Peña Cabarga, el primer gran triunfo de Froome

El estreno de Froome © altaspulsaciones

El estreno de Froome © altaspulsaciones

Ángel Olmedo Jiménez / Ciclo 21

En esta Vuelta de 2016, Peña Cabarga cumplirá su quinto final de etapa en la ronda española. El macizo cántabro, situado en el parque natural que lleva su mismo nombre, ha contado, siempre, con ganadores ilustres desde que, por primera vez, un 7 de mayo de 1979, el español Ángel López del Álamo se hiciera con el privilegio de inscribir su nombre como primer vencedor en el alto (en la Vuelta que acabaría ganando el holandés Zoetemelk).

Con posterioridad, y en fechas más cercanas, la Vuelta se ha personado en las estribaciones del monte en 2010, 2011 y 2013. En la primera de las ocasiones, la victoria fue para Purito Rodríguez, el hombre de Katusha, en una edición que cayó del lado del italiano Vincenzo Nibali. En la última, el bielorruso Kiryienka se llevó la etapa y, de nuevo, el transalpino se vestiría la «roja» en Madrid.

En 2011, un 7 de septiembre, la Vuelta enfilaba sus últimas jornadas y reservaba, para la decimoséptima etapa, un trayecto de 211 kilómetros que, iniciándose en Oyón, culminaba con el ascenso a Peña Cabarga. Hasta el final de la segunda semana, la carrera se había caracterizado por una completa ausencia de patrón, siendo constantes los cambios de líder y la alternancia entre los principales favoritos. Al danés Fuglsang (que aprovechó la victoria de Trek en la crono por equipos inaugural de Benidorm), le arrebató el primer puesto Bennati. El día siguiente, Pablo Lastras ganaba en Totana y se hacía con el liderato que, de nuevo, cambiaría de espaldas en la llegada a Sierra Nevada, pasando al luchador ciclista francés Sylvain Chavanel.

El galo fue líder hasta la subida a San Lorenzo de El Escorial, en la que la victoria de Purito trajo consigo, también, la roja. Sin embargo, su dueño hubo de cederla, al día siguiente, en la llegada a la Covatilla al holandés Bauke Mollema.

No sería el último cambio, en la cronometrada individual de Salamanca, y cuando todo hacía esperar que Wiggins se impusiera, su compatriota y compañero Chris Froome, tras una prueba magnífica, subía, por vez primera, al podio a recoger los honores de primer clasificado de la general.

Cobo en el Angliru © altaspulsaciones

Cobo en el Angliru © altaspulsaciones

Al día siguiente, en la subida a Manzaneda, el líder cedió la codiciada prenda a su jefe de filas, Bradley Wiggins que la mantendría, en enconada lucha con Juanjo Cobo, hasta el Angliru. En las durísimas rampas del coloso asturiano, el Bisonte de la Pesa venció y consiguió el tiempo suficiente para distanciar a los hombres del Sky.

Tras franquear el Angliru, la etapa más complicada, salvando la incursión al País Vasco, estaba en Peña Cabarga y a fe que el espectáculo que los aficionados pudieron disfrutar no desmereció. Cobo llegaba con una escasa diferencia en la general frente a Froome (22 segundos) y su compatriota Wiggins (51 segundos). El holandés Mollema, cuarto, ya se colocaba a 1,41.

La etapa que concluía en Peña Cabarga era complicada. Además del ascenso final (de 6,1 kilómetros con un desnivel medio del 8,9%), puesto que había que franquear el puerto de segundo categoría de La Lunada. En esa primera dificultad, el equipo del líder, Geox, impuso el ritmo, comandando las operaciones con el otrora ganador del Tour, Carlos Sastre, y David de la Fuente. No hubo ataques entre los favoritos para la general, pero la marcha puso fin a una escapada de aventureros conformada por ocho hombres, entre los que destacaba el francés Moncoutié que, en Madrid, se alzó con el maillot blanco a puntos azules de la montaña.

Al llegar a Peña Cabarga, se sucedieron los ataques de hombres interesados en la victoria parcial. Primero fue el irlandés Daniel Martin y, posteriormente, un dúo conformado por Bruseghin y el español Txurruka. En este entorno, e inesperadamente, Wiggins comenzó a perder contacto con el grupo de los favoritos. El derrumbe de su teórico jefe de filas, dio luz verde a Froome y, éste, en el último kilómetro, lanzó un demoledor ataque que, por momentos, nadie pudo seguir.

El podio equivocado de la Vuelta

El podio equivocado de la Vuelta

Con las referencias parciales, el liderato se evaporaba para Cobo, mientras que el hombre de Sky ofrecía un auténtico recital en las cuestas de Peña Cabarga. No obstante, y como aparecido de súbito, el cántabro, cuando restaban algo menos de doscientos metros, apareció a la rueda del fugado. Ambos se presentaron en la meta, donde el británico venció sin oposición del líder, que adolecía de importantes muestras de hallarse exhausto. Por su parte, Chris Froome, lanzaba su puño al cielo, con rabia, en señal de alegría.

Con esta victoria, que le aseguraba el podio en Madrid, Froome obtenía su primera etapa en una ronda de tres semanas y exponía unas aptitudes que le convertirían, en lo sucesivo, en el amplio dominador de los últimos Tours de Francia, además de demostrar, de manera palpable, que la cabecera en el Sky, que ocupaba el aún no Sir, Bradley Wiggins, estaría muy discutida en el futuro.

Nada ocurrió, para la general, en la meta de Noja, donde venció Gavazzi. En Bilbao, Igor Antón llegó solo y Cobo tuvo que responder a varios ataques de Froome. En la llegada a Vitoria, Froome buscó las bonificaciones de los sprints intermedios, pero confundió la pancarta de 20 a meta con la del sprint, que se hallaba a 16. En Madrid, un hombre llamado Peter Sagan, y que había ganado antes en Córdoba y Pontevedra, certificaba su valía.

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