Superprestigio CX: Vos y Van der Poel conquistan Diegem

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Mathieu van der Poel © Photo News

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Las cocinas del país huelen ya a riquísimas cenas navideñas, pero Bélgica no sería Bélgica si antes de una fecha tan especial como Nochebuena cuadrillas de amigos y familias enteras no pudieran desearse una feliz Navidad llenándose de barro las botas y brindando con vasos de plástico en una campa disfrutando de una nueva carrera de lo que en invierno se convierte en el gran evento social nacional.

Y si Bélgica no sería el país que es sin que Diegem, la nocturna de Diegem, le dé ese ambiente tan especial al periodo navideño del ciclocross, la Nochebuena no sería la Nochebuena si aquellos que se han portado bien no recibiesen sus regalos. Y los aficionados a la especialidad invernal del ciclismo se han debido de portar muy bien porque hoy se ha hecho oficial que Lars van der Haar, el único hombre que parece que puede aspirar a poner en aprietos a los dos grandes dominadores del barro, ha anunciado que el próximo lunes estará en la prueba de la Copa del Mundo que se celebrará en Heusden-Zolder, adelantando de esta manera casi en una semana los mejores pronósticos sobre su regreso a la competición tras su grave lesión.

Pero hasta que Van der Haar pueda ser un rival serio para Van Aert y Van der Poel todavía queda tiempo. Mucho tiempo. Quizás, dadas las alturas de temporada a la que nos encontramos, el holandés no pueda aspirar a más que volver a poner sus piernas en marcha esta campaña pensando ya en reencontrarse con su mejor versión el próximo invierno, pero es cierto que liberado de todo compromiso en las challenges, va poder centrarse al cien por cien –y sin ningún tipo de presión– en preparar el mundial de Luxemburgo, una cita a la que los dos monstruos llegarán, claro está, muy rodados, pero, a la vez, muy cansados tras una campaña en la que cada fin de semana se han exprimido al máximo. “El lunes no me importa el resultado, el objetivo es empezar a soltar las piernas”, reconocía el propio corredor holandés, aunque todo eso, visto lo que ha sido capaz de hacer hoy su compatriota Marianne Vos, estará por ver.

Pero eso son futuribles. Conversaciones y elucubraciones que sirvieron para matar el tiempo en la fría tarde de Diegem, ese circuito en el que el ruido de los reactores de los aviones que despegan del aeropuerto de Zaventem no consigue apagar el griterío y los aplausos de un público entregado a esa atmósfera realmente especial que confieren la nocturnidad y la proximidad de la Navidad. Diegem no ha sido únicamente la sexta cita del Superprestigio sino que ha sido, sobre todo, la puerta de entrada a unas semanas en las que las agendas de los corredores apenas ofrecen tregua. Unas semanas en las que las batallas entre Van Aert y Van der Poel podrían llegar, a poco que sigan por el mismo camino que han venido recorriendo hasta ahora, a su máxima expresión.

Lo de hoy, comenzó, en cualquier caso, como una especie de anticlímax. El campeón del mundo y el líder del Superprestigio se marcharon, sin esfuerzo aparente, en el primer giro dejando atrás al dúo formado por Toon Aerts, que de nuevo parece estar alcanzando un golpe de pedal que parecía haber perdido, y Kevin Pauwels. Lo triste de la imagen que nos ha ofrecido hoy la carrera de Diegem ha sido comprobar que, efectivamente, Van der Poel y Van Aert son tan infinitamente superiores que incluso cuando acaban rodando juntos sin llevarse al límite son capaces de estar muy por encima del resto de sus rivales.

Así las cosas, los dos insultantes dominadores se dedicaron a correr pensando en la general de la challenge más que en la carrera. De vez en cuando, muy de vez en cuando, alguno hacía algún movimiento, más de cara a la galería que con intenciones reales de hacer daño, pero el uno y el otro se dedicaban a vigilarse y a correr en base a sus propios intereses. Van der Poel, con un buen colchón de puntos en la general –teniendo en cuenta las pequeñas diferencias que este sistema permiten construir–, sabía que Van Aert no podía permitirse que Pauwels y Aerts se les acercaran, por lo que dejó que fuera el belga el que llevara el peso de la carrera. Van Aert, por su parte, sabía que ya sólo le vale ganar si quiere tener opciones a repetir su Grand Slam, pero era muy consciente de que vaciarse demasiado llevando a Van der Poel a rueda era una sentencia de muerte. Por ello, la carrera se convirtió en un aburrido tratado de cómo nadar –en este caso, pedalear– y guardar la ropa a la vez.

Fue poco antes de llegar a la marca de dos vueltas para el final cuando Van der Poel protagonizó el primer cambio de ritmo serio de la carrera. Aceleró el holandés y Van Aert se vio, de repente, a unos 20 metros de su rival y, esta vez, sí le costó algo más que un suspiro volver a coger la rueda de un Van der Poel al que la situación parecía, por primera vez, no gustarle nada.

