Criquielion fallece a los 58 años

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Criquielion tras su caída en Ronse en 1988

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Sólo podemos esperar un milagro. La situación es desesperada”. Así describían hace apenas unas horas fuentes cercanas a la familia de Claude Criquielion la situación del ex corredor belga, ingresado en el Hospital Universitario de Aalst (Bélgica) desde que el pasado lunes sufriera una accidente cerebrovascular (ACV) que le ha mantenido en coma profundo hasta esta misma mañana, cuando ha fallecido a los 58 años de edad.

Hijo de agricultores, alcanzó su mayor triunfo en 1984 cuando se impuso en el Mundial de fondo en carretera de Barcelona, aunque quizá la imagen que marcase toda su carrera deportiva fuese la del Mundial de Ronse (Bélgica) en 1988, donde fue empujado contra las vallas por el canadiense Steve Bauer cuando apenas quedaba un centenar de metros para la línea de meta y el belga tenía bien cogida la rueda del canadiense que, finalmente, sólo pudo observar impotente (para luego ser descalificado) como el joven Fondriest levantaba los brazos.

Debutó como profesional con 22 años en 1979 con el KAS-Campagnolo. Su novena plaza en el Tour de Francia de ese año –primera gran vuelta que corría– y, sobre todo, su tercer puesto en la Vuelta a España de 1980 hicieron que, desesperados por encontrar por fin a una nueva gran figura, los belgas le bautizaran como el sucesor de Eddy Merckx.

Pese a esos buenos papeles en sus primeros pasos en el profesionalismo y la necesidad belga de encontrar a un hombre capaz de brillar en las grandes vueltas, el propio Criquielion siempre se vio más apto –y se decantó– para las clásicas. Eran los inicios de una mayor especialización en el ciclismo y quizá por eso, porque los belgas seguían completamente anclados en ideas vetustas y veían a ciclismo emergentes como el español con desprecio, su palmarés quedó por debajo de sus verdaderas oportunidades.

Nunca acabó por decidirse a centrarse en las grandes vueltas o en las clásicas y finalmente fue esa tercera posición de la Vuelta a España de 1980 su mejor actuación en carreras de tres semanas (fue séptimo en su único Giro y quinto en el Tour de 1986). En el terreno de las carreras de un día consiguió una Vuelta a Flandes (1987) –la del famoso atropello a Jesper Skybby en el Koppenberg–, dos Flecha Valona (1985 y 1989), una Clásica de San Sebastián (1983), una Flecha Brabante (1982) y un Mundial (1984).

Fue el Mundial de Barcelona el que cambió a Criquielion de manera profunda. No sólo le dio más peso específico en el pelotón, sino que algo cambió en su forma de afrontar las carreras. Muy criticado hasta entonces por ser demasiado dubitativo, el maillot arcoíris le convirtió en un finisher. Vivió entonces sus mejores años y llegó el Mundial de Ronse. Ante su propio público completó una gran carrera. En la recta final, pocos dudaban de que no podría batir a Bauer y a Fondriest. Se situó a la rueda del canadiense e intentó pasarle por la derecha. Junto a las vallas. Lo que pasó después es historia del ciclismo. Cirquielion no lo superó nunca. Incluso denunció a Bauer y se vio envuelto en un juicio que duró años y que finalmente perdió. Un proceso que le costó cerca de 10.000 euros (400.000 francos belgas) de entonces. “Tengo un bonito palmarés, pero con un segundo Mundial hubiese estado a la altura de Van Looy, Maertens o Schotte”, diría más tarde.

Tras colgar la bicicleta en 1991, Criquielion fue director deportivo en Lotto y trabajó para el Landbouwkrediet-Colnago en la época en la que su hijo Mathieu corrió en el conjunto belga. Posteriormente, dio el salto a la política y fue concejal de deportes en su lugar de residencia, Lessen.

Mundial de 1988 – Ronse

Mundial de 1984 – Barcelona

https://www.youtube.com/watch?v=bMm_zonfA74

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