Análisis: El ‘Grand Départ’ que nunca existió

El maillot amarillo del Tour no ha encontrado hoy relevo en Niza

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Hoy, 27 de junio de 2020, tendría que haber arrancado la 107ª edición del Tour de Francia. Sin embargo, por los motivos en los que ya no hace falta volver a insistir, ese Grand Départ de Niza espera ahora a 64 días de distancia. Sin duda, en un presente tan voluble como el actual, todo un mundo que no garantiza gran cosa.

Como no podía ser de otra manera, la Grande Boucle ha sido la prioridad absoluta a la hora de confeccionar el nuevo calendario internacional de la UCI. Pocas han sido las carreras que han podido mantener sus fechas iniciales y, como ya dijo Javier Guillén en pleno confinamiento, el peso específico del Tour de Francia iba a recomendar que todos los demás se plegasen a las necesidades de la ronda francesa.

El Tour genera el 65% de los impactos publicitarios anuales del ciclismo mundial o, lo que es lo mismo, mueve 65 de cada 100 euros de este negocio. Así pues, independientemente de que la tardía celebración de esta 107ª edición acabe siendo un éxito, el hecho de que a día de hoy no estemos hablando de quién es el primer líder de la carrera es, sencillamente, un drama para este deporte.

Todavía queda mucho, 64 días, para que la Grande Boucle eche a rodar. Cuando lo haga –si nada se interpone en los planes previstos– tocará actuar como si nada hubiese ocurrido en todo este tiempo. La lucha por el maillot amarillo, la pelea por las etapas, las polémicas inherentes a un gran evento como la prueba gala y todas las intrahistorias de la carrera eclipsarán, por unos días, el delicado momento que atraviesa el ciclismo.

A más de dos meses vista, es complicado, por no decir imposible, saber qué nos deparará el Tour de Francia de 2020. Periodistas y aficionados podemos, eso sí, elucubrar sobre el resultado que pueda dar la tricefalia de Ineos, el debut de Pogačar, la apuesta de Landa, el regreso de Quintana o la renovación de Movistar. Y esos son sólo unos pocos ejemplos de lo que tendremos que analizar durante esas tres semanas.

En lo que sí existe un amplio consenso es en que el Tour de 2020 será uno de los más abiertos y difíciles de controlar de los últimos años. El ciclismo, muchas veces hemos hablado de ello en los siete años de vida de Ciclo21, es un deporte que confía enormemente –quizás en exceso– en la experiencia acumulada durante más de un siglo de hacer las cosas conforme a un patrón heredado año tras año. Una experiencia que en este 2020 y, sobre todo, en el Tour de este año no servirá de nada.

Concentraciones a destiempo, calendarios experimentales, meses de parón forzoso… nada es normal y cuando Chritian Prudhomme baje la bandera en Niza todo serán dudas y muy pocas certezas.

Por ello, el de 2020 podría ser un Tour de Francia ideal para ver a un ganador sorpresa. Un nombre en el que a día de hoy nadie piensa, pero que tenga la valentía y el arrojo de plantear una carrera casi kamikaze. Un tipo que tenga muy poco que perder y mucho –el evento deportivo anual más importante del planeta– que ganar.

Sería lógico pensar a estas alturas que los distintos equipos con claros favoritos para la general se tomen los primeros días con cierta calma. Con tácticas conservadoras. Eso, por qué no, lo podría aprovechar algún ciclista con ganas de liarla desde el primer día. Uno de esos luchadores irreductibles que no venden su piel hasta caer exhaustos. Alguien que trate de tomar una buena ventaja en los primeros compases de carrera y confíe en que, metidos en la tercera semana, con más dudas que nunca, las cosas no terminen de salirles bien a los grandes equipos.

Es difícil imaginar –aunque si hay un año en el que eso puede ocurrir, ese es 2020– que los máximo favoritos que todos tenemos en mente, puedan fallar en su preparación de cara al más grande objetivo del año. En un ciclismo tan especializado como el actual, eso sería un fallo realmente grave. Pero no podemos olvidar que el ciclismo es un deporte de equipo y que un jefe de filas es tan fuerte –o tan débil– como lo sea su escuadra.

Tras un confinamiento en el que cada país ha dictado sus propias normas y del que los corredores han podido salir en fechas muy distintas, es muy factible que, metidos ya en el abismo de la tercera semana, algunos organismos acusen esa falta de preparación. Y eso, más que nunca, puede suponer la diferencia entre el triunfo y la derrota.

Como decíamos, muchas dudas y ninguna certeza, pero lo único cierto es que hoy, 27 de junio de 2020, en lugar de hablar del primer líder del 107º Tour de Francia, seguimos esperando el reinicio dela competición y soñando con lo que ocurrirá dentro de 65 días.


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