Lars van der Haar vuelve en Zolder © Belga

De repente, algo cambió. Van Aert se dio cuenta de que el holandés no rodaba muy contento con ese ritmo y decidió, abierto ya un hueco de más de medio minuto respecto a Aerts y Pauwels, dejar que fuera el líder de la general el que asumiera el mayor desgaste en los dos últimos giros.

Y así, con Van der Poel obligado por un muy táctico e inteligente Van Aert a hacer todo el trabajo en ese epílogo de la nocturna de Diegem, entraban los dos, codo con codo, en la última vuelta. Un giro postrero en el que, incluso, se permitieron el lujo de protagonizar algún muy poco habitual parón que permitió a Pauwels y Aerts a acercarse a unos diez segundos.

Van der Poel miraba hacia atrás esperando que Van Aert reaccionara a la proximidad de esos dos hombres que podían poner en riesgo los puntos que tanto necesita para seguir teniendo opciones en la general, pero el campeón del mundo demostró tener unos nervios de acero y no se dejó engañar por el holandés, sabedor de que tampoco al dominador de este Superprestigio le interesaba tener invitados incómodos pensando en el triunfo parcial.

Y así, al paso junto al campo de fútbol, Van der Poel aceleró. Atacó como no había atacado antes en esta tarde. Van Aert no se cebó, sabedor de que la zona de arena que se aproximaba era la peor para sus intereses. Intentó cerrar el hueco, pero un pequeñísimo, casi inapreciable, error antes de los tablones hizo imposible volver a dar caza a un Van der Poel que todavía tuvo tiempo, marca de la casa, de lucirse con un saltito –filigrana incluida– en lo alto del último puente. Por detrás, Kevin Pauwels acabó en tercera posición.

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Vos se postula como favorita al mundial

Marianne Vos celebra su primer triunfo tras su regreso / © Superprestige

Una semana. Eso es todo lo que ha necesitado Marianne Vos, la heptacampeona del mundo de la especialidad, para volver a levantar los brazos en una prueba de máximo nivel después de 687 días de ausencia. Inédita durante toda la pasada temporada, Vos regresó a la competición la pasada semana en Amberes, donde acabó en cuarta posición, y hoy, en Diegem, ha vuelto a poner las cosas en su sitio protagonizando un bellísimo duelo con la belga Sanne Cant.

Ellen Van Loy fue la gran ausente de una prueba que, por lo demás, contó con la presencia de todos los grandes nombres del pelotón internacional. Cant, Vos y Nash fueron las grandes animadoras de la prueba nocturna de Diegem, pero la checa de origen americano pronto evidenció que estaba un punto por debajo de sus dos rivales, por lo que se tuvo que conformar con dejar marchar a la belga y a la holandesa con la esperanza de poder mantener un ritmo suficiente que impidiese el regreso del grupo que había quedado muy fragmentado por detrás después de la tercer vuelta, momento hasta el que habían rodado todas más o menos juntas.

Los tres últimos giros al circuito fueron, sencillamente, preciosos. Sanne Cant y Marianne Vos nos regalaron un duelo casi calcado al que ya nos han acostumbrado Van der Poel y Van Aert. El público, siempre tan entregado con las estrellas locales –y más si la rival es una corredora holandesa–, se dividía entre el fervor patriótico y la justicia poética que suponía un triunfo de la renacida Vos. El que más y el que menos no sabía a quién aplaudir con más fuerza… hasta que poco antes del penúltimo paso por la línea de meta Vos aceleró y abrió un pequeño, pero suficiente hueco con una Cant que durante todo el último giro peleó lo indecible por reducir su desventaja, pero que en la penúltima curva cuando, por otro lado, ya estaba todo decidido a favor de la holandesa, se fue al suelo dejando a Vos el espacio y el tiempo suficiente para deleitarse y disfrutar de este primer triunfo tras su regreso. Katerina Nash completó el podio.

La vencedora no podía ni quería ocultar su entusiasmo y reconocía que “estoy muy contenta. Haber vuelto al barro y haberlo hecho con un inicio tan prometedor como el cuarto puesto de la semana pasada en Amberes ya fue especial, pero ¡esto es sencillamente divino!”.

Por supuesto, tras su actuación en Diegem y teniendo en cuenta su palmarés en esa carrera, Marianne Vos se ha situado, de un día para otro, entre las grandes favoritas de cara al mundial de Luxemburgo, aunque ella no quiere echar las campanas al vuelo. “No creo ser la gran favorita para el mundial. Es cierto que he hoy ha sido una gran carrera, pero habrá que seguir dando pasos en ese sentido”, aunque sí que reconoció que “los campeonatos son mis grandes objetivos de esta temporada”.

Por su parte, Sanne Cant reconoció que aunque “en este momento estoy fastidiada” era consciente de que “no es una vergüenza perder contra Vos”.

