Bontempi, bicampeón de la Gante-Wevelgem

Bontempi -antes de su positivo- y Domínguez en el Tour

Bontempi -antes de su positivo- y Domínguez en el Tour

Ángel Olmedo Jiménez / Ciclo 21

En la memoria de los aficionados ciclistas, la figura del italiano Guido Bontempi (Gussago, 1960), “Guidone” para el núcleo duro del pelotón, se encuentra íntimamente ligada a las victorias en los sprints. No en vano, en el palmáres del transalpino lucen un total de 73 triunfos como ciclista profesional, un guarismo solo alcance de los mejores velocistas o de los auténticos superclases.

Además, Bontempi cuenta en su haber con el privilegio de haber alzado, en reiteradas ocasiones, los brazos en etapas de las tres grandes vueltas (16 en el Giro, en 6 ocasiones en el Tour y un total de 4 veces en la Vuelta). Una del Tour la perdió por un positivo por lo que el vencedor de aquella jornada fue el segundo clasificado, el asturiano Manuel Jorge Domínguez. Además, en la ronda italiana, en la campaña de 1986, año que justifica el presente recuerdo, se alza con la siempre competida clasificación por puntos.

En 1986, la clásica ciclista belga Gante-Wevelgem alcanzaba su cuadragésimo séptima edición y, como siempre, concitaba un gran interés entre el público debido a la dificultad del recorrido, que depara sus momentos más álgidos en las subidas al Monterberg y al Kemmelberg, si bien sin la crudeza que puede ser observada en la Vuelta Flandes o la París-Roubaix. Guido era uno de los sospechosos habituales toda vez que, dos años antes, se había aupado a lo más alto del pódium tras vencer al belga Vandeaerden y a su paisano Gavazzi.

La carrera se fragmentó, debido a la dureza de los pasos de pavés, y a la meta llegó un grupo de una veintena corredores. La punta de velocidad del italiano le sirvió para imponerse a sus principales rivales, el holandés Poels y el belga Wampers. La prueba fue velocísima y batió el récord de rapidez, situándolo en una cifra de 44,776 kilómetros a la hora que perduró hasta que, en la edición de 2003, el alemán de Telekom Klier cifró el listón en unos estratosféricos 45,502 kilómetros por hora.

Martinelli y Bontempi © Astana

Martinelli y Bontempi © Astana

Para que se hagan una idea, de los 54 corredores que finalizaron la jornada ninguno era español (de hecho, tan solo Óscar Freire en 2008 ha conseguido ganarla, siendo, junto con Flecha, los únicos nacionales que han pisado pódium en la misma).

Volviendo a Bontempi, conviene señalar que su andadura deportiva estuvo ligada a la estructura del Carrera. En primer lugar, en 1981 con la denominación Inoxpram, en la diferentes variantes de Carrera hasta 1993, y en los dos últimos años de su prestación profesional como Gewiss-Ballan.

Durante mucho tiempo, Bontempi lucía el calificativo de ser el hombre más pesado en el pelotón. En concreto, en el Tour de 1990, ello no le impidió marcharse en fuga y presentarse en solitario en la meta de Limoges. Fue la última jornada en la que su compatriota, Chiappucci disfrutaría del maillot amarillo. El estadounidense Greg LeMond se lo arrebataría en la siguiente jornada (la penúltima) en la crono individual del Lac de Vassivière.

La trayectoria de Guidone, además, ha tenido continuidad en el ciclismo tras su retirada. El año de colgar la bicicleta se enroló en el Gewiss, después pasó por el Batik y, desde entonces ha pasado por Saeco, Lampre, Amica Chips y Astana.

Para completar su indudable versatilidad, Bontempi pude alardear de ser doble medallista mundial de plata en pista, en las especialidades de keirin (en Brno, en 1981, y, en Zurich, en 1983).

Foto portada © Bettini

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