silencio que parece cómplice, una queja sorda que evidencia que quizá esto es parte muy habitual del paisaje.

El positivo de Luca Paolini

Luca Paolini se había ganado el cariño de buena parte de os aficionados con grandes y finas actuaciones, como la que hizo en la San Remo que ganó Kristoff o su gran triunfo en Wevelgem. Con esas señas, había logrado apaciguar un pasado complicado que ya incluyó coqueteos con el “lado oscuro” de este deporte.

Por eso, cuando, en la primera semana del Tour la noticia de su positivo por cocaína saltó para empañar un inicio vibrante de carrera, nos hicimos cruces de como se puede tan imprudente en unos tiempos en que se vende ciclismo limpio, depurado y transparente. A ver la cocaína no es algo que incremente el rendimiento, se le llama droga recreativa, pero un positivo de esta naturaleza en el Tour, tras la victoria de tu compañero, la de Purito en Huy, multiplica por diez su impacto negativo.

Puedes leer las dos siguientes de Joan Seguidor aquí:

La Het Nieuwsblad de Ian Stannard

Richie Porte en el Giro

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*