La bicicleta de aluminio de Peter Sagan

© Bettiniphoto & VeloImages

La bicicleta de aluminio de Peter Sagan es un brillante movimiento de marketing

El rey Midas del ciclismo mundial ha tocado el aluminio. 

Peter Sagan daba el campanazo el fin de semana, con todos en Adelaida, en la antesala del Tour Down Under que empieza ganando Elia Viviani.

Como si nada hubiera cambiado,

Peter Sagan corre la primera carrera de la temporada con una bicicleta de aluminio.

¿Ha sido él?

¿Ha sido la marca?

Es indistinto.

Peter Sagan corre el Down Under con una bicicleta con un PVP  inferior a los 2000 euros.

Una bicicleta que es preciosa, que la imaginamos sin frenos, fixie, desnuda y pone los pelos como escArpias.

Es hacer algo sublime de un material “empequeñecido” por las modas y las obsesiones del mercado.

Esas cosas que pasan porque pasan, sin más explicación que esos movimientos tectónicos que ocurren en los gustos y las demandas.

Bicicleta de aluminio de Peter Sagan JoanSeguidor

© BORA – hansgrohe

La bicicleta de aluminio de Peter Sagan recupera esas soldaduras que un día creímos olvidadas en el pelotón.

Soldaduras que ahora son atractivas, que todos comentan y que incluso son el reclamo.

Donde antes había peros, acabados imperfectos, ahora se aprecia belleza.

Que Peter Sagan acepte correr con una bicicleta de aluminio, o que él haya propuesto utilizar, devuelve el material al primer nivel como nunca hubiera soñado.

Hace un par de años, nuestro amigo Oskar habló de las propiedades del aluminio y la percepción de estatus que significa llevar o no carbono, algo que Peter Sagan ha roto por la mitad…

Os dejamos algunas perlas de un artículo que generó un debate tremendo en las redes.

“En el fondo una hay percepción de estatus si usas o no carbono entre los ciclistas. El ciclismo ha tenido, tradicionalmente la figura del globero, donde me incluyo sin rubor alguno, el saco donde se ha metido a todo ese grupo de ciclistas que, o no van depilados, o no tienen como objetivo atacar cada vez que el GPS marca más de 0,5% de pendiente, o, incluso, aquel que lleva un material de bici no al nivel de lo que “se debe” tener”.

El artículo completo en El cuaderno de Joan Seguidor.

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