Boonen: “Por primera vez he pensado en la retirada”

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Boonen podría seguir hasta la primavera de 2017

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Hace tiempo que los grandes medios no necesitan escribir algo diariamente sobre Tom Boonen. Por aquel entonces, hace unos diez años, cada día tenía que conceder varias entrevistas y siempre eran las mismas preguntas. Eso ha cambiado mucho. Hoy en día, incluso, hay veces que me apetece concederlas”. El que así se expresa es, por palmarés, el mejor especialista en clásicas del norte de la historia del ciclismo en una entrevista concedida en el día de hoy al rotativo belga De Zondag. Y lo hace rememorando lo vivido en aquella época en la que publicó su autobiografía. Un momento en lo que todo lo que se decía o escribía sobre él se convertía en un terremoto informativo en su país. Un libro en el que, entre otras cosas, llegaba a asegurar estar harto del ciclismo y de sus penurias. “Han pasado casi diez años de aquello. Se publicó en el año 2006. ¡Yo era diez años más joven!”, se excusa ahora un Boonen que, pese a la mala fortuna que le ha perseguido las últimas temporadas, hace tiempo que reencontró el gusto por este deporte, algo que ya se vislumbró en la entrevista concedida a Ciclo 21 a principios de esta temporada.

Ahora, a sus casi 35 años –los cumplirá el próximo 15 de octubre–, Boonen reconoce que se toma la vida de otra manera. Lejos quedó aquel joven que necesitó, según dice ahora, marcharse a vivir a Mónaco para escapar de la presión de la fama sobrevenida. “Cuando eres joven te quieres rebelar contra todo eso. Quieres seguir haciendo las cosas normales que siempre hiciste. Pero, de repente, de un día para otro, eso ya no puede ser. Ir a un restaurante sin ser asediado, ir a hacer recados sin que alguien choque su carro de la compra contra el tuyo… ¡es increíble las cosas que llega a hacer la gente cuando se encuentran a alguien famoso!”. ‘Tornado Tom’ recuerda que “no podía entenderlo bien ya que yo nunca había sido una persona que hubiese tenido ídolos. Hoy en día, sin embargo, puedo sobrellevarlo mejor. Por ejemplo, si voy a coger un autobús, ya sé que voy a perder cinco minutos haciéndome fotos y firmando autógrafos. Aprendes a vivir con ello. No puede ser de otra manera. Es muy importante tener aficionados, pero cuando eres joven lo ves todo de otra manera”.

Una presión mediática que le llegó a convertir, a finales del año 2005, en casi un semidiós en su Bélgica natal, una circunstancia que sigue sin saber porqué pudo llegar a producirse. “Quizás porque gané muchas carreras. Cuando gané las clásicas más importantes y el Mundial de 2005 todo se disparó. Incluso gente que no seguía el ciclismo venían a por mí. Todos querían algo de mí”.

Soy más normal que Vandenbroucke

Una presión que ha podido con muchos prometedores deportistas y que en el ciclismo belga tiene el referente más cercano en el meteórico ascenso y el no menos rápido descenso a los infiernos del añorado Frank Vandenbroucke, aunque Boonen piensa que “creo que Vandenbroucke se hundió a causa de su propia personalidad. En realidad, tenías a dos ‘Franks’. Uno muy extrovertido. El otro, muy cerrado. Por la noche, en la mesa, podía ser muy abierto y hablar con todo el mundo y, una hora más tarde, no tener ni idea de que había cenado a tu lado. Era algo muy raro. No podías llegar a conocerle bien. Frank podría haber hecho lo que hubiese querido en la vida, pero siempre lo hubiese hecho de la misma manera. Se ponía una presión increíblemente elevada encima, pero luego tenía algún momento de duda y se hundía. Yo soy distinto. Por decirlo de una forma muy cruda: soy más normal que Vandenbroucke”.

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Quiere volver a ganar una gran clásica

Unos bajos fondos de la fama, la presión y estar siempre en el ojo del huracán mediático que Boonen conoció muy bien en 2006 y 2007 con sus dos ya famosos casos de uso de cocaína. El corredor del Etixx-Quick Step asegura que salió de aquella situación “manteniéndome fiel a mi mismo. Seguí haciendo lo que más me gustaba: correr en bici. Esa fue mi salida. No soy una persona pesimista, ni siquiera en los peores momentos. Siempre debes de mirar hacia adelante. Mi entorno también fue muy importante, pero no era completamente dependiente de él. Soy una persona a la que hay que dejarle hacer. Siempre acabo aterrizando de pie. Eso Lore [su pareja, N.d.A.] lo sabe muy bien”.

