Van Aert: “Sigo sorprendido por lo bien que salió todo”

Wout Van Aert_Calpe

Wout Van Aert habló en exclusiva para Ciclo 21 y repasó lo que ha sido su carrera hasta el momento

Nicolas Van Looy / Enviado especial Calpe – Ciclo21

Siempre me gustó llegar con suficiente antelación a las entrevistas para poder ver llegar al entrevistado. Me da la oportunidad de estudiarle durante unos segundos, a veces, suficientes para adivinar su estado de ánimo y algún secreto más que no les voy a contar, pero que me ayuda a plantear el cuestionario. Cuando entro en el hall del hotel Diamante Beach de Calpe, todavía restan más de 20 minutos para que llegue la hora fijada para la entrevista, así que me dispongo a elegir un asiento desde el que pueda ver la entrada y, a ser posible, lo más alejado de la misma para disponer del mayor tiempo posible de observación, pero mientras lo hago le veo ya sentado. Relajado. Piernas cruzadas. En la mano, el móvil. “La cobertura del wifi es horrible, vengo aquí porque es la mejor que encuentro en todo el hotel. En la habitación, es imposible conectarse”. Un refresco en las últimas sobre la mesa. Junto a él, su jefe de prensa. Cuando les saludo, Wout Van Aert, el mejor especialista en ciclocross del momento y actual número uno de la UCI-, deja el móvil apartado y, con exquisita educación y corrección, hace algo que me sorprende enormemente: se preocupa por la comodidad del periodista que viene a interrumpir su descanso y concentración. Se interesa por todo. “Me sorprende que un medio español quiera hablar conmigo”, me reconoce. Un corredor profesional español, de un equipo World Tour que se encuentra alojado en el mismo hotel, me preguntará más tarde: “¿ése es el chaval del ciclocross que lo está ganando todo?” Son dos realidades. Dos divisiones. Uno, archiconocido en todo el planeta. El otro, un ídolo en su país que pasa desapercibido entre sus colegas de la ruta.

El otro día, entrenando, conocí a un corredor español de ciclocross que vive en un pueblo cerca de aquí: Felipe Orts. Estuve entrenando un rato con él”. Wout Van Aert quiere agradar, pero no lo hace de manera artificial. Le sale espontáneamente. Es hablador y abierto. El móvil, contrariamente a lo que uno se teme de un chaval de 21 años al verlo hace un momento, ha quedado olvidado. Le interesa lo que le tengo que contar y preguntar. Dentro de algo más de 45 minutos, cuando terminemos la entrevista, habrá una cosa que me quedará muy clara: el ciclocross tiene un gran embajador en la persona de Wout Van Aert.

-Si no le importa, vamos a empezar por el principio y eso significa hablar del pasado año. Viéndolo en perspectiva, imagino que ese invierno sería como una montaña rusa para usted.

-Sí, efectivamente, fue así. Por fortuna, al final las cosas salieron muy bien. Mi actual equipo me hizo un contrato profesional en marzo de 2014 y comencé la temporada con la idea de comenzar a medirme con los profesionales en el BPost Bank y hacer el resto de la temporada con los Sub-23. Lo que ocurrió es que las cosas me salieron tan bien que, al acabar la temporada, se podría decir que ya era un profesional al cien por cien. En ese sentido, he de reconocer que sigo sorprendido por la velocidad y por lo bien que salieron las cosas.

-Acaba de cumplir hace unos meses 21 años. ¿Tiene la sensación de que está sucediendo todo demasiado rápido?

-¡Uf! Esa pregunta debería de responderla desde dos puntos de vista. En cuanto a las carreras en sí mismas, la verdad es que no he tenido esa sensación porque he podido adaptarme muy bien. Visto con la perspectiva que ahora me da el tiempo, me pude adaptar realmente bien. Lo que sí me sorprendió fue todo lo que llegó aparejado con ello. De repente, me vi dando muchas más entrevistas, siendo el centro de atención de mucha gente, firmando más autógrafos… Ese fue un paso adelante muy importante. Fue algo así como, de la noche a la mañana, pasar de ser una persona absolutamente anónima a ser una celebridad, por decirlo de alguna manera. Y es algo que sigue sucediendo porque esta temporada esa circunstancia se ha incrementado todavía más.

-Habla usted de atención mediática, de ser el centro de atención de los aficionados…. ¿Qué fue lo que más le costó asimilar?

