El año clave de Eider Merino (Lointek)

Eider Merino con el maillot 2017 © Lointek

2017 no va a ser un año más para Eider Merino (Balmaseda, Bizkaia, País Vasco, 2 de agosto de 1994). La vasca afronta su primera campaña elite con el Lointek -no conoce otro maillot- tras una etapa sub-23 en la que ha ido consolidándose y buscando su sitio en el pelotón español y, sobre todo, en el internacional. Una fondista y escaladora de físico menudo que a sus 22 años representa la savia nueva de un ciclismo femenino no sobrado de talento y necesitado siempre de ayudas externas en todos los niveles. Ciclopedestre invernal -su directora Dori Ruano no le pone pegas para ello- y hermana del profesional del Burgos, Igor, se centra ya en el ciclismo al ciento por ciento tras acabar su carrera de químicas. En 2016 solo fueron más regulares que ella la vencedora del TOP Ciclo 21, Mavi García y Sheyla Gutiérrez -también del 94-, superando a la olímpica Ane Santesteban. Una deportista que sueña ya con Tokio 2020.

Fernando Ferrari / Ciclo 21

-¿Cómo valora ser la tercera mejor española de 2016 y a sus dos colegas que le han superado?

-Mavi [García] ha demostrado estar todo el año en un punto de forma exquisito. Se le vio que el primer año en carretera le faltaba técnica, pero tenía fuerza sin cabeza, pero poniendo esa cabeza demuestra que tiene mucho gas. Y en cuanto a Sheyla [Gutiérrez] con la que he compartido equipo y es una gran amiga, ha corrido fuera y eso le da un plus. Así que quedar tercera detrás de ellas es un honor.

-¿Cuál fue su mejor momento de 2016?

-La etapa del Mont Ventoux en el Tour de l’Ardeche fue una carrera preciosa de recordar porque en la subida me encontraba muy muy bien. Estábamos con la selección española y Mavi tuvo un percance al inicio de la subida. Ane [Santesteban] tuvo que bajarse por problemas físicos. Yo soy de puertos largos, de poner un ritmo. Al final no nos entendimos bien y nos cogió un grupo desde atrás, pero pude ponerme líder de las jóvenes y verme ahí delante fue una etapa preciosa. Me faltó como siempre el «rush» final, el sprint, pero ya estoy trabajando para mejorar eso.

-¿Cómo afronta este 2017 ya como elite después de su último sub-23?

-Particularmente puse muchas ganas el año pasado. Para éste, después de acabar la carrera [químicas] tengo especial presión, porque quizás espero más de lo que luego será, así que espero no cargarme mucho de esa presión. Este año me voy a dedicar solo al ciclismo. Mis padres me lo permiten. En ciclocross ya noté un pasín adelante, en una especialidad que la hago para la carretera y cuando hay que dar pedales se notaba. Me va bien porque en el momento que te pones un dorsal aprietas más que un entrenamiento. Así que ahora entrenando y descansando mejor me haga estar un poco más adelante en el extranjero donde es realmente donde debemos dar ese paso en el ciclismo femenino español.

-¿Hacia dónde quiere ir Eider Merino en el ciclismo?

-Quiero ver este año hasta dónde puedo llegar aunque sin obsesionarme mucho porque cuando pones muchas ganas en algo puede que te salga mal y soy muy débil de cabeza, es mi punto flaco, así que tengo que centrarme bien y sobre todo fortalecerme mentalmente. A ver el calendario que tenemos y empezaremos a poner fechas y objetivos. De momento empiezo el 25 y 26 en Bélgica, el 1 de marzo en Samyn y después la Semana Valenciana del 8 al 11 de marzo.

Con Mavi García en el Ventoux © facebook

-Por su fisonomía queda claro que la montaña es su hábitat preferido.

-Yo soy escaladora por mi físico y porque me gusta. Donde vivo es todo para arriba y es lo que he mamado. Lo que pasa que como tengo mucho fondo las contrarrelojes no se me dan mal y si las preparo mejor sí podría dar un paso mayor. Son kilómetros a tope y yo me sé regular muy bien y cuantas más largas sean mejor para mí. A pesar de ser escaladores a mi hermano Igor y a mí se nos dan bien. Tengo claro que si lo quiero hacer bien en vueltas grandes tienes que hacer buenas cronos, si no…

-¿Le ilusiona alguna cita del calendario 2017?

-A mi la Bira siempre me ha encantado porque es dura y es en casa. El Giro de Italia fue una experiencia única y esperamos volver a ir. Otra carrera que me ilusiona es la etapa del Tour que ya no es en los Campos Elíseos sino en el Izoard, pero nunca han invitado al equipo, pero a ver si tenemos suerte y podemos estar.

-E imagino que el Campeonato del Mundo.

-Cuando vi el Mundial de Doha sabía perfectamente cuándo terminaba mi temporada [risas], así que este año sí espero estar en el Mundial de Bergen que seguro será más duro.

-¿Separaría las pruebas entre elite y sub-23?

-En féminas en España siendo sub-23 sí me gustaría que se separaran las carreras y llevarte ese mérito y ganar, pero luego siempre competimos como si fuera una misma categoría. No contamos que sea, por ejemplo, cuarta en la carrera y segunda elite. En el Campeonato de España de ciclocross me decían que había sido cuarta y yo les respondía que sexta porque me han ganado dos y encima son más jóvenes. Hay que correr juntas y después distinguir a las sub-23 con su propio premio, porque si en chicos tienen por qué en chicas no. Es un aliciente más para ellas y me parecen que haya dos podios para las dos categorías.

-¿En ese aspecto su nueva categoría le afecta en algo?

-No va a suponer un cambio porque compites con ellas igual. Lo único es lo que comentábamos de ese premio extra de las sub-23, pero lo que es el ritmo y las carreras son exactamente igual.

En la concentración © Lointek

-¿Con 22 años se piensa ya en Tokio 2020?

-A cualquier deportista, unos Juegos Olímpicos ponen los pelos de punta solo con pensarlo. Quedan cuatro años, pero no hay que meter prisa en el último año. Son estos cuatro años los que hay que trabajar con las jóvenes para llegar a ese año olímpico con los dichosos puntos que se necesitan y no ganarlos ese último año de dónde sea. Al final Ane fue la que fue a Río, pero tuvo mucha presión y lo ha pasado mal. Al final le salió bien, pero pasó un año duro.

-¿Qué comen en casa para que haya dos profesionales un año más?

-Estamos muy contentos los dos de seguir un año más en lo más alto. Con Igor estuvo complicado, pero al final renovó y ahí estamos otra temporada. ¿Entrenar con él? No, no. Él hace muchos más kilómetros, pero cuando le toca suave sí quedamos con su grupeta.

-¿Se plantea correr en un equipo extranjero en el futuro?

-Para mí Lointek es como una familia porque llevo con ellos desde cadetes, pero si en el futuro tengo alguna oferta me costará mucho decidirme, porque en otro equipo no me van a tratar como en Lointek y en casa, pero un paso más sí habría que dar en ese aspecto. Pero sigo en Lointek feliz y a ver si le damos más victorias al equipo.

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