Bart Wellens se diluye

Bart Wellens

Wellens en Sun Paraire (USA) en 2011

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Hay deportistas que deciden despedirse cuando están en todo lo alto. Marcharse dejando un buen sabor de boca a sus fans. Dejarlo sabiendo que todavía podría alargar algún año más sus ingresos como deportistas. En algunos casos, incluso, convencidos de que sus condiciones físicas les permitirían luchar todavía por las más altas cotas en su especialidad. Otros, sin embargo, se resisten a la jubilación. Se cogen a un clavo ardiendo con tal de no afrontar una vida que les resulta desconocida. Evitan enfrentarse al abismo que se abre ante ellos cuando, llegado el momento, saben que la vida que han llevado (en la mayoría de los casos desde niños) se acaba y que toca reciclarse en una persona “normal”.

Este último caso podría ser el de Bart Wellens. El belga, coetáneo del Caníbal Nys (36 años el de Herentals; 38 el de Baal) se sigue diluyendo como un azucarillo, temporada tras temporada y, de esta manera, estropeando la gran imagen que llegó a alcanzar cuando en la cumbre de su carrera era de los pocos que podían hacer frente a Nys.

Tras debutar en la temporada 1997/98, donde consiguió dos triunfos menores (Eeklo y Oudenaarde) ya en su segundo año con los profesionales consiguió un triunfo en el Superprestigio (Hoogstraten) y dos en el Gazet van Antwerpen (Kalmthout y Lille).

Fueron las primera victorias de importancia en una carrera que, hasta el momento, contempla once puntuables del Superprestigio (más una victoria final en la 2003/2004), siete victorias en pruebas de la Copa del Mundo (incluida una en la añorada Igorre) sumando, además, un triunfo final en la challenge de la UCI; y un Trofeo Gazet van Antwerpen junto a 17 triunfos en citas puntuables para esta clasificación.

Su gran momento llegó entre 2002 y 2006. Fue en esa época cuando se alzó, primero, con la Copa del Mundo y su primer Mundial (2002/2003) para, en la siguiente temporada, tener su año triunfal con un total de 23 victorias incluido su segundo y último Mundial, el primero de sus dos títulos nacionales (el siguiente lo conseguiría en la temporada 2006/2007) y los entorchados finales del Superprestigio y el Gazet van Antwerpen. En esos dos años sumó 33 de sus 68 triunfos totales. Casi el cincuenta por ciento.

Tuvo Bart Wellens la mala suerte de coincidir en la generación a la que el huracán Nys más imposible puso las cosas. Pese a ello, su carácter y su innata amabilidad le convirtieron en uno de los corredores preferidos por el público. Incluso lo siguió siendo tras mostrar su habilidades como karateka con un espectador en diciembre de 2005 durante el Druivencross de Overijse (lo que le valió una sanción que le supuso no poder correr durante el mes de septiembre de 2006) Siempre supo cuál era su sitio y no dudó, incluso en sus mejores años, en asumir su rol de ayudante en la selección cuando los responsables se lo exigieron.

Bart Wellens

La suerte no siempre ha estado del lado de Wellens

Su ocaso comenzó en el año 2004/2005. Partía como el gran rival de Nys, pero dos factores contribuyeron a que esa campaña fuera nefasta para él. En primer lugar, Spar-Select, patrocinador principal de su equipo se marchó trastocando enormemente los planes de Wellens y, por otra parte (y sobre todo), la muerte de Tim Pauwels (hermano mayor de Kevin Pauwels y compañero de equipo de Wellens) durante la disputa de la primera prueba del Superprestigio en Erpe-Mere desestabilizaron mentalmente al corredor que sólo consiguió un triunfo ese año.

Pese a una pequeña resurrección entre 2005 y 2007, Wellens nunca volvió a ser el mismo. Ahora, está a punto de perder su plaza en las citas más importantes. Se ha colocado en la 47ª plaza del ránking UCI. Esto le da derecho, al menos una semana más, a estar con los mejores, pero ya nadie cuenta con él y todo el mundo da por descontado que deberá de conformarse con una despedida mucho más anónima de la que realmente merece.

Incluso Sven Nys, al ser preguntado por su rival, aseguró que “tengo muchísimo respeto por Bart [Wellens] y me entristece muchísimo que tenga que estar peleando en la parte trasera de las carreras. Ha tenido el físico necesario en años anteriores para estar con los mejores, pero ahora debería de encontrar un punto de forma mejor. Si yo estuviera en su situación actual durante el tiempo que él la lleva padeciendo, creo que me daría por vencido y me retiraría. Por eso espero y deseo que en las próximas semanas pueda volver a estar peleando por conseguir metas más altas porque sigue disfrutando mucho de esto”.

El Caníbal de Baal añade, con tristeza, que “una despedida menor no va con él. Ha tenido una carrera demasiado grande como para tener que conformarse con eso”.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*