-El momento más complicado que viví fue el campeonato de Bélgica. De repente, me vi como el máximo favorito y, si te soy sincero, no estaba preparado para ello. [Se detiene y mira al infinito y, casi como si hablase más para sí mismo que para el periodista, repite] No, no estaba preparado.

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Van Aert tiene el mundial como objetivo

-Su explosión el pasado año coincidió con dos factores que parece que van a condicionar al ciclcross durante las próximas temporadas. Por un lado, el bajón de Sven Nys y, por otro, la llegada, junto a usted, de Mathieu van der Poel. Todo eso, le situó en el centro de mira de la afición belga. ¿Cómo gestionó esa presión?

-No fue nada fácil, la verdad. ¡Pero ojo! Fue algo que me gustó vivir. De repente, todo el mundo me veía como el heredero de Sven Nys y eso fue algo muy bonito. ¡Ten en cuenta que es algo con lo que siempre has soñado desde que eras un niño! Pero es cierto que, con la importancia que tiene el ciclocross en Bélgica, convertirte de repente en la esperanza belga frente a Mathieu, con la rivalidad que ya sabes que existe entre belgas y holandeses, no fue algo sencillo. Eso me puso mucha presión encima. Como te he dicho antes, cuando empezó la temporada, mis objetivos eran otros. Quería probarme entre los profesionales y pensaba que estaría bien poder estar delante en alguna carrera puntual, pero nunca pensé que podría suceder algo como lo que sucedió. Pero aprendí mucho de esa experiencia porque fue un periodo de adaptación que tuve que hacer en muy poco tiempo y creo que hoy por hoy puedo decir que me salió muy bien.

-Las semanas previas al mundial de Tabor nos llevó usted locos a todos los periodistas con las dudas sobre su participación o no en la categoría profesional. Cuénteme cómo vivió usted ese periodo y cómo llegó a la decisión final de correr en la máxima categoría.

-Pues, efectivamente, ese es uno de los mejores ejemplos de lo que te explicaba antes. Hasta muy poco tiempo antes, nunca pensé que podría plantearme correr el mundial de Tabor con los profesionales. Y, de repente, se empezó a hablar sobre esa cuestión. Fue una discusión que, en realidad, surgió fuera de mi entorno. Sobre todo, en la prensa y entre los aficionados. Nosotros, mi equipo y yo, ni siquiera habíamos hablado del tema y todo el mundo discutía sobre si quería, debía, podría o lo que sea. Entonces sí es verdad que tú mismo empiezas a pensar en ello. Lo que ocurre es que, de nuevo, todo sucedió muy rápido y cambiar mis planes de esa manera fue una sensación muy extraña. Finalmente, elegí correr con los profesionales porque entre los sub-23 había conseguido tantas cosas que, en caso de ganar, ese maillot arcoíris no iba a suponer nada respecto al crecimiento de mi carrera y, si no hubiese ganado, nadie lo hubiese entendido.

-Tenía usted nada que ganar y mucho que perder.

-Sí, exactamente. Iba a ser una carrera muy mala para mí. Sin embargo, entre los profesionales iba a poder adquirir experiencia y, en realidad, no tenía nada que perder. Por poner un ejemplo, conseguir una plaza de podio se planteaba como un gran logro y eso, con los sub-23, no iba a ser así. Es verdad que vi que tenía opciones de conseguir el título y eso fue, seguramente, lo que acabó por inclinar la balanza. Quería intentarlo.

-Sin embargo, su expresión cuando se colgó la medalla de plata en el mundial de Tabor era de una gran frustración, algo que a priori no se corresponde con lo que se puede esperar de un chico de 20 años que consigue ese logro en su primera temporada. Cuénteme cómo se sintió durante ese fin de semana

-[Sonríe y asiente con esa expresión que da a entender, ‘sí, ahora lo veo mucho más claro’] Mira, si la ceremonia del podio se hiciese, por ejemplo, un día más tarde, mi cara habría sido muy distinta, pero tenéis que entender que te subes al podio apenas un cuarto de hora después de la carrera. Había tenido mala suerte durante la carrera y, bueno, perdí la carrera de una manera que siempre te da más rabia. Eso hizo que, naturalmente, durante las primeras horas dominase el sentimiento de frustración y rabia. Además, había ganado Mathieu, que tiene mi misma edad. Eso refuerza la idea de que mi opción había estado muy cerca. Pero te puedo decir muy sinceramente que después te quedas con la parte buena de todo ello y estás muy contento y orgulloso de haber conseguido esa medalla de plata.