El ministro de Deportes de Flandes, Sven Gatz, se mostró recientemente preocupado por la enorme tasa de seguimiento que hay hacia el ciclismo y el fútbol en aquel país y llegó a proponer que se emitieran menos carreras y partidos por televisión. Boonen asegura que “puedo entender lo que quiere decir. Menos cantidad y más calidad. Yo también considero que las retransmisiones duran demasiado. Acabas escuchando demasiado parloteo para llenar tantas horas. Si emites menos carreras, puedes ofrecer mayor calidad en los comentarios”. Pero pese a todo, incluidos los escándalos que de tanto en tanto sacuden al ciclismo, tanto en Bélica como en España, las audiencias y la popularidad del deporte siguen siendo muy elevadas. “Parece que la gente tenga una memoria muy a corto plazo. Un caso de dopaje atrae muchísima atención sobre el deporte, pero dos semanas más tarde sigue prestándose mucha atención al deporte, pero ya no se sabe el porqué. En nuestro caso, el del ciclismo, esas historias siempre salen a la luz. Tengo la impresión de que en deportes como el tenis o el fútbol las cosas no son así”. Pese a todo, Tornado Tom opina que “no nos controlan demasiado. Es algo muy bueno que el ciclismo sea tan duro con este tema. No es agradable que a las seis y media de la mañana te despierten para hacer pis en un bote, pero parece que es la única manera de garantizar un deporte limpio, por muy triste que esto pueda resultar. Pero hay que tener mucho cuidado a la hora de levantar sospechas respecto a los deportistas. Puedes acabar destrozando carreras enteras. Mira, por ejemplo, el caso de Greg Van Avermaet. No ha hecho nada, pero para toda su vida estará asociado con el dopaje”.

Me marché de US Postal en el momento justo. El dopaje tuvo algo que ver

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Boonen debutó en el US Postal

El que fuera Campeón del Mundo en Madrid 2005 asegura que nunca ha sido tentado con el uso de sustancias prohibidas. “Nunca me las han ofrecido. Me marché justo a tiempo del US Postal y todo eso tuvo algo que ver en mi marcha del equipo. Los rumores ya circulaban por aquel entonces y yo no tenía ningún interés en entrar en ese juego. Era lo suficientemente bueno por mi mismo. Ganaba carreras. Eso sí, yo nunca he visto nada. Me lo supieron esconder muy bien. También es verdad que yo no estaba en el equipo del Tour ni en el entorno de Lance Armstrong. Creo que en los últimos diez años las cosas han cambiado mucho. El dopaje ya no es algo aceptado o aceptable. Realmente creo que el 99% del pelotón corre limpio. Quizás haya chavales sin posibilidades, gente que de otra manera no tendría esperanza alguna, que lo intenten. Pero a los verdaderos grandes corredores no les veo hacer nada de eso. ¿Para qué querrías arriesgarlo todo sabiendo lo que está pasando con Armstrong, por ejemplo?”.

«Correré un año más y, quizás, la siguiente primavera«

Hace algún tiempo Patrick Lefevere, una suerte de padre deportivo para Tom Boonen y, sin duda alguna, una de las personas que mejor conoce al corredor de Mol, aseguró que si hubiese ganado alguna de las grandes clásicas en 2015, hubiese colgado la bicicleta. El corredor desmiente ese punto. “No. No fue así. Quizás, habría sido un escenario de ensueño, pero todavía me sigue gustando muchísimo correr y todavía me encuentro bien. Si lo dejas, no puedes volver. Es algo que tienes que tener muy en cuenta. Sí es cierto que este año he pensado, por primera vez en mi vida, en la retirada. Seguro que correré un año más y, seguramente, la siguiente primavera, pero no creo que se vaya a prolongar mucho tiempo más”.

Sé que puedo ganar una gran clásica

A estas alturas de su carrera, Boonen tiene muy claro qué es lo que le gustaría conseguir en esta temporada y media que dice que tiene por delante. “Me gustaría volver a estar, al menos una vez, a mi mejor nivel de nuevo y, por supuesto, llegar libre de lesiones a las clásicas. Todavía las puedo ganar, eso lo sé seguro. Y, por supuesto, sueño con un Mundial. ¿Los Juegos Olímpicos de Río? He oído que el recorrido es muy duro. No creo que sea algo para mí”.

Tras sólo un año, 2002, en el US Postal, Boonen ha pasado las trece temporadas restantes como profesional en la estructura del Quick Step. Una relación que Lefevere, genio y figura en el arte de conseguir titulares y de soltar potentes cargas de profundidad disfrazadas de ironía, ha achacado muchas veces a que él era el único que podía pagar lo que el corredor pedía, un arma que está usando una vez más este año negociando una renovación que todavía no ha sido anunciada, pero que todo el mundo da por hecho. En cuanto a si la razón de su larga relación es, efectivamente, esa, Boonen dice riendo que “sí, eso dice él. Siempre he recibido otras ofertas. En una ocasión, a mis 27 años, me planteé muy seriamente aceptar una de ellas. Europcar quería montar un equipo de clásicas realmente potente. Me dieron un cheque en blanco. Hubiese ganado más dinero, pero al final dije que no. Finalmente, me di cuenta de que no tenía intención de mudarme a un equipo francés. Tienes que pensar a largo plazo. Quick Step se ha convertido, después de tantos años, una especie de familia”.

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