Omar Fraile, a trabajar y a cazar en el Tour del debut

Omar Fraile logró su primer triunfo con Astana en Eibar © PhotoGomez Sport

Román Mendoza / Ciclo 21 

Apurando sus últimos entrenos en su Bizkaia natal, antes de partir el miércoles para Noirmitier, donde se inicia la próxima edición del Tour de Francia, Omar Fraile se alinea por primera vez en la ‘grande bouclé’, a sus 27 años -cumplirá los 28 en plena ronda gala- y en su séptima campaña como profesional.

-¿Cómo vive estos días previos?
-Desde el punto de vista de los entrenamientos, hoy -por ayer- he hecho el último largo y me quedan un par de días de calidad para luego mantener hasta el día del viaje, pero creo que voy en un gran momento, como lo habíamos planificado. Y desde el punto de vista anímico, una mezcla de nervios e ilusión. Aunque ya tenga muchas experiencias, el Tour es una carrera diferente a todas, es de la que todo el mundo habla. Por ello estás un poco nervioso, pero al mismo tiempo con muchas ganas, y con mucha ilusión.



-La temporada de Astana está siendo notable, con los ciclistas ‘azulones’ como protagonistas en todas las pruebas. ¿Tiene en Jakob Fuglsang un líder con garantías para el Tour?
-Sin duda. Está en una condición muy buena como vimos en Suiza -segundo de la general tras Richie Porte- y todo el equipo del Tour está orientado hacia él.

-¿A quien ve como favorito para este Tour, Froome, los Movistar…?
-Pienso que va a ser el Tour más abierto de los últimos años. Froome no es tan claro favorito como en los últimos años y pienso que puede haber sorpresas, y en ese decorado vamos a jugar las bazas de Astana.

-Por lo que manifiesta, poco margen de libertad va a tener…
-De momento mi misión será trabajar para el equipo, pero si se me presenta alguna oportunidad intentaré no desaprovecharla. Cazar una etapa es muy difícil, pero también lo era en el Giro y lo conseguí. Y desde luego que soñar es gratis.

-Uno de los primeros éxitos de su carrera fue ganar la clasificación de la montaña en la Vuelta a España, y por partida doble (2015 y 2016). ¿Es para usted esta clasificación un objetivo?
-No. Es algo que te requiere mucho desgaste, mucha dedicación y que además la recompensa no es tan grande como puede ser una victoria de etapa, que se destaca más ante los aficionados. Poco a poco me voy definiendo como un corredor de equipo, pero cazador de etapas si surge la ocasión.

-La preparación para el Tour se gestó este año con una concentración en el Teide. ¿Era la primera vez que lo hacía?
-Sí, otros años he estado en Navacerrada, pero en esta ocasión el equipo decidió que fuera al Teide, durante veinte días. Y pienso que fue un cambio muy positivo. Es cierto que se te hace largo tantos días ahí, pero así sólo piensas en entrenar,
entrenar y entrenar. Y haces un trabajo de mucha calidad.

-Luego, Vuelta a Suiza, el reencuentro con la carretera. ¿Cómo fueron las sensaciones?
-Al principio no sabes como va a responder el cuerpo, después de ese parón competitivo, por lo que era importante para coger fondo. Peor al mismo tiempo tuve que trabajar para Jakob. El caso es que terminé en muy bien estado, como vimos el domingo pasado en el Campeonato de España.

Gorka Izagirre, Valverde y Fraile © PhotoGómezSport/Luis Ángel Gómez

-Un Campeonato que se saldó con una medalla de bronce, aunque Omar Fraile ya fue un importante protagonista previo al desenlace. ¿Piensa que podría haber tenido una recompensa mayor de haber podido secunda el ataque de Gorka?
-Pienso que ataqué cuando debía, pero simplemente no salió y gasté mis balas. Cuando Gorka arrancó ya no tenía las mismas piernas. Pero si el movimiento que hice hubiera cuajado, el desenlace podría haber sido otro. De todas formas, terminé satisfecho porque pude esprintar por una medalla y sólo me superó Alejandro (Valverde).

Una temporada de diez, una nota que mantener

-Hasta el momento la temporada está siendo plenamente exitosa, con esa medalla, pero sobre todo con dos victorias de etapa -en País Vasco y Romandía– y notables actuaciones en pruebas como País-Niza. ¿Qué calificación le da?
-Pues un diez. Lo hubiera firmado a ojos cerrados a principios de año. Y todo ello con la guinda de haber ganado una etapa en el País Vasco. Todas las victorias son importantes, pero en casa y delante de mi familia es algo muy difícil de explicar.

-Una nota que habrá que mantener en los próximos meses. Después del Tour, está previsto que haga la Vuelta a España, ¿no?
-Se supone que sí, pero de momento vamos a centrarnos en el Tour, y a no pensar en nada más. A luchar como dices en mantener esa nota, pero realizando ese trabajo de equipo.

-Es curioso que este año haya un montón de corredores que estén ‘echando su currículum’ para estar en el Mundial de Innsbruck, cuando hace dos años, en el único que usted ha estado, en Doha, casi nadie quiso ir. ¿Se ve en Austria?
-Todos queremos estar siempre en un Mundial, pero a quien hay que convencer es al seleccionador. Creo que todo el mundo me habéis visto trabajar y creo que puedo aportar mucho al equipo. Y ojalá me sirva para conseguir experiencia para otros años.

-Antes de ese Mundial acudió a otro, Valkenburg, como sub23, en 2012, y para hacer solamente la contrarreloj. ¿Dónde está ese Omar Fraile rodador?
-Supongo que he ido reconvirtiéndome, pensando en ese trabajo de equipo que ahora hago. Quizá tenga que trabajarlo un poco más, pero de momento lo tengo parado.

-Y no olvidemos sus orígenes como ‘biker’. ¿Qué queda de él?
-Pues todo. Siempre que puedo me escapo al monte, porque es donde más disfruto. La cabra siempre tira al monte. Y ojalá en el futuro, -cuando haya ya colgado la bici de carretera, pueda dedicarme de nuevo al BTT, que es mi pasión. 

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