No pierde el tiempo Jonas Vingegaard, el gran favorito a ganar esta Vuelta a España. En la primera llegada en alto de la carrera, sin ser especialmente dura, ha sabido ganar y colocarse como líder de la carrera, después de haber sido capaz de remontar en Limone Piamonte frente al italiano Giulio Ciccone, gran especialista en este tipo de finales en alto. El danés siempre dio la cara, pidió trabajo a sus compañeros y ganó en una llegada muy cerrada ante el líder del equipo Lidl. Es un primer golpe de mano a la carrera el del ciclista del equipo Visma, que demuestra estar en plena forma.
Vingegaard consigue su tercera victoria en la Vuelta y se sitúa ya como patrón de la carrera. La etapa se decidió en los tres kilómetros finales, los más duros del puerto. Visma y Lidl dominaron la ascensión y sus respectivos líderes se jugaron la victoria. Gaudu, tercero, y Bernal, cuarto, demuestran estar en un gran momento de forma. También otros como Almeida o Ayuso estuvieron delante, aunque sin opciones ante los dos primeros del día, que también lo son ya de la general, puesto que Jasper Philipsen, como era de esperar, se descolgó en las primeras rampas.
Y todo esto en un día en el que el danés llegó a irse al suelo en una masiva caída que apenas tuvo consecuencias y que se produjo debido a la peligrosidad del suelo después de la intensa lluvia que acompañó a los ciclistas durante buena parte de la etapa de hoy. Vingegaard asesta el primer golpe, pero sin sacar tiempo al resto de aspirantes a ganar la carrera. Queda mucho por delante, pero el danés sí demuestra que ha venido a ganar su primera Vuelta a España.
Vingegaard: “No puedes dejar pasar una victoria de etapa. Cuando vi la oportunidad, por supuesto la aproveché. Estoy muy contento de conseguir la victoria hoy. Había pasado un tiempo desde mi última victoria. Estoy muy contento con cómo me he sentido, y cómo el equipo lo ha hecho en el día de hoy. Estoy también muy contento de conseguir La Roja. (Cuando Giulio Ciccone ha acelerado) he salido a su rueda. Y sinceramente, antes de la última curva, no pensaba que sería posible superarle, pero desde la curva era un poco más largo de lo que pensaba, así que finalmente le he podido superar. No creo (que la caída tenga consecuencias). Me he caído fuerte, pero no parece que me haya hecho mucho daño. Tengo unos pocos golpes, pero creo que al ser tan resbaladizo he patinado y no he tenido ninguna herida. También hacía algunos años que no era líder de una Gran Vuelta, así que es una alegría. Hoy he mostrado de alguna manera dónde quiero estar. Estoy bien de piernas, y espero estar bien las siguientes 19 etapas. Seguramente no se ganará La Vuelta por 12 segundos, pero es un buen inicio”.
Ciccone: «En los últimos 500 metros estaba un poco cerrado, justo delante de Ayuso, y en ese momento tuve que dejarme llevar por las sensaciones y lanzar el sprint, aunque quizá lo hice demasiado pronto. Al final me costó mantener ese esfuerzo hasta la meta. Tengo unas piernas estupendas y es una pena no haber podido ganar, porque esta etapa era un objetivo muy importante y tenía muchas ganas de vestirme de rojo. Seguiremos intentándolo en los próximos días. Hubo también un momento bastante peligroso en carrera con la caída en la que se vio implicado Jonas [Vingegaard]; en cabeza del grupo decidimos bajar el ritmo porque no se puede aprovechar ventaja cuando un gran campeón acaba de irse al suelo».
Ayuso: “El maillot blanco siempre es bienvenido. Es un maillot que llevé en 2023 y que logré ganar, así que me trae buenos recuerdos, y espero poder llevarlo hasta Madrid. Es pronto para sacar conclusiones. Creo que Andorra será la primera verdadera prueba de La Vuelta, y hasta ese momento solo espero poder superar bien las etapas, a salvo y sin perder tiempo, y luego veremos. Creo que es incluso mejor para nuestro equipo que (Jonas Vingegaard) tenga La Roja”.
Gaudu: «No estaba nada asegurado, estuve agarrotado todo el día. Conozco un poco estas carreteras, no estamos muy lejos de casa, y sé que cuando llueve es un desastre, resbala mucho. Tenía miedo de revivir lo que me pasó en el Dauphiné o en el Giro, así que decidí quedarme atrás del todo y ver qué pasaba, y al final salió bien. Me fastidia perder a Guillaume en una caída, no es la primera del año… Queríamos lograr un resultado para él, pero no creía en mis posibilidades hasta que giramos a la derecha; no me sentía bien, y al final mejoré, así que estoy muy contento. No hubo ataques porque no se puede atacar cuando se sube a 500 vatios a más de 30 km/h: para coger dos metros tienes que ir a 40 km/h y a 600 vatios, es imposible. Estoy feliz con este podio, es un buen inicio de Vuelta y creo que el equipo lo necesitaba. Hace falta arrancar con la buena dinámica en los primeros días. Quedan 18 etapas, vamos a seguir concentrados. Mañana Thibaut (Gruel) puede hacer algo en la llegada, así que nos centraremos en eso e intentaremos hacerlo lo mejor posible hasta el final».
Zingle: «Estaba bastante resbaladizo con la lluvia, y además Jonas [Vingegaard] tuvo que hacer una parada natural, así que retrocedimos un poco en el pelotón. Desgraciadamente, todavía estábamos delante, pero justo cuando volvíamos a colocarnos se produjo la caída. No sé exactamente qué corredor cayó primero, pero Jonas y yo llegamos justo detrás y no pudimos frenar, así que nos fuimos al suelo. Nada grave, aunque me disloqué el hombro y tuvimos que colocarlo de nuevo antes de poder seguir. Luego me pasó algo bastante gracioso: quise coger un gel y se me volvió a salir el hombro, así que tuve que detenerme. Le confié la bici a un tipo que no hablaba muy bien inglés mientras entraba en la ambulancia para que me recolocaran el hombro, pero cuando salí ya no tenía bicicleta. Tuve que esperar cinco o diez minutos porque se había marchado con ella, y me llevé un buen susto. No, yo quiero continuar, claro; el problema es que nunca me había pasado algo así y no sabía cómo recolocarme el hombro solo, tuve que pedir ayuda. Pero no quiero parar aquí, voy a intentar seguir. Lo más importante es que Jonas pueda continuar, y por suerte parece que no tiene secuelas de la caída. Hemos empezado con una victoria en la segunda etapa, eso está muy bien. Y bueno, si se puede subir un puerto con el hombro dislocado, entonces todo tranquilo».
Sinuhé Fernández: “No pude coger la escapada en un inicio y me tocó arrancar por detrás y perseguir unos 20 kilómetros en solitario para poder entrar. Al final eso se paga, sobre todo después de estar todo el día en la fuga. Cuando apretaron mis compañeros de escapada ya noté la fatiga de esa persecución. Luego ya fue terminar la etapa como pude e intentar guardar para ser protagonista en próximos días. Ha sido un final con nervios, ya que las carreteras tenían el asfalto un poco mal. Se notó sobre todo en los kilómetros finales. Es mi debut en una gran vuelta y cada día es una experiencia en la que intentar aprender algo nuevo. Mañana se prevé un sprint en un final que pica para arriba e intentaremos ser también protagonistas”.