Quintana: “Tenía que darle una alegría al cuerpo”

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Nairo Quintana y Chris Froome pelearon la Vuelta hasta el último metro / © Movistar

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Cuando Nairo Alexander Quintana Rojas (Boyacá, 4 de febrero de 1980) debutó en el Tour de Francia de 2013 alcanzando el segundo puesto y el maillot blanco al mejor joven de aquella edición, quedó claro que la esperada explosión del ciclismo colombiano había llegado. El estallido, que parecía resistirse, llegó en el lugar y momento idóneo: el Tour de Francia. El podio de los Campos Elíseos.

Meses más tarde Quintana ganaría su primer Giro de Italia después de una jornada muy recordada en las rampas del Stelvio y que llevó a otro colombiano, Rigoberto Urán, a conocer al lado más amargo del ciclismo y a su equipo, el Etixx-Quick Step, a acusar a Movistar y a Quintana de haber ignorado las indicaciones de radio-Giro y a denunciar la prueba transalpina.

Después de aquello, como se había planificado desde el inicio de la temporada, Quintana renunció al Tour y se centró en una Vuelta a España que se dejó en el asfalto de aquella curva cerca de Borja.

Volvió al Tour en 2015, una ronda gala que parecía dibujada especialmente para él. Montaña, montaña y más montaña en el camino. Y, como dos años antes, se dio de bruces contra un Chris Froome majestuoso siempre en julio. Un Chris Froome que no dio opción desde aquel día en la Pierre de Saint Martin y que sólo flaqueó, enfermo, en una última semana en la que ya era tarde para todo y para todos. Luego, en la Vuelta a España, estuvo muy lejos de poder pelear por el triunfo.

Comenzaba a sobrevolar el fantasma del quiero y no puedo sobre un Quintana que, seamos honestos, es muy joven y sobre el que se han depositado expectativas y prisas que ni van con su carácter, ni son del agrado de Eusebio Unzue, ni, en realidad, son justas con el deportista. Dejaba caer el martes el manager del equipo Movistar, durante el día de descanso que, “el dichoso hashtag de #elsueñoamarillo” acabó volviéndosele en contra al colombiano, víctima de una presión excesiva. Fracasó en su tercer intento en el Tour de Francia y se refugió en el entrenamiento antes de afrontar una Vuelta a España que, con Froome, con Chaves, con Contador, con Súperman López, con Kruijswjik… tenía todos los ingredientes para servirle como gran reivindicación.

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Nairo Quintana en La Camperona / © Twitter

Los rivales fueron cayendo, literal y metafóricamente, hasta que todo quedó reducido, ayer, a una pelea de dos. A un pulso desigual entre Froome y Quintana. Un duelo precioso camino de la base militar del Alto de Aitana que cayó del lado del boyacense El corredor, minutos después, entraba en la sala de prensa de la meta, ubicada en las instalaciones del parque de bomberos de aquella instalación militar. El ritual, en realidad, no difería en nada del de cualquier otro día. Por delante, Laura, la eficiente jefa de prensa de la Vuelta a España. Detrás, siguiéndola, Nairo, maillot rojo. Nada distinto a lo visto día tras día desde La Camperona (con el paréntesis de Rubén Fernández) . Pero sí. Esta vez algo desentonaba. Algo hacía que ese corto paseíllo que siempre iba acompañado del cese del ruido de los dedos de los periodistas impactando contra los teclados, fuese diferente. Y ese algo estaba en Quintana. Sonriente y, por fin, relajado. Se permitió el de Movistar un par de bromas. Saludaba. Sonreía. Sonreía mucho. Estaba tranquilo. Relajado. Incluso, dentro de lo que es él, se podría decir que estaba dicharachero. Estábamos ante un hombre cuyo lenguaje corporal evidenciaba haberse liberado de un peso enorme. Un hombre satisfecho. Un hombre que, por una vez, no estaba allí deseando acabar con el trámite. Uno incluso diría que estaba disfrutando de todo aquello. Grabándolo en su memoria a fuego para dentro de muchos años, cuando su época de darle a los pedales no sea más que algunas viejas fotos y vídeos, pueda sentar a sus nietos alrededor y contarles, de manera pormenorizada, aquel día que el abuelo ganó su primera Vuelta a España.

