El caótico primer Mundial de scratch

 

Miquel Alzamora, calentando antes de la prueba. Foto: Román Mendoza

TrackPiste / Ciclo 21

Si uno de los momentos más bonitos que he vivido en pista ha sido la victoria de Sebastián Mora en el scratch del Mundial de Londres 2016, uno de los más caóticos fue también con esta misma disciplina, de triste actualidad porque no tendrá representación masculina española en el próximo Campeonato, el año en que fue incluida de forma oficial en el programa mundialista, en Ballerup 2002.

Precisamente la coincidencia en Galapagar con el ahora técnico de la Balear Miquel Alzamora, protagonista español en aquella accidentada carrera, ha sido lo que me ha despertado el recuerdo, que también se aviva en el de Artá según lo va rememorando. Y es que cuando los cuatro corredores destacados ganaron vuelta –el británico Tony Gibb, el ucraniano Volodymir Rybin, el alemán Stefan Stenweg y el suizo Franco Marvulli- los árbitros no supieron que hacer.

“Recuerdo, además –añade Alzamora-, que había dos de ellos que no querían entrar, uno el alemán, y que los árbitros dudaban si parar para hacer un sprint entre los cuatro o seguir, hasta que al final decidieron neutralizar la carrera. Me sorprendió bastante porque yo venía de ganar el Campeonato de España de forma parecida, ganando vuelta, y entonces se dejó seguir sin problema, aunque en aquella ocasión fui yo sólo quien lo hizo”.

El caso es que al final se jugaron dos carreras, una entre los cuatro mejores y otra con el resto, aunque sucediéndose una serie de detalles que contribuyeron al desastre: una posible vuelta perdida de Marvulli, a la postre ganador en el sprint de los ‘destacados’, un conato de descalificación a Rybin… e incluso la campana yéndose por los suelos. Y aunque es posible que pudiera pesar la novedad de la prueba con un reglamento muy cogido con pinzas, no es menos cierto que fueron los árbitros los únicos culpables de lo sucedido.

La clasificación oficial de aquella prueba no contempla vueltas ganadas o perdidas, encabezada por un Marvulli que es el único corredor de la historia que ha repetido triunfo en la misma en unos Mundiales, un año más tarde y ya sin ningún problema, y con Alzamora en la novena posición.

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