-Las primeras reacciones por parte de prensa y aficionados iban en la dirección de que esa mala suerte en forma de caída le llegó porque tenía demasiada presión encima. ¿Fue así?

-No, en absoluto. Eso es lo que los periodistas decís porque tenéis que encontrar siempre un motivo para las cosas. Realmente, no fue así. Dime una cosa, ¿cómo puede hacer la presión que se te salga la cadena? Desde mi punto de vista, es simple mala suerte. Algo así puede ocurrir por un fallo del mecánico o por cualquier otro motivo, pero seguro que no ocurre por tener demasiada presión. Es simple mala suerte.

-A diferencia del pasado año, esta temporada la afrontaba desde el inicio como uno de los grandes favoritos a todo. ¿Ha cambiado de alguna manera su preparación?

-He intentado dar un paso más. He entrenado algo más que otros años. Mi intención es intentar estar cada año un poco más fuerte que el anterior. Eso era lo más importante porque el año pasado podía elegir mi calendario, pero este año tengo que estar cada fin de semana en mi mejor momento y eso hace que la temporada sea más larga y dura y para eso he entrenado más durante el verano. Lo que no he cambiado es, por llamarlo de alguna forma, mi método de entrenamiento porque el año pasado ya me dio muy buenos resultados.

-No sé si estoy equivocado, pero el pasado fin de semana en Essen dio la sensación de que, por primera vez esta temporada, algo no iba al cien por cien. ¿Qué sucedió?

-Ya sé por dónde vas. Lo siguiente que me vas a preguntar es si no pienso que estaba en forma demasiado pronto.

-Efectivamente, esa era mi siguiente pregunta.

-[Ríe a carcajadas] Eso es algo que tendremos que ver. Si es así, es algo que vamos a ver muy rápido porque las fechas de los campeonatos ya está muy cerca. Pero, en ese sentido, creo que estoy bien y que voy a poder demostrar que es posible estar bien durante toda la temporada y que podré correr buenos campeonatos. Ese es uno de los motivos por los que vengo con frecuencia a Calpe.

-En cualquier caso, veo que entiende las dudas. Si finalmente durante las próximas semanas se evidencia un bajó en su rendimiento, ¿haría algún cambio en su calendario y en su preparación?

-Te seré sincero. Desde la pretemporada planteamos que sería en esta época cuando decidiríamos, en base a mis sensaciones, qué calendario haríamos en la segunda parte del invierno. Así ha sido y voy a ir a todas las pruebas de las tres challenges para no perder la oportunidad de ganarlas a final de temporada, pero es verdad que estoy en una situación de lujo porque puedo empezar a ‘usar la calculadora’. Si es necesario, en algunas carreras podré permitirme no derrochar demasiadas energías en comparación con los demás y, de esa manera, preparar bien los campeonatos. El problema es que una vez que me pongo el dorsal quiero darlo siempre todo. Voy a tener que controlar eso.

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Van Aert atendió en exclusiva a Ciclo 21

-Da la impresión de que Mathieu van der Poel ya está muy cerca de llegar a su mejor momento de forma. Además, él ya no tiene nada que hacer en las challenges, por lo que se podrá centrar al cien por cien en preparar los campeonatos ¿Cree eso puede ser una ventaja parar al holandés?

-Efectivamente, tiene la ventaja de que puede preparar mejor esas carreras, pero nunca diría que haber sufrido una lesión de rodilla que te deja parado tres meses puede convertirse en una ventaja. Ha sufrido una lesión muy seria. Yo sí esperaba que estuviera tan rápido a nuestro nivel porque ha medido muy bien el momento para regresar. Se ha preparado muy bien. Todo el mundo sabe que, si está a su mejor nivel, puede ganar cualquier carrera y eso es una motivación para mí también.

-¿Es para usted importante que él esté compitiendo a su mejor nivel para que nadie pueda decir que sus triunfos no fueron contra los mejores?

-Sí, es algo que me motiva y, efectivamente, para mí es importante que no existan esos comentarios. Pero, por otro lado, es cierto que es un rival muy complicado.