El flamante vencedor de la Vuelta a España fue cortés –no lo había sido poco antes con ese absurdo sprint hacia la nada– con su rival, Chris Froome, con el que sabe que se volverá a medir, si nada raro ocurre, el próximo mes de julio en Francia. “Es mi rival directo y a día de hoy el más fuerte. Ha estado con mucha fortaleza en el Tour de Francia y le pido que no se enfade si se molestó por mi sprint. Son calentones del momento”. Y sus palabras, en realidad, sonaban sinceras. Arrepentidas. Y si no fuese así, al menos sonaban respetuosas. Sabedor el colombiano de que un triunfo es tan grande como el rival ante el que se consigue y que Froome y él están condenados a hacerse grandes el uno al otro.

Analizando el camino que le ha llevado hasta este momento de inmensa felicidad, Quintana recordaba que “las alergias en el Tour de Francia hicieron que mi cuerpo no se exprimiera al cien por cien y creo que eso hizo que me quedaran fuerzas para la Vuelta a España”. Entre la Grande Boucle y la ronda española hubo una renuncia que llamó poderosamente la atención dado el trazado de aquella prueba. “No fui a los Juegos Olímpicos porque no me sentía bien y preferí darle una plaza a un compañero que sí estuviera en condiciones de poder luchar para poder darle el oro a Colombia. Al final, casi lo conseguimos, pero la caída de Sergio [Henao] lo impidió. Yo, mientras, me centré en preparar la Vuelta para quintarme el mal sabor de boca del Tour”.

Contador sigue siendo un corredor a vigilar © G. W.

Contador sigue siendo un corredor a vigilar © G. W.

Quintana señaló que Froome es hoy en día su rival más potente, pero también señaló a Chaves como “un gran valor de futuro” del ciclismo colombiano y, por supuesto, tuvo buenas palabras para Alberto Contador y menciones para otros rivales que se fueron quedando por el camino como el también joven Súperman López. Preguntado sobre quién cree que puede llegar a situarse más cerca del británico y él mismo el próximo mes de julio, aseguró que “es complicado decir quién va a ser segundo, tercero, cuarto… Pienso que Chris es el más fuerte de mis rivales a día de hoy, pero es verdad que tenemos otros que seguramente no podamos descuidar. Pienso en [Esteban] Chaves, [Vincenzo] Nibali, [Fabio] Aru y otros que seguro que me dejo de camino. Ya hemos visto los golpes que es capaz de dar sobre la mesa Alberto. Es que, ¡Alberto no es cualquier corredor, es Alberto Contador! El año que viene cambiará de equipo y su nueva escuadra, por lo que hemos hablado, será sólida y fuerte”.

Quintana, fiel a su estilo, lanzó día tras día un mensaje de tranquilidad. El típico día a día que todos los ciclistas que se ven en su situación tienen como mantra. En las instalaciones del Escuadrón de Vigilancia Aérea número cinco reconoció, por fin, que “el domingo pasado, en Formigal, sentía que iba a ganar la Vuelta, pero también sabía que venían etapas muy difíciles como la de hoy. Ha sido una jornada terriblemente dura. Mis compañeros de equipo han llegado verdaderamente reventados por tener que responder y controlar tantos ataques. Además, tenía mucho respeto por la contrarreloj. Quise ir muy rápido, pero en las curvas sabía que había peligro y que había que tomarlas con mucha precaución. Llegaba con mucha ventaja y eso me permitía no arriesgar como lamentablemente tuvieron que hacer otros con consecuencias de caídas”.

