Barbero espera estrenarse en Castilla y Léon

Carlos Barbero

Carlos Barbero

Dicen que con perspectiva las cosas se ven mucho mejor. A más altura, más visión. También se suele aplicar aquello de que el tiempo lo cura todo. Por eso, el 6 de febrero, cuando Carlos Barbero (23 años, Burgos) se retorcía de dolor en una cuneta en la segunda etapa de Bessèges, mientras se sostenía el brazo roto vio que la cosa pintaba mal. Sin embargo, dos meses después, el 12 de abril, subido en el podio de Amorebieta, la cosa cambió. Se veía mejor. Es la recuperación del Barbero que viene.

Cuando el brazo de Carlos crujió, la rabia le levantó rápido, tiró de él una de sus mejores armas, las ganas perpetuas de cambiar los resultados adversos. Fueron dos meses de trabajos forzados: “Es cierto que alguna vez soy demasiado duro conmigo mismo, pero me gusta progresar y superarme. Pero eso de que no ha pasado tanto tiempo…a mí se me hizo muy largo ese período. Sobre todo hasta primeros de marzo”. Sobre cuál ha sido el remedio para recuperarse tan rápido, Carlos lo tiene claro: “Si algo tenemos los deportistas de élite es que nunca queremos estar de baja. Somos un chollo para las empresas”.

Así, tras recuperar la carretera, apostó por entrenar compitiendo, un mes después: “Primero corrí algunas carreras en Holanda, para ir probando, pero luego ya vino un test muy serio, la Volta a Cataluña, mi primera carrera del World Tour”, reconoce. Allí, a pesar de llegar corto de forma, no se amilanó, consiguiendo ser noveno en la primera etapa: “Fue una Vuelta dura en la que aprendí mucho y disfruté de mi primera World Tour. Quizás no llegué en mis mejores condiciones pero tampoco llegue mal”, admite.

 Tras Cataluña llegó La Rioja donde, a pesar de su cuarto puesto, de nuevo su ya conocida auto-exigencia (él lo llama progreso y superación), le impidió acabar satisfecho: “El año pasado fui tercero. Para mí todo lo que fuese hacer peor que eso era un fracaso. El equipo trabajó y confío mucho en mi y no mejoré el resultado”.

Sin embargo, sus facciones se marcan más al referirse al domingo pasado, a la Klasika de Amorebieta, donde consiguió ser tercero tras filtrarse en la fuga buena: “Me supo bien porque era una carrera dura con 3 subidas en los últimos kilómetros. Enganchar la escapada fue entre suerte y sin querer. No tenía que coger la fuga, pero salí a ‘un palo’ por ayudar a mis compañeros a tapar un hueco, y mira… Cosas que pasan. Hay días que das mil y no la coges y ese día una y sin querer”, relata.

Por eso, hoy, en los días previos a la Vuelta a Castilla y León, el corredor burgalés no se esconde: “Llego bien, es una Vuelta dura en la que aprovecharé la oportunidad que se presente. Los dos años anteriores he hecho tercero en una etapa, así que la idea es clara, espero aprovechar mi ocasión”, exclama, para matizar que no va a acudir sólo, que también tiene un equipo al que apoyar: “ya que los días que no son favorables intentaré ayudar al máximo a mis compañeros, como ellos lo hacen muchos días conmigo”, finaliza.

Fuente: Rafa Simón. Prensa Carlos Barbero

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