Adiós a una era

Van der Poel, vencedor del Mundial de Tabor

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Los nombres propios, sin duda, son los de Mathieu van der Poel y Wout Van Aert. Ambos, casi imberbes, se han convertido de la noche a la mañana en los grandes protagonistas de la especialidad invernal del ciclismo. Se les esperaba, claro, pero no con la contundencia y la superioridad con la que se han confirmado. Su explosión, además, ha coincidido con el hundimiento de un Nys que no sólo se ha visto superado por estos dos portentos de la naturaleza, sino que ha dado, al fin, el paso atrás fruto natural de un paso del tiempo que parecía haber estado esquivando ya demasiado tiempo. La 2014/15 ha sido, en definitiva, la temporada que ha confirmado el fin de una era en el ciclicross. Hemos asistido, y no cabe duda de ello, al final de una etapa. Al inicio de un tiempo nuevo. A un invierno histórico.

La cosa, realmente, no comenzó mal del todo para el Caníbal de Baal. Hasta el mes de noviembre parecía que a sus 38 años iba a volver a protagonizar otro milagro más. El enésimo. Ya no tenía, por supuesto, la superioridad y la potencia de antaño, pero su extraordinaria clase y su experiencia –unidas a esa monacal forma de vida plenamente dedicada a la bicicleta– le permitieron empezar ganando. Sin bajarse prácticamente del podio. Ganó en Las Vegas, en Ronse (primera puntuable del BPost Bank) y seguía siendo un habitual en el podio. Y, entonces, llegó Niel. “Si habláramos de cualquier otro corredor no sería una locura decir que el palmarés de Sven Nys hace tiempo que ha alcanzado las más altas cotas imaginables” comenzaba este periodista la crónica de aquella jornada histórica. Tal y como había transcurrido el año hasta ese momento y, sobre todo, viendo su superioridad en el Jaarmarktcross, era simplemente una locura pensar que esa iba a ser la última vez que le viéramos en lo más alto del podio este año.

Nys no ha tenido su mejor año

Pero todo se torció a partir de ese momento y llegó el súbito final. Sería injusto decir que han sido los jóvenes los que han desplazado al mejor Nys. Lo que ha sucedido este año ha sido una conjunción de factores. Nys se desmoronaba. No encontraba el golpe de pedal. La edad y el cansancio pudieron con él. Luego, la desesperación de no encontrar respuestas le pasaron factura mentalmente. A la vez, tampoco se puede minusvalorar el papel jugado por esa generación capitaneada por Van der Poel y Van Aert. Han reventado el panorama. Comenzaron el año con una planificación más conservadora. Pensaban participar en algunas pruebas con los profesionales, pero centrarse en el calendario sub-23, pero la evidencia acabó siendo tan grande que sus días de competición, especialmente los de Van Aert, apenas contemplaron la categoría inferior.

Con altos y bajos en los picos de forma, el duelo entre ambos se fue fraguando. Cogiendo temperatura. Cuando ya era evidente que sus nombres son los llamados a tomar el relevo de Nys –menos mal que esta vez no tiene pinta de ser un único hombre el que vaya a copar la supremacía– se iba acercando el Mundial. Todos aguantaban la respiración esperando la decisión final. Movieron entonces ficha y decidieron, sin que la UCI pusiera pegas sabedora de lo bueno que iba a ser esto para el ciclicross, saltarse la norma de la edad y jugar con los profesionales en Tabor. Lo que allí sucedió fue casi insultante para los más veteranos. Fueron prácticamente incapaces de contestar la pelea entre los dos pipiolos. Sólo un mal arranque de Van Aert y la avería en su cadena nos privaron de un duelo presumiblemente antológico como el que el pasado año se vivió entre Stybar y Nys. Hubiese sido la guinda del pastel, pero Van der Poel lo tuvo un poco más fácil de lo que se esperaba. Van Aert, por detrás, luchó por recuperar terreno y acabó superando al tercero en discordia, un Van der Haar que parece un poco por detrás de sus dos coetáneos, pero que no deberá de caer en el olvido de cara al próximo año.

Van Aert ha revolucionado el ciclocross

Mención aparte merece Kevin Pauwels, el hombre que se ha quedado a dos aguas. A sus 30 años es todavía joven en comparación con Nys, pero tremendamente mayor si la referencia la ponemos en Van Aert y Van der Poel. El belga ha sido la quintaesencia de la regularidad este año. Ha ganado la Copa del Mundo, pero también ha sido capaz de meterse en el podio de las otras dos grandes challenges al obtener la plata tanto en el Superprestigio como en el BPost Bank.

A Nys le queda, salvo monumental cambio de parecer, un año. Una última ronda de carreras antes de colgar la bicicleta. Sabe que ya nada volverá a ser igual, pero el dominador de la especialidad se merece recoger el calor del público por última vez. Nadie le podrá criticar si la 2015/16 se la toma como un paseo cuasi vacacional. En este mundo del ciclocross, todos, admiradores y rivales, saben que le deben una reverencia. Un último acto de pleitesía al que ha sido su rey durante tantos años. Los jóvenes, por su parte, deberán de pelear por su corona. Y eso, por fortuna, nos divertirá y mucho, pero será dentro de 10 meses.

Todos los resultados de la temporada 2014/15

COPA DEL MUNDO

SUPERPRESTIGIO

TROFEO BPOST BANK

CLASIFICACIÓN UCI