Respecto a las sensaciones que siente ahora que se sabe ganador de la Vuelta a España y a lo vivido durante las últimas tres semanas, dijo que “es grandísimo. Sobre todo, me dio mucha felicidad y confianza la victoria en los Lagos. Tenía que darle una alegría al cuerpo y darle confianza. Fue una etapa que disfruté y allí la motivación me llevó adelante y a estar más concentrado y a creer más en mí mismo. Me ayudó a convencerme de que mis piernas eran las mejores del momento”.

Llegados a este punto en el que la parte más importante de su temporada, la de las grandes vueltas por etapas, ha llegado a su punto y final, era inevitable hablar del futuro y de lo que puede suceder en el mes de julio de 2017. Por primera vez Quintana ha sido capaz de derrotar a Chris Froome, pero es consciente de que el equipo Sky que ha formado en la Vuelta a España no es tan potente como el que suele alinear en el Tour. Preguntado sobre sus opciones ante un bloque así, aseguró que “es bastante difícil. Hemos visto el equipo que ha llevado al Tour. Es un equipo que tiene un blindaje muy fuerte, pero a nosotros esta Vuelta nos ha dado confianza. Nos ha permitido decirnos a nosotros mismos que sí podemos luchar contra ellos y probar estrategias para poder vencerlos y aprovechar los momentos adecuados para comenzar a sacar tiempo ante él”.

Eusebio Unzue justificó el mal Tour protagonizado por su pupilo diciendo que todo se debió a un exceso de presión y de expectativas que un corredor tan joven como Nairo Quintana (26) no fue capaz de digerir. Sin embargo, Quintana, sin llegar a llevarle la contraria a su jefe, no se mostró tan convencido de ello. “Sigo madurando y aprendiendo muchas cosas, pero en el Tour si no tienes las piernas y el cuerpo al cien por cien es difícil porque allí van los mejores del mundo. Es una carrera con un nivel muy exigente. Acabé tercero más que por piernas, por clase. Las piernas no respondían, pero es verdad que se sigue aprendiendo. Somos seres humanos, no máquinas… o robots [sonríe en clara referencia a la famosa frase de Alejandro Valverde]. Parece que haber hecho tercero en el Tour fuera el fracaso más grande del mundo, pero para mí no lo es”.

Froome se ha empeñado en conseguir el doblete Tour-Vuelta el mismo año, pero es algo que hasta el momento se le ha resistido. ¿Es posible conseguirlo? Quintana opina que “posiblemente se puede ganar Tour y Vuelta en una misma temporada. Tanto Froome como yo podríamos hacerlo. Todo está en que los astros se alineen y que la fortaleza nos acompañe. Froome ha ganado el Tour y ha hecho segundo aquí y yo tercero en Francia y primero aquí. Creo que es posible, pero uno debe de tener cierta suerte para poder hacerlo. Soy joven todavía y creo que seguiré madurando y algún día lo intentaremos”.

Cuando esta tarde en Madrid se retire la última valla del circuito del Paseo de La Castellana y ya no quede rastro alguno de la Vuelta a España más allá de las hemerotecas de los medios de comunicación, Quintana comenzará a pensar en lo que queda de temporada y su calendario, aunque se mostró deseoso de poder poner punto y final a este año 2016. “El resto de la temporada estoy viendo qué hacer, porque en casa también tengo calendario. He estado poco en casa y tengo familia y ganas de estar con ellos. Me hace falta volver a casa. Ahora vamos a mirar qué haremos, pero lo importante es descansar la cabeza”.

Un comentario

  1. Excelente la Vuelta. Cada año mas emocionante.Mencion de honor para Alejandro Valverde ,se la jugo en tn todo tiempo por Nairo.La sentencia de Formigal fue posible por el que i.mpidio que el grupo donde marchaba Froome se hubiera unido con el grupo en donde iva el resto del equipo del Sky.

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