Bitácora brevet 1.000, Massamagrell (Valencia)

brevet2Como ha sido habitual este año, el brevet de 1000 no podía ser menos que los demás y también hubo récord de participación, en total fuimos 35 ciclistas venidos de diferentes partes de España, Asturias, Madrid, Gerona, Barcelona, Tarragona y la Comunidad valenciana.

A las 19:05 iniciamos la marcha con el típico calor valenciano que te hace sudar de lo lindo, llegando al primer control chorreando de sudor. Buen ritmo en los primeros kilómetros y una caída a la salida de una rotonda, que por suerte no tuvo mayores consecuencias. Nuestro amigo Antonio pudo continuar el brevet con los dolores que le produjo el susto y menos mal, porque nos amenizó todo el brevet con sus canciones y chistes que llevaba gravado en su aparato digital.

Lo dicho, llegamos al primer control, donde estaba prevista la cena, como siempre bien atendidos por Quini y donde nuestras chicas pusieron el primer sello del cartón.

Continuamos hacia la portera, tramo lleno de repechos que cada uno hicimos a nuestro ritmo. Nosotros íbamos esperando a nuestro amigo Luis que no le sentaba nada bien la humedad del ambiente valenciano.

Reagrupamiento en La Portera, llenado de bidones y a continuar pedaleando hacia Casas Ibáñez, no sin antes pasar por el puerto de Villatoya.

Otra vez reagrupamiento en Casas Ibáñez y pequeño avituallamiento, que a estas alturas de la noche nos vino muy bien para afrontar el siguiente tramo de brevet. Ya estábamos en la llanura manchega y el aire y la temperatura nos respetaban.

Continuamos hacia Albacete y la carretera del Jardín, primero con sus interminables rectas y después con las curvas, siempre en ligero ascenso. Vimos amanecer antes del Jardín, donde la guardia civil nos paró para advertirnos de que debíamos de ir de dos en dos. Nos iban observando algún tiempo y en algún momento ocupábamos parte de la calzada. La cosa no pasó a mayores y pudimos continuar la marcha.

Llegamos a Villanueva de la Fuente sobre las 8:30 de la mañana, donde sellamos y dimos cuenta de unos buenos bocatas, y de postre sandía valenciana.

Continuamos hacia Ciudad Real, siguiente punto de control y parte más complicada del brevet, tanto por el aire como por el calor. El termómetro llegó a marcar 40º, obligándonos a hacer alguna parada extra para llenar los botellines y refrescarnos. No sé cuantos pinchazos reparamos, pero esto nos hizo acumular algo de retraso.

cansancioComida en Almagro, en el restaurante La Muralla, sitio ya habitual, bonito, al lado del parador nacional, y en entorno espectacular. Llegaba la hora de salir y no había muchas ganas, el bajón del cansancio y lo fresquito que se estaba, no apetecía nada salir a pedalear.

Lo dicho, salimos hacia Ciudad Real con 40º, las piernas quemaban y el agua parecía caldo. Cada 30 kms. era necesario parar para refrescarse. Daimiel, Manzanares, buscando alguna fuente para meter la cabeza y de vez en cuando algún pinchazo que nos acumulaba retraso.

Por fin llegamos a La Solana, donde estaba prevista la merienda y donde dimos cuenta de unos melones que supieron a gloria y nos dieron fuerzas para afrontar el último tramo hasta Ruidera, adonde llegamos sobre las 21:45 de la noche.

Cena estupenda y a descansar para lo que quedaba. El sábado salimos a las 7 de la mañana, buena temperatura y aire a favor. Nada más salir, rotura de cadena de nuestro amigo Luis. El experto en roturas Toni, se puso manos a la obra solucionando el problema.

Llegamos a Pedro Muñoz, primer punto de control del sábado, donde almorzamos unos bocatas espectaculares y bien servidos. Continuamos la marcha por la llanura manchega y pasando El Toboso, Lorenzo ya empezaba a calentar de lo lindo. No era el calor asfixiante del viernes, pero sí lo suficiente para tener que refrescarnos cada cierto tiempo.

Llegamos a Saelices, siguiente control, sellado, refrigerio y continuamos la marcha por el terreno más complicado del brevet, con continuos repechos, de sube y baja, que junto con el calor y el viento en contra, se hizo muy duro hasta la Venta del Moro.

Comimos en La Hinojosa, siguiente control, no sin antes superar el repechaco antes del pueblo.

Llegamos a Venta del Moro anocheciendo y con ganas de pillar la ducha y cenar tranquilamente a la espera de la última etapa.

El domingo salimos a las 7 de la mañana con el “cansino” a ritmo de “inhumanos”,  con destino Massamagrell, pasando antes por el paraje de Chera, que con la carretera recién asfaltada es mucho más bonito.

Súper almuerzo en Casinos y fin de fiesta todos en grupo hacia Massamagrell.

Caras de alegría en los novatos y para los veteranos, otra a la saca. Después de la ducha degustamos una paella que nos preparó nuestro amigo Pablo.

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