Orts, de nuevo entre la elite mundial

Quinten Hermans celebra su triunfo en Diegem / © Superprestige

Decíamos antes que los aficionados al ciclocross han debido de ser bastante buenos este año ya que Papá Noel les ha dado hoy el regalo adelantado del anuncio de la vuelta a la competición de Lars van der Haar, pero los aficionados españoles han debido de ser todavía más ejemplares en su comportamiento porque hoy han podido celebrar un estupendo sexto puesto a cargo de Felipe Orts en la prueba sub23, un resultado que le devuelve a la elite del ciclocross mundial y, además, dando grandes sensaciones ante el inicio de una época crucial en la campaña invernal de la misma manera a como el pasado año su nombre entró en todas las quinielas de cara al mundial de la especialidad cuando el día 26 de diciembre se alzó con esta misma sexta posición en la cita de la Copa del Mundo de Zolder, el mismo circuito donde el último día de enero se puso en juego el arcoíris de la categoría.

La prueba estuvo protagonizada por un grupo bastante numeroso en el que, junto al español, rodó la flor y nata del pelotón sub23 internacional. El campeón de Europa, Quinten Hermans, fue el más activo de todos ellos junto al holandés Joris Nieuwenhuis, pero su empuje no fue suficiente para eliminar a peligrosos elementos como, por ejemplo, el campeón del mundo Eli Iserbyt.

Fue en el último giro cuando Nieuwenhuis e Iserbyt, los hombres más en forma durante las últimas semanas, y el campeón continental abrieron, por fin, hueco suficiente para jugarse un triunfo que al final acabó en el casillero de Hermans por delante de Nieuwenhuis y el maillot arcoíris.

Felipe Orts durante la carrera en Namur / © Instagram

Orts, realmente satisfecho con esa sexta plaza obtenida hoy, atendía a Ciclo 21 pocos minutos después de finalizar la que, por el momento, ha sido su mejor carrera internacional del año –junto a aquella décima plaza de Valkenburg– y aseguraba que “ha sido un día en el que he sufrido mucho, pero en el que he podido mantenerme en el grupo de los favoritos durante toda la carrera”. El corredor de La Vila Joiosa explicaba que “en la salida, como siempre, ha sido muy complicado librar las caídas, pero me he encontrado muy seguro sobre la bicicleta” y gracias a eso ha podido pelear una  posición entre los grandes nombres de la categoría.

El alicantino rodó “toda la carrera entre el quinto y el octavo puesto capeando como podía los ataques en una carrera que ha tenido todo el nivel de una cita de la Copa del Mundo”. Incluso, Orts reconoce que “he intentado arrancar a falta de dos vueltas, pero hay que reconocer que están un punto más rápidos”.

Felipe Orts pasará ahora Nochebuena y Navidad en Bélgica, donde ha permanecido toda esta semana, para disputar el lunes la puntuable de la Copa del Mundo de Zolder que tan buenos recuerdos le trae al español, carrera tras la que pondrá rumbo a España.

Jelle Camps fue el mejor júnior

Jelle Camps cimentó su ventaja en la última vuelta / © Superprestige

La prueba Júnior comenzó con la formación de un grupo cabecero integrado por Jelle Camps, Thymen Arensman, Toon Vandenbosch, Florian Vermeersch y Andreas Goeman, que apenas necesitaron unos metros de la primera vueltas de las cinco que acabarían dando al circuito para marcar diferencias respecto a todos sus rivales.

Vandenbosch y Camps se mostraron como los más activos desde el primer momento y fueron los encargados de marcar el ritmo de la prueba. Un ritmo que se antojó excesivo para Vermeersch, que no pudo volver a cerrar el hueco tras verse expulsado de ese grupo cabecero a causa de una avería. Un problema que llegó prácticamente en el mismo momento en el que Vandenbosch aceleraba y ponía tierra de por medio en un movimiento que en algún momento llegó a parecer definitivo.

Por detrás, Camps se hacía cargo de la persecución y, aunque la buscaba, no encontró la complicidad de un Goeman que suficiente tenía con aguantar la rueda de su rival. Finalmente, tuvo que desistir de ello y Camps acabaría teniendo que cerrar el hueco con Vandenbosch con la incómoda compañía del holandés Arensman.

Fue ya en la última vuelta cuando Camps lanzó su apuesta, que acabaría siendo la acertada, y pudo abrir el hueco suficiente como para imponerse en la línea de meta a un Vandenbosch que, pese a acabar segundo, sigue manteniendo el liderato de la general. Por su parte, Arensman completó el podio.

CLASIFICACIÓN PRUEBA ELITE MASCULINA

CLASIFICACIÓN PRUEBA ELITE FEMENINA

CLASIFICACIÓN PRUEBA SUB 23

CLASIFICACIÓN PRUEBA JÚNIOR