Colom, un mallorquín coronando el Mortirolo

Colom y Contador © bunyola.net

Colom y Contador © bunyola.net

Ángel Olmedo Jiménez / Ciclo 21

Cuando la organización del Giro de Italia dio a conocer el recorrido de la edición del centenario, la que disfrutaremos durante el año que viene, una de las etapas que concitó más atención fue la decimosexta, que sobre un trazado total de doscientos veintisiete kilómetros obliga a los corredores a franquear tres puertos de indudable categoría, incluyendo la Cima Coppi.

El mero relato de ellos aterroriza a los que han de superarlos subidos en la bicicleta y, en paralelo, alientan las ilusiones de los aficionados, deseando que se desate una auténtica batalla entre los favoritos, un espectáculo inusitado. Mortirolo, Stelvio y Giogo de Santa María (el segundo de ellos, con sus 2.758 metros, como pico de mayor altitud en competición) serán los tres pasos que, a buen seguro, marcarán su impronta en una jornada que está llamada a ser un auténtico “tappone”.

Nuestro protagonista hoy es doble. Por un lado el Mortirolo. El ascenso alpino (también conocido como Passo della Foppa) no suele ser de los más habituales cuando la carrera frecuenta la zona (en favor de Aprica). En su cima, a 1.852 metros sobre el nivel del mar, el dominio italiano, durante la disputa del Giro, es sobrecogedor. De las doce ocasiones en las que ha sido objeto de visita, ocho de ellas se ha visto homenajeado por un ciclista local. Tan solo cuatro extranjeros han podido pasar primeros por su línea de coronación.

El primero de ellos fue el venezolano Leonardo Sierra en 1990, la primera ocasión en la que se subió en carrera. Hubo de esperarse dieciocho años (y ocho ascensiones) para que un extranjero disfrutara de tal honor, y a ello dedicaremos este artículo. Posteriormente, y desde que en 2012 se modificara la vertiente de subida, el suizo Zaugg y el holandés Kruijswijk han sido los más rápidos en el coloso alpino.

No obstante, la historia del Mortirolo no solo se encuentra vinculada al ciclismo. En 1945, durante el transcurso de la sanguinaria Segunda Guerra Mundial, sus faldas fueron testigos de un cruento (y doble) enfrentamiento en los meses de febrero, abril y mayo de aquel año. La batalla se libró entre los partisanos (a la postre vencedores) y los alemanes, que se hallaban en retirada. Y, como en cualquier escenario bélico, aunque hubo vencedores, todos fueron vencidos.

El triunfo de Sella

El triunfo de Sella

El Mortirolo es un puerto que atesora historias míticas. Conviene recordar que el actual dominador de la escena ciclista (en lo que hace a grandes Vueltas), Chris Froome, sufrió en sus rampas, coincidiendo con su, hasta la fecha, última participación en la carrera italiana, una descalificación, debido a que el británico fue pillado por los jueces remolcándose en su vehículo de equipo.

Pero hoy, como adelantábamos, vamos a recordar la fecha en la que un español fue el privilegiado de hollar la dificulta del paso en primer lugar. Hemos de remontarnos al año 2008, a una edición del Giro que arrancó en Palermo y que concluiría en Milán y, en concreto, a la penúltima etapa, la que transitó entre Rovetta y Tirano, sobre un total de 224 kilómetros.

Fiel a su costumbre, la clasificación general de la carrera transalpina se hallaba en un pañuelo y la definición del portador de la maglia rosa, lucida por el español Alberto Contador, se había de solucionar tanto en esta etapa como en la crono final que se disputaría, al día siguiente, entre Cesano Maderno y Milán, durante veintitrés kilómetros y medio.

La etapa obligaba a franquear, por este orden, Gavia (cima Coppi), Mortirolo y Aprica, a escasos 16 kilómetros de la meta. El pinteño contaba con solo 4 segundos de ventaja con el italiano Riccó (Saunier Duval) quien, el día anterior, había aprovechado un momento de grave crisis del hombre de Astana para colocar la clasificación en un pañuelo. No era el único quebradero de cabeza para el ciclista español ya que Di Luca (LPR), que había recortado prácticamente dos minutos en la jornada previa, se hallaba tercero a unos más que escasos veintiún segundos.

Con ese esquema, Astana se veía obligada a intentar dominar la carrera y evitar que una alianza entre los italianos (que tenían también a Bruseghin cuarto y a Pellizotti quinto) pudiera dar al traste con las aspiraciones de su jefe de filas.

Podio final Giro 2008

Podio final Giro 2008 © RCS

Sin embargo, la fecha tuvo una sorpresa inesperada. Di Luca, que se había vaciado el día anterior, sufrió para mantener el ritmo en el Mortirolo y perdió contacto con el grupo de los favoritos. En meta se dejaría la friolera de cinco minutos y sus opciones de ocupar una plaza en el pódium. Antes, la carrera había visto como un grupo de aventureros, entre los que se encontraba el compañero de Contador, Toni Colom (Buñola, 1978), ascendía el Gavia y llegaba con suficiente ventaja al Mortirolo, en el que el español coronaría, en solitario y en primer lugar el temible monte.

El deselance del día fue favorable a un Contador que aguantó bien los intentos de Riccó (que mantenía una enconada polémica con su compatriota Sella). En el descenso del puerto, la fuga fue capturada. Pocos kilómetros después Sella lanzaría un demarraje que le permitiría alzarse con la victoria.

Contador remachó su victoria en el Giro en la crono del domingo y, para la historia, quedó ese primer puesto de Colom quien, al finalizar esa temporada, fichó por el Katusha (ganando el Trofeo Soller, una etapa en la París-Niza y conquistando un meritorio segundo puesto en País Vasco, solo por detrás del propio Contador), donde su trayectoria deportiva se vio truncada por un positivo por EPO, en un control efectuado unos días antes de la prueba vasca.

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