Albert Torres, del Giro al Europeo de pista

 

Torres en una fuga del Giro © Movistar

TrackPiste / Ciclo 21

Tras un par de días en Valencia, Albert Torres se encuentra desde ayer en Palma de Mallorca entrenando en compañía de su inseparable Sebastián Mora de cara a ese Campeonato de Europa, que será la próxima semana en Plovdiv (Bulgaria), y en el que afrontará sus pruebas habituales, ómnium el viernes 13 y madison el domingo 15. Atrás queda su primera temporada como profesional de carretera en Movistar -con quien todavía no ha renovado-, en la que su participación en el Giro de Italia ha sido el punto clave de este 2020.

-Antes de nada, ¿cómo fue la experiencia del Giro?

-Como todo ciclista, tu sueño es poder correr una grande, que es algo único y especial. Y guardo un gran recuerdo, por la experiencia y por el aprendizaje que me supuso, de poder correr con un equipo como Movistar. Como siempre he dicho, aunque tengo 30 años, soy como un neoprofesional, y tengo que aprender muchas cosas, aunque creo que en este Giro he demostrado que puedo trabajar para un equipo. Por lo demás, estar en Movistar y en una carrera como el Giro es cumplir ese sueño por el que tanto he luchado. Y lo que quiero es aprovecharlo al máximo y devolver con trabajo la confianza al equipo que hizo la apuesta por mí.

-¿Cuál era su temor en la carrera italiana?

-Cuando iniciamos el Giro tenía incógnita de la última semana, de cómo iba a responder el cuerpo. Pero la Tirreno fue muy parecida al Giro y supe enseguida cómo escuchar a mi cuerpo. En este sentido he tenido mucha ayuda de mis directores, Chente (García Acosta) y Max (Sciandri), que han sido ciclistas y saben cómo gestionar los esfuerzos y en mi caso, de saber ahorrar. También los compañeros me han ayudado bastante, en especial un corredor como Cataldo, que me ha ayudado muchísimo por su experiencia. No sabía cómo iba a llegar a esa última semana, pero la prueba es que me pude meter en la escapada el antepenúltimo día y ese es un síntoma de que terminé bien. También es cierto que en este caso la edad ha jugado a mi favor, ya que con 30 años tengo un físico que no tenía con 20 y que quizá con menos años no hubiera aguantado igual.

Ahora cambio de bicicleta, incluso de mentalidad con el Europeo, que va a afrontar sobre todo como un test, ¿no?

-Desde que acabó el Giro hasta que comience el Europeo hay dos semanas y media. La idea inicial era descansar, pero nos planteamos la opción de correrlo no preparándolo específicamente, sino de ver cómo asimila el cuerpo el esfuerzo que hice durante el Giro y cómo se adapta a la pista. Más que nada pensando en el 2021 y ver si con esa combinación se pierde o gana. Es un Campeonato diferente, que esta vez no afronto como un objetivo, sino como un test, para tener más información, para saber cuál es la mejor forma de preparar los Juegos. Con el Covid, cada vez es más compleja la situación y estamos viendo que la cosa se vuelve a complicar, por lo que cuantas más alternativas tengamos, mejor.

-Un Europeo que, con la ausencia de países como Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia o Países Bajos, tendrá un nivel bastante inferior al de otros años. Pese a que su idea es afrontarlo como un test, ¿se plantea algún objetivo?

-Como siempre digo, si se pone a tiro… Pero, como te decía, la prioridad es otra. Lo mismo que en el Giro el objetivo era aprender, aquí se trata de ver cómo vuelvo a la pista. Este año apenas he corrido. Al Mundial acudí corto de forma, por la lesión en Hong Kong y como ya sabes, muy pocas horas antes de correr, por lo que no fue la mejor experiencia. Y luego con la pandemia, nada. Renuncié a ir al Campeonato de España, porque la prioridad era preparar el Giro, en el que me jugaba mucho. Ahora llega este Europeo distinto. Es cierto que hay grandes ausencias, que se ha quedado una participación muy light, pero los países que compiten traen grandes corredores.

-¿Cuál es la preparación que tienen hasta el Europeo?

-El lunes y el martes estuvimos en Valencia, más que nada para estar en contacto con la selección por los temas logísticos. Pero preferimos entrenar en Mallorca, en un velódromo de madera, porque es mejor de cara a la competición, y hacerlo los dos juntos, por los cambios de ritmo. Aquí estaremos hasta el miércoles, que es el día que volaremos hacia Bulgaria.

 

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