Burgos-BH mira al cielo en busca de inspiración divina

Los hombres de Burgos-BH ultiman su concentración de concienciación / © Rubén Navarro

Nicolás Van Looy / Ciclo21

No ha sido un invierno fácil para el Burgos-BH. El tránsito de 2018, su primer año como escuadra Continental Profesional, a 2019 ha estado marcada, para desgracia de sus responsables y corredores, por las turbulencias causadas por las sanciones a Igor Merino e Ibai Salas que, por fortuna para los intereses del conjunto burgalés, la UCI no consideró en el mismo año que el de David Belda, lo que podría haber significado una sanción insalvable para todo el equipo.

Salvado el momento más crítico, los responsables del equipo burgalés anunciaron que retrasaban el arranque de la campaña de 2019 para realizar una concentración, en la que ahora se encuentra inmerso, para trabajar en la concienciación de todos los miembros de la escuadra en cuestiones antidopaje. Una concentración, en todo caso, coincidente en fechas con la sanción impuesta por la UCI por la que, aún queriendo, el Burgos-BH no podría haber estado estos días en La Tropicale Amissa Bongo de Gabón, prueba con la que inicialmente iban a abrir su calendario.

La operación de lavado de imagen parece que está jugando a favor de la credibilidad del equipo que ayer recibía la buena noticia de que la Volta a Catalunya, que lo había dejado fuera de su primera selección de equipos invitados, le concedía su séptima y última invitación. Concentrado en tierras granadinas, Burgos-BH deja atrás sus horas más oscuras afrontando con ilusión y trabajo un 2019 en el que saben que se juegan mucho. No sería extraño pensar que los grandes organizadores, con la Vuelta a España a la cabeza, se sintieran en 2019 liberados de la presión social de invitar a los tres equipos PCT españoles por la nacionalidad de su pasaporte, por lo que tanto Burgos-BH como Caja Rural-RGA y Euskadi-Murias tienen por delante unos meses cruciales para asegurarse el puesto que, en última instancia, puede suponer el ser o no ser para cualquiera de ellos.

En declaraciones a Cyclingnews, el mánager del equipo burgalés, Julio Andrés Izquierdo, reconoce que la concentración que están llevando a cabo estos días tiene su origen “en lo que ocurrió el año pasado. Pensamos que reunir al equipo era la opción más inteligente. Tenemos que hacer que los corredores entiendan que el deporte tiene que ser limpio y que tarde o temprano los atraparán si recurren a métodos prohibidos en lugar de conseguir sus logros a través del trabajo duro y el esfuerzo”.

En cuanto al contenido de las charlas que están recibiendo los corredores del Burgos-BH durante esta concentración, Izquierdo explica que “esta semana, por ejemplo, son los médicos del equipo los que están dirigiéndose a los corredores… y luego vendrá un sacerdote, un ciclista entusiasta y amigo de algunos de los corredores, y me gustaría que también participara un comisario antidoping de la UCI”.

En cuanto a la presencia del sacerdote, Izquiero explica que es una persona que “habla a los corredores de vez en cuando y va a estar con ellos un poco más. Les va a dar su charla nuevamente, sobre cómo mentalizarse para el deporte limpio y las reglas del deporte limpio”.

Si la ayuda divina causará el efecto deseado en el equipo está todavía por ver, pero el padre Carlos Saldaña tratará de evitar que vuelvan a salirle ovejas descarriadas como ya le sucediera en el pasado. No en vano, en palabras al Diario As hace ahora dos años, el párroco se felicitaba porque “después de mi bendición, David Beda [recordemos, ahora suspendido por dopaje] ganó en Portugal, Castilla y León y Francia”.

En esa misma entrevista, Saldaña explicaba que “desde crío he andado en bicicleta, y con otras 60 personas de la comarca formamos el Club Ciclista Losa. Mi colaboración con el Burgos-BH empezó en 2014, cuando les llevé las cabras de contrarreloj de Burgos a la Vuelta a Portugal. Después regresé a ayudar en el Circuito de Getxo. Una paliza de kilómetros”.

Tal y como explicaba al diario madrileño, su función “no sólo realizo funciones espirituales, también conduzco los coches de carrera, reparto bolsas de comida en avituallamientos o acompaño a corredores y miembros del staff que no son burgaleses, para que no se sientan solos”. En cuanto a la ayuda extra que pueda dar la fé al equipo, el sacerdote explicaba que fue algo que “me pidieron los chicos. Se trata de transmitir la fe por una buena campaña y de desear que respete la salud, que los cascos no toquen el suelo. Aparte, los deportistas deben conocer su responsabilidad para difundir nobles valores a la sociedad”.

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