Benjamí Prades se estrena con el Ukyo japonés

Benjamí Prades

Benjamí Prades

Se va acercando el inicio de la temporada en Japón. Siempre llega con algo de retraso respecto a Europa, pero termina después, en noviembre. Otros años le podía la impaciencia, esperar mientras veía que otros estaban ya con el chip de competición, pero este año le ha venido bien a Benjamí Prades, ya que un accidente de moto a finales del año pasado le retrasó su preparación. Ya con las dos muñecas recuperadas afronta un nuevo año cargado de cambios. No cambia de país pero estrena equipo, el Ukyo, nuevos compañeros y nueva casa. Un sumatorio de factores ante los ojos de su nuevo guardián: vivirá a cincuenta kilómetros del emblemático Monte Fuji.

Tras despojarse de las escayolas que inmovilizaban sus dos  muñecas, Benjamí Prades lleva, desde hace un mes, otra vez instalada la sonrisa en su cara: “Estoy bien, la prueba de ello es que ya puedo montar en moto otra vez”, bromea, mientras aclara que “la verdad es que las muñecas ahora están muy bien, puedo hacer de todo y solo siento molestias si fuerzo mucho. Fueron cincuenta días con las dos manos inmovilizadas y tres semanas de rehabilitación. Ahora con mi actividad normal, acabaré de coger fuerza y recuperar toda la movilidad en unos tres meses si no hay nuevos sustos”, matiza.

Por eso, desde hace un mes, sus entrenamientos, siempre en su pueblo (Alcanar, Cataluña), han ido cambiando tanto de acompañantes como de modalidad: “Mientras estuve con las manos escayoladas mi entrenamiento se basó en correr y caminar, sobre todo por el monte, los primeros días con mi madre y nuestro perro Box, pero cuando empezamos a trotar, ya solo me quería acompañar el perro, luego empecé hacer un poco de gimnasio”, sonríe.  Pero lo bueno vino desde hace un mes: “ A la semana de quitarme la escayola, empecé a salir con la bici, al principio poca cosa, y despacio, porque no podía agarrarme bien al manillar y me dolía al pasar cualquier irregularidad, pero ahora ya se cumplirá el primer mes de entrenamientos en bici y la verdad que a estas alturas, es el año que más estoy forzando en bici. Le tengo que dar las gracias a Josep Betalú, que a falta de mi hermano (Eduard Prades) que ya está en temporada, ha sido mi compañero de entrenamientos y el que me despereza cuando hay que forzar o hacer alguna tirada más larga. ¡Y además pasándolo bien!!”, describe ilusionado.

Por eso, afronta esta nueva temporada con las pilas cargadas, todo será nuevo para él. Para empezar, su nueva residencia en Japón: “Este año será de cambios, hasta ahora he estado viviendo en Osaka y ahora estaré en Kanagawa, a unos cincuenta kilómetros de Tokyo y a otros cincuenta del mítico Monte Fuji, por el otro lado. Por lo que sé, la casa está en pleno monte y apartada de cualquier población, cosa que creo que facilitará bastante salir a entrenar”, explica con satisfacción.

Otro aspecto a tener en cuenta será la convivencia con sus nuevos compañeros, en su gran mayoría españoles: “Estuve con los compañeros españoles el día que nos trajeron las bicicletas. Allí conocí a Jon Irisarri, a Rodrigo Araque y a Manuel, que será nuestro mecánico. Con Óscar Pujol y Salva Guardiola nos conocemos de los otros años, ya que hemos sido rivales hasta ahora, pero tenemos muy buena relación. A los japoneses que siguen del año pasado también los conozco y ahora solo falta a conocer los nuevos fichajes”, describe.

Otro aspecto a añadir a su suma de cambios será el global, el equipo. Considera que el Ukyo tendrá mucho que decir en cada competición: “En un principio tenemos un equipo muy compensado, con ‘sprinters’, rodadores y escaladores, así que deberíamos tener opciones en todos los tipos de carrera. Si logramos entendernos bien y trabajar en equipo, como estoy seguro que va a ser, llegarán los resultados”, ambiciona.

Finalmente, como resultado del sumatorio anterior, están los objetivos, al menos los personales, ante los que prefiere ser prudente, al menos en un primer bloque: “Debo salir de dudas sobre el estado de forma en el que me encuentro a principio de temporada. Sé que voy con un poco de retraso y en el Tour de Taiwán, que será la primera carrera, me tocará sufrir un poco. Aunque no estaré para disputar en esta primera carrera, si creo que llegaré en condiciones de ayudar al equipo”, matiza.

En un segundo bloque, su deseo será el de restar timidez a sus ganas de demostrar su calidad: “ Después vendrá un mes de carreras en Japón que servirá para llegar en plena forma a los primeros objetivos importantes de la temporada, serán en mayo con el Tour de Ijen, Tour de Irán y lo más importante: Tour de Japón y Kumano. El año pasado conseguí alguna victoria en todas estas vueltas menos en Irán, que no la corrí. Eso es difícil de repetir, así que habrá que ver que podemos conseguir este año. Me gustaría hacer una buena general en Japón, que es una Vuelta muy dura. Justo después de Kumano vienen los Campeonatos de España, si son en un circuito que se adapte bien a mí, estoy convencido de que puedo hacerlo muy bien”, desea, aderezando sus pretensiones con una mueca ambiciosa.

Sobre el segundo bloque de carreras, debido a su lejanía, prefiere no pronunciarse con demasiada exactitud: “El inicio de segunda parte de temporada, quitando las carreras de la JBCF en Japón, está un poco por definir, a ver si finalmente podemos venir a correr a Europa y marcar nuevos objetivos”, explica.

Fuente: @GoramaCycling

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