Contador en el Tour © Trek

Alberto Contador no es ya ni el primer español clasificado en la general -lo es Mikel Landa noveno- ni viaja entre los diez primeros. Su mal día en el terrible Monte del Gato le ha destinado a la cruel realidad de que no podrá optar al que hubiera sido su tercer Tour de Francia. El segundo, en 2009, pero el lacerado madrileño no se rinde y espera animar lo que queda de carrera con los Alpes y el Pirineo por delante.

«Estoy haciendo todo lo posible para recuperarme de las dos caídas que sufrí ayer, que no dependieron de mí. En la primera, en La Biche, pasé por encima de Rafal Majka -que abandona la carrera-, pero afortunadamente no pasó nada. La segunda fue brusca, Nairo se chocó contra mí, no sé por qué me tiró, fue un impacto fuerte. Tengo el cuerpo dolorido por todos los lados, ya me he estado tratando con la maquina de radiofrecuencia, con frío, estoy haciendo lo posible para recuperarme», afirmó ante los medios de comunicación en la conferencia de prensa durante el primer día de descanso.

A diferencia de otros discursos anteriores con múltiples explicaciones -como los vatios al ir sentado o no- a su falta de rendimiento, el líder del Trek asumió ayer y lo volvió a hacer hoy que no daba más de él. «La cuestión es que no iba bien en el último puerto. Después de la última etapa y con las caídas, las posibilidades para mí en la general se han ido por completo, pero aún puedo hacer cosas bonitas. Si me recupero creo que la tercera semana va a ser entretenida».

Un varapalo a sus ilusiones que no le merma la sonrisa. «Soy un corredor siempre optimista. Ahora solo pienso en recuperarme e intentar hacerlo lo mejor posible, disfrutar del Tour y con un nuevo planteamiento. Que me salga una buena carrera. Mi cabeza está lista para los desafíos, pero se trata más de una cuestión física. No voy a mirar la calculadora si me pongo bien. Este día de descanso no tocaré la bici, sólo un par de minutos para ver cómo van las articulaciones. Si me restablezco bien, no pretendo ver los toros desde la barrera. Que las posibilidades de la general se hayan ido me deja un abanico amplio para lograr cosas bonitas».

OPINIÓN

«Alberto Contador no vino a ésto»

Lo siento por quienes piensen que esto es hacer leña del árbol caído, por quienes digan que somos de frágil memoria, por quienes argumenten palmarés y gestas,… lo siento por ellos, pero este día de maravillosa montaña en el Tour de Francia ha dejado a Alberto Contador al margen, muy al margen, en renglón a parte, de la lucha por la general. Que sí, que ha ganado siete grandes, que tiene genio, casta y talento, pero está fuera. Es un hecho.

El obvio análisis de las opciones del pinteño no auguraba nada positivo para el líder del Trek. Incluso en una primera semana insustancial, con la casi exclusiva lectura de lo que pasó en La Planche des Belles Filles, Contador no daba el mejor tono. Ha sido aparecer la primera montaña seria de la carrera, y descolgarse.

No sé hasta qué punto habrán influido las caídas, no sé, repito, pero está claro que si algo han hecho los sustos de esta trepidante jornada ha sido acelerar una debacle que tarde o temprano se debería producir.

Se acabó el manual de excusas, a cual más inverosímil, la del sillín, los vatios y el ponerse o no de pie sobre la bici, pareció redactada por el jefe de prensa de Rajoy, una excusa, un argumento más que no provocaba la pregunta de quién le ponía el micro en ese momento diciéndole: “¿Pero qué me estás contando?”.

“He entrenado tanto la cadencia que muevo una potencia muy alta en el sillín, pero cuando me levanto en los pedales, no consigo cambiar rápido”

Contador ha agotado el crédito, no da más de sí, no al menos en el Tour, la carrera por la que bebe los vientos. Habrá que ver cómo se toma el futuro si ésta sale de su radar. Y no da más de sí porque los años no pasan en balde, porque es ley de vida, y en el caso de Contador, las cosas nunca han sido sencillas. A las lógicas complicaciones del oficio, le ha tocado sortear mil historias, que es imposible que no te pasen factura.

Contador vino a este Tour con la simple y clara misión de ganarlo, ocho años después de hacerlo por segunda y última vez. Era loable que lo hiciera, mantener la motivación a full tanto tiempo después es digno de admirar, y sí, lo hemos dicho muchas veces, otra cosa es que lo consideremos realista. Eso quien más quien menos, incluso alguno de los acérrimos, sabía que era muy complicado, que el problema de Contador no era Froome, era el inglés y un buen puñado de rivales más, al margen de su merma física.

La jornada desmonta otro de los grandes mantras de la campaña, el equipo. El Trek ha sido un azucarillo en el café, directamente, mientras Contador se descolgaba veíamos a Mollema y Pantano luchando por una etapa que en ningún momento tuvieron en su alcance, pues Sky no daba tregua. Esa prensa que elogió el Trek por descolgar a medio equipo cuando Contador pinchó, creo que en Dubai, a inicios de año, debería admitir que esto ha resultado más o menos lo mismo que Tinkoff, sólo que en el equipo de Guercilena no hay un Oleg para tocar los cojones.

Artículo completo en El cuaderno de Joan Seguidor