2ª 3 Días De Panne: Kristoff en la exhibición de Quick Step

E il Vichingo vola! ?✈️
Alexander #Kristoff vince la seconda tappa della Tre Giorni di La Panne! #EurosportCICLISMO pic.twitter.com/N1UWVxXjqc

— Eurosport IT (@Eurosport_IT) 29 de marzo de 2017

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Tras la demostración protagonizada ayer por Philippe Gilbert (Quick Step Floors), presentando su candidatura definitiva –si es que alguien todavía albergaba alguna duda– al triunfo el próximo domingo en la Vuelta a Flandes, hoy los 3 Días De Panne-Koksijde nos tenía deparada una etapa que, pese a la presencia de cinco ascensiones como eran el Mesenberg, Monteberg, Kemmelberg, Rodeberg y Vidaigneberg, se antojaba como bastante menos complicada que la inaugural,

Sin embargo, el viento, el eterno viento de esta zona belga, esperaba para complicar las cosas. Lawrence Naesen (Veranclassic Aqua Protect), Ben Perry (Israel Cycling Academy), Egveny Shalunov (Gazprom-RusVelo), Stef Van Zummeren (Vérandas Willems-Crelan), Conor Dunne (Aqua Blie Sport), Robby Cobbaert (Cibel-Cebon), Brian van Goethem (Roompot), Mark McNally (Wanty-Groupe Gobert), Piet Allegaert (Sport Vlaanderen-Baloise) y Bjørn Tore Hoem (Joker Icopal) fueron los primeros en intentar aprovecharse de esa circunstancia. Los diez pusieron pronto tierra de por medio confiando en que una complicación posterior sembrara las dudas en el pelotón y, quizás, hiciera que los grandes favoritos optaran por la prudencia ante los grandes restos que están por venir los próximos dos fines de semana.

Así, la ventaja del enorme grupo de cabeza de carrera creció muy rápidamente hasta superar los cinco minutos, pero fue ese el momento en el que Quick Step Floors, equipo del líder y con una baza muy importante para el sprint en la figura de Marcel Kittel, encontró la colaboración de otros conjuntos interesados en una llegada masiva y la fuga quedó vista para sentencia.

Fue en el Kemmelberg, tercera ascensión del día –se concentraban las cinco hacia la mitad del trazado–, cuando las cosas se desmadraron un tanto en el gran grupo. El pelotón se rompió en tres grupos que posteriormente volverían a unirse, pero quedó meridianamente clara la intención –y las fuerzas– de cada cual.

Kristoff ante Theuns © Katusha

Tras este desbarajuste, Pim Ligthart (Roompot) y Alex Kirsch (Veranclassic Aqua Protect) se quedaron en una situación un tanto incómoda. Los dos, en solitario, rodaban por delante del pelotón intentando dar caza a los escapados que a estas alturas contaban con poco más de un minuto de ventaja y, por lo tanto, tenían ya muy claro que nada de provecho iban a sacar de esa aventura.

Además, la presencia de Ligthart, a 1:11 de Gilbert en la general, obligaba –más si cabe– a que Quick Step Floors se tomara las cosas más en serio por detrás. Tanto que cuando Trek-Segafredo buscó, a 50 kilómetros de meta, pillar en fuera de juego al líder de la carrera formando un abanico en cabeza de pelotón, lo único que consiguieron fue, además de llevarse con ellos al propio Gilbert, que el campeón de Bélgica incorporara al corte a tres compañeros. Con ello, Quick Step Floors pasaba a ser el equipo más numeroso del corte. Ese fue el momento en el que decidieron mostrar ese ADN combativo que la escuadra de Lefevere lleva dentro y, en lugar de colocarse a rueda y quedarse a ver qué pasaba, decidieron entrar a cuchillo para terminar de cortar a un Luke Durbridge (Orica-Scott) que estuvo atento a ese momento crucial, pero no lo suficiente. El australiano fue el primero hombre en quedarse cortado y veía impotente como la carrera se le marchaba.

Y fue entonces cuando los nervios y el viento, ese viento que nunca defrauda, hizo que el pelotón saltara literalmente por los aires. Incontables pequeños grupitos que, formando abanicos, se perseguían unos a otros ocupando todo el ancho de las estrechísimas calzadas en mitad de esa planicie que permite la entrada de enormes masas de aire procedentes del Mar del Norte que tan bello hacen este deporte.

El grupo de Gilbert no tardó en dar caza a los fugados, que a estas alturas ya andaban por debajo del minuto de ventaja, y se convertía, como ayer, en cabeza de carrera. Por su parte, Durbridge, todo tesón, se vaciaba en cabeza del segundo grupo en esa pelea que tan terrible resulta a nivel moral. Más de 15 kilómetros rodó el australiano con apenas un centenar de metros perdidos respecto a la última rueda del grupo del líder. Un suspiro insalvable que hizo que, a 35 kilómetros de meta, la cabeza y las piernas del segundo clasificado de la general, que comenzó con 11 segundos perdidos la etapa, hicieran crack.

Gilbert, que no es cojo en eso de la contrarreloj, sabía que los 11 segundos con los que partía hoy no le iban a permitir respirar tranquilo, pero ese sensacional movimiento le garantizaba, salvo desastre de última hora, el triunfo final en estos 3 Días De Panne-Koksijde. Y por si el hachazo de hoy –sumado al de ayer– fuese poco, Gilbert no quiso dejar ningún cabo suelto y decidió sprintar por todas y cada una de las bonificaciones de los sprint especiales en el paso por la meta de Koksijde llevándose seis segunditos más de renta.

Cierto es que no están en estos 3 Días otros grandes nombres como los Sagan, Van Avermaet, Boonen, Terpstra, Degenkolb… pero esto no debe restar absolutamente ningún mérito a lo que está haciendo estos días un Gilbert que ha demostrado que, pese a las dudas iniciales que suscitó su estado de forma en las primeras clásicas, ha sabido medir perfectamente bien su puesta a punto. Su golpe de pedal impresiona. Asusta. En el sprint por el triunfo final el portador del maillot blanco de líder, que ha demostrado estar un paso por encima de todos los demás en estos dos días que llevamos de carrera, tampoco se escondió. Poco antes del arco del último kilómetro fue Matthias Brändle (Trek-Segafredo) el que intentó encontrar la misericordia del belga que no dudó en cerrar el hueco cuando el austriaco atacó.

Fue ese, quizás, el único error de Gilbert en toda la etapa (aunque de no haberlo hecho él, parece complicado que nadie más hubiese cerrado el hueco). Ese esfuerzo le dejó vacío para disputar el triunfo final y, quizás más grave, para ayudar a Marcel Kittel, que también se había metido en ese grupo y finalmente se vio superado en la línea de meta por Alexander Kristoff (Katusha-Alpecin), que llena un tanto su depósito de confianza al reencontrarse con el triunfo casi dos meses después y a sólo cuatro días de la Vuelta a Flandes.

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Edición 2016: Lieuwe Westra

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