-¿Le ha sorprendido el buen papel de Sven Nys en lo que llevamos de temporada?

-Esperaba que estuviera más fuerte que el año pasado, pero sí es verdad que estoy un poco sorprendido por lo realmente fuerte que está. Esto no hace más que reforzar mi sentimiento de enorme respeto por él.

-Si Nys sigue así, ¿cómo van a plantear el Mundial?

-¡Ésa es la pregunta eterna en la selección belga! Tenemos la fortuna de que siempre tenemos muchos grandes nombres y es muy complicado conseguir que todos vayamos buscando un único interés. Cuando la carrera empieza, todos pensamos en ir a buscar nuestras propias opciones. Si en Zolder resulta que soy el que mejor está del equipo y otros corredores me pueden ayudar, eso estará muy bien. Pero es cierto que el ciclocross es un deporte eminentemente individual y la posibilidad de que podamos formar un grupito de belgas en cabeza es muy pequeña. El trabajo en equipo, al final del día, no es importante en este deporte.

-El ciclocross sigue siendo, por desgracia, un deporte demasiado centrado en Bélgica. ¿Cómo piensa que se puede solucionar este problema?

-Creo que el ciclocross lo tiene todo para ser un deporte interesante para el espectador. Es explosivo, corto, atractivo para verlo por la televisión… El problema no está ahí. Creo que el problema, ¡bendito problema para nosotros!, es que el nivel en Bélgica está bastante por encima del de cualquier otro país. Eso sucede, pienso, porque en otros países el ciclocross no es una opción de futuro para los jóvenes talentos. Si en España surge un buen especialista que lo puede hacer realmente bien, va a intentar dar el salto a la ruta muy pronto porque en el ciclocross no tiene futuro. Eso sólo cambiará si en otros países surge algún gran corredor que arrastre con él a un equipo. Y con equipo me refiero a una infraestructura que trabaje desde la base. ¿Cómo se consigue eso? ¡Uf! Seguramente es una cuestión de esperar a que la naturaleza os dé un talento que pueda dar ese paso.

-Me ha contado que durante esta semana ha estado rodando con Felipe Orts. Ya sé que ni le ha visto competir ni ha corrido contra él, pero teniendo en cuenta que es uno de los mejores especialistas de España, ¿qué sensaciones le ha transmitido?

-Efectivamente, no le conozco mucho, pero he preguntado por él a mis ex compañeros de la categoría sub-23 y me dicen que puede defenderse bien en las pruebas de Copa del Mundo. Creo que es un corredor fuerte y en los entrenamientos no está, para nada, por debajo de nuestro nivel. Ha sido interesante conocerle, pero no puedo darte una opinión en los términos que tú me lo pides porque le conozco demasiado poco para eso. ¡Eso sí! Es una muy buena señal que en este periodo de Navidad vaya a venir a Bélgica a correr varias pruebas. Creo que competir al máximo nivel con nosotros es algo que puede hacer mejorar mucho a los extranjeros. ¡Está muy bien que él lo quiera intentar!

-¿Qué sabe del estado del ciclocross en España?

-Sé que hay zonas con bastante tradición como el País Vasco. Recuerdo que de pequeño siempre veía la carrera de Igorre por la televisión y siempre había bastante público en el circuito y, por lo tanto, que el ciclocross allí está ‘vivo’. En cuanto a corredores, sólo he visto a los que vienen a correr en Bélgica, así que conozco demasiado poco como para dar una opinión.

-Cada vez que un corredor destaca sobremanera en el ciclocross, no tarda en aparecer la gran pregunta: ¿se pasará en algún momento a la ruta? ¿Tiene usted pensado dar ese salto en algún momento?

-Sí, es así y no lo entiendo. A mí me lo preguntan cada vez más, pero la suerte que yo tengo es que, al ser belga, es una elección y una decisión que puedo tomar por mi mismo ya que uno se puede ganar bien la vida en el ciclocross. Eso no ocurre en el extranjero porque no pueden poner un plato de comida en la mesa con esta especialidad. Yo, por el momento, no me lo planteo. Siempre he soñado poder ser profesional en el ciclocross y ganarme la vida con ello. Nunca lo hice con ser corredor de ruta. No soy de los que dicen que eso nunca ocurrirá, pero por el momento no me lo planteo y, por lo tanto, no va a suceder en el futuro a corto plazo.

