“Eh, mira, es el jodido Tyler Hamilton”

Presentación del libro «Ganar a Cualquier Precio» © El Cuaderno de Joan Seguidor

El libro de Tyler Hamilton nace cuando muere el relato de los hechos que cuenta. Una espiral, una vorágine. Como ese agua que abandona aturullada el desagüe de un lavabo: Tyler Hamilton relata, en riguroso orden cronológico, la tempestad que sacudió su calma mental.

Su libro merece la pena, su valor es triple, a dos aguas. Por un lado, tiene peso documental pues retrata cuestiones que nos podemos imaginar: Lance Armstrong fue un gánster de la peor calaña surgido sobre las cenizas de una enfermedad. Por el otro, corrobora que España era, quiero pensar que no sigue siendo, el paraíso del dopaje. Por último deja claro que el sistema que rodea al ciclismo profesional no invita a ser coherente con tu ética ni valores de la niñez.

Sin embargo, y por una regla de tres que se nos escapa, el ciclismo pro sigue vivo, es motivacional y mucha gente se sigue inspirando en él. Paradójico. Empecemos.

Tyler Hamilton llevó una vida piramidal

En el vértice superior está Lance Armstrong, hilo conductor de la narración, omnipresente en presentación, nudo y desenlace.  Si el tejano no quisiera salir, sería imposible la concepción de la obra.

En medio dos médicos listísimos, uno, Michele Ferrari, el otro Eufemiano Fuentes, el tipo más avispado que ha pisado los aledaños del pelotón, trabajó con tantos y tanto tiempo a la vez, que es increíble ese nivel de omnipresencia.

Abajo, en los vértices, dos directores, los dos hijos directos de los milagros de los noventa. Uno Johan Bruyneel, el otro, el “forzudo en persona” como él llama el ciclista en su redacción, Bjarne Rijs.

Salen otros muchos nombres, otras muchas situaciones, otros muchos lugares. El libro de Hamilton responde a muchas preguntas. Desconozco su grado de sinceridad.

Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor

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