Axel Merckx: “João Almeida tendrá un gran futuro”

Almeida, líder portugués en el Giro © RCS

Gonçalo Moreira / Ciclo 21

El lobo ibérico del Wolfpack de Patrick Lefevere se vistió de rosa en la ascensión al Etna, el volcán preferido de los portugueses donde en 1989 ganó Acácio da Silva llevándose también el honor de liderar el Giro.

João Almeida es un chaval discreto, con la cabeza bien amueblada que se dio cuenta de que para triunfar como profesional debería salir de su zona de confort. A los 17 años se marchó al Unieuro para un calendario más intenso entre profesionales, ganando carreras en Turquía, Ucrania y Italia. Aprovechó también para probar el Giro sub-23 donde volvería el año siguiente ya con el Hagens Berman Axeon para ser subcampeón ante un Vlasov que ya apuntaba maneras.

El agente João Correia, que también gestiona las carreras de Mads Pedersen o Tao Gheoghan Hart, fue quién presentó al luso a Axel Merckx. “João no es solamente buen corredor sino también una gran persona fuera de la bici. Cuando llegó a nuestro equipo su talento era evidente pero aún estaba verde. Algo que me impactó fue que siempre estaba ahí cuando era necesario. Creo que tendrá un gran futuro”, cuenta el patrón del Hagens Berman Axeon e hijo de Eddy que sigue buscando un patrocinador para su equipo con posibles futuras buenas noticias.

Talento natural para la contrarreloj y buen escalador. Su punto menos fuerte es probablemente la concentración en momentos clave de la carrera, que le costaron quedarse cortado en el Mundial de Yorkshire en sub-23 o esta temporada en el Tour de l’Ain, donde tenía una condición física estupenda pero tuvo cerrar espacios cuando la carrera apretaba. Terminó séptimo y mejor joven; podría haber sido aún más impresionante ante un pelotón de Tour de Francia.

Sobre este punto explica Merckx que “es cierto que se queda demasiado atrás en el pelotón pero con la orientación adecuada puede mejorar en este aspecto, especialmente ahora que tiene la maglia rosa”.

Joxean Fernández «Matxin» lo mantuvo cerca del radar del Deceuninck -donde el portugués Ricardo Scheidecker es el brazo derecho de Lefevere– durante varios años por lo que cuando João Almeida llegó al equipo en enero la adaptación fue rápida.

Los resultados no engañan: después de ilusionarse con la plata de Atenas de Sergio Paulinho y el arcoíris de Rui Costa en Florencia, Portugal vuelve a soñar gracias al niño de Caldas da Rainha, a 46 kilómetros de Torres Vedras, la ciudad del mito Joaquim Agostinho.

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