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Todo sucedió muy deprisa el pasado año

– Sus estancias en Calpe son muy frecuentes. ¿Qué encuentra aquí que no puede encontrar en Bélgica?

-Dos cosas: buen tiempo y tranquilidad. Hace ya un tiempo que vengo aquí y hoy [ha llovido durante la tarde y hace algo de viento] es el día más frío que he tenido en todas mis estancias. El tiempo está aquí muy garantizado. Sven, por ejemplo, va a Mallorca, pero ahí hay más días de frío que aquí.

-Sven Nys colgará la bicicleta en sólo unos meses y muchos opinan que Van der Poel y usted van a ser los dos corredores que van a dominar el ciclocross en los próximos años. Como buen conocedor que es de los que han sido sus compañeros y rivales en sub-23 hasta el año pasado, ¿quién cree que puede llegar por detrás para ponerles a ustedes dos las cosas difíciles?

-Sí, hay gente que está evolucionando muy bien. Creo que la gente de mi generación está en una línea de progresión muy interesante y que hay algunos chicos que pueden evolucionar todavía un poco más. Pienso en Tim Merlier, Laurens Sweeck, Gianni Vermeersch… Como decíamos antes, la pena para vosotros es que son todos belgas. Son chicos que, hoy por hoy, están todavía un escalón por debajo de Mathieu y yo, pero que están evolucionando de forma más lenta, pero eso no quiere decir que no vayan a llegar. Entre los sub-23 veo muy fuerte a Eli Iserbyt. Es su primer año y gana allí donde quiere. Tengo muchas ganas de verlo en un par de años con los profesionales y comprobar si puede seguir con esa progresión.

-Sven Nys tiene todos los récord de ciclocross salvo el de victorias en los mundiales, que con siete oros es para Erik De Vlaeminck. ¿Usted se plantea como un objetivo a largo plazo superar esos números?

-[Se ríe] Es una buena pregunta. Realmente, no es algo que me ocupe demasiado ahora mismo. Yo estoy empezando y no pienso en esas cosas todavía. Déjame, en ese sentido, decir una cosa: me da pena que un corredor tan fantástico como Sven Nys, que ha sido sin duda el mejor de su generación, no tenga más mundiales. Espero ser un corredor que en los mundiales pueda hacer ver que fui el mejor de ese año. Eso no siempre es fácil. ¿Tener una carrera como la de Sven? Eso es un sueño que tenemos todos los corredores, pero para conseguirlo hay que estar súper fuerte cada fin de semana durante muchos años. El récord en sí mismo no me preocupa, es algo que llega de forma automática si consigues estar siempre a un nivel enorme. Lo que sí quiero es conseguir más campeonatos mundiales que Sven.

-¿Hoy por hoy, cuál es el gran objetivo de su temporada? ¿Superprestigio, Copa del Mundo, Bpost Bank o Mundial?

-Por supuesto, los campeonatos son lo más importante de la temporada. Son dos carreras muy bonitas para mí. Eran el objetivo al inicio de la temporada y siguen siéndolo, pero son carreras de un solo día y puede suceder de todo. ¡Mira mi mundial del año pasado! Por eso, me da cierta tranquilidad estar haciéndolo tan bien en las challenges. Por eso, la intención es defender bien mis lideratos.

-Pero si tuviese que elegir uno, ¿cuál sería?

-El Mundial. Sin duda.

-Deme un pronóstico del Mundial de Zolder

-Primero, Wout Van Aert. [Se detiene y piensa durante unos segundos]. Lars van der Haar, segundo y Mathieu van der Poel, tercero.

-¿Qué le diría a un español que no ha visto nunca un ciclocross para ‘engancharle’ a este deporte?

-No sé cómo es la cultura en España, pero en Bélgica los domingos a mediodía son el momento de descanso para todo el mundo. El ciclocross se ha convertido en algo así como una tradición. Algo que todo el mundo ve después de comer. Para un espectador, creo que es mucho más divertido que una prueba de ruta: dura sólo una hora y suceden muchísimas cosas en ese tiempo. Hay cambios de posición constantes, caídas, tensión… es el deporte ideal para ver por televisión… ¡y porque participa un chaval que se llama Wout Van Aert! [se ríe a carcajadas].

2 comentarios

  1. Felicidades por la entrevista.Magnífica.

  2. Gran entrevista, viva el ciclocross !!

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