¿El ciclismo no entiende de sexos?

Auxiliar femenina en el Bora © Laura Máñez

Laura Máñez Taberner*

Hace ya dos días que regresé de mi última escapada a ver las primeras cuatro etapas de La Vuelta Ciclista a España, una Vuelta que acaba de empezar a rodar por tierras peninsulares un año más. Y, un año más, he decidido acudir a verla.

Desde el momento que cogí el coche en Cullera, tras la salida de la 4ª etapa y poner rumbo a Dénia para coger el barco esa misma tarde que me llevaría de nuevo a mi, ahora bulliciosa, isla mediterránea, una idea que crece incesante se mete en mi cabeza. No desaparece, late con fuerza. Tengo claro que no es algo momentáneo. Sé bien que es una sensación, un sentimiento, una emoción que va mucho más allá. Este deporte es mi gran pasión, un mundo que me hace sentir más viva.

Mientras observo desde el sofá al grupo escapado de la 6ª etapa, no puedo evitar sentir que no debería estar aquí sentada escribiendo estas líneas en mi portátil. Siento que debería estar allí, en medio de esa locura dinámica que implica una gran vuelta, que implica este deporte en sí.

Fue extraña la sensación que me invadió la tarde del martes. Mientras el barco avanzaba hacia Mallorca y se alejaba de la costa alicantina más crecía mi impotencia y mi desubicación. Más confirmaba que, desde hace varios años, la afición por este deporte ha dejado de ser sólo una afición para convertirse en lo que me llena de verdad día a día.

Sin embargo, por otro lado, ciertos miedos me invaden. En estos días también he visto cierta faceta en el profesionalismo de este deporte que, aunque se quiera negar, es evidente y real. Aunque parece que la presencia femenina va aumentando, sí es cierto, que todavía ahora rara es su presencia. Aún impera el hermetismo y la preferencia por la figura masculina. En parte, hasta algo entendible.

¿Deporte de hombres donde juegue un papel una mujer? ¿Es eso posible?

Otra imagen del equipo alemán © L. M.

En estos días, he buscado y rebuscado, entre los autobuses , los hoteles y los coches de carrera de los diferentes staffs, la presencia de mujeres en diversos equipos. Presencia más bien escasa. Miro a las pocas que encuentro con una mirada entre admiración, envidia y curiosidad. ¿ Qué tarea desempeñarán en estos equipos? ¿ Cómo habrán logrado entrar a trabajar en este mundo? La mayoría trabajando en la parte de comunicación y relaciones públicas. Alguna se dedica a la parte de masaje y fisioterapia, de estas apenas alguna, y podría decirse que en esta Vuelta ni una en ese rol.

Yo lo tengo claro. Para mí no hay diferencias a la hora de trabajar entre hombres y mujeres. El trabajo es el trabajo y no entiende de sexos, sea el que sea, pero soy consciente de que hay personas que no lo ven de la misma manera. Debería ser sencillo valorar el trabajo que se desempeña por el output o resultado del mismo, sin que los factores externos, y totalmente triviales, como pueda ser el sexo, la raza, la nacionalidad u edad puedan condicionar la aceptación o rechazo de una persona a la hora de ejercer dicho trabajo. Por el contrario, a mis oídos llegan comentarios poco apropiados, o, diferentes a la opinión que yo tengo, y que me hacen ver que queda un camino largo por recorrer en la concienciación frente a esta cuestión.

Desde el ámbito educativo trabajo a diario por concienciar a mis alumnos y hacerles ver que la diversidad aporta riqueza y que todos podemos ganar tanto en el proceso como en el resultado. Pienso que eso es transferible a cualquier ámbito, reflejo del mundo en el que vivimos.

A pesar de los miedos y de la desigualdad de oportunidades, ¿ por qué no intentar dar un paso adelante? Puede que cierren puertas o se obtenga un no por respuesta a la hora de introducirse de una forma u otra en este mundo, pero así es la vida y las cosas, de momento, funcionan así. Como en el deporte, antes de ganar una vez, posiblemente se fallarán mil y una. Las posibilidades de éxito son pocas siendo realistas, pero sí no se intenta nunca se ganará y, al final, quien sabe….

Poco hay que perder. Quizás sí mucho por ganar.

*Psicóloga, profesora y cicloturista

ENGLISH

Doesn’t the bike understand of genres?

Two days ago I returned from my last travel to see the first four stages of La Vuelta Ciclista a España, a Vuelta that has just begun to roll through peninsular lands another year more. And, once more, I decided to go to follow it in real.

From the moment I took the car in Cullera, after the start of the 4th stage and heading to Denia to catch the boat that same afternoon that would take me back to my, now bustling, Mediterranean island, an idea that grows incessantly gets in my head. It doesn’t disappear, it beats strongly. I am clear that it is not something momentary. I know that it is a sensation, a feeling, an emotion that goes much further. This sport is my great passion, a world that makes me feel more alive.

As I watch the breakaway group from the 6th stage from the couch, I can’t help feeling that I shouldn’t be sitting here writing these lines on my laptop. I feel that I should be there, in the middle of that dynamic madness that implies a Great Tour, that this sport implies for itself.

The feeling that invaded me Tuesday afternoon was strange. As the ship moved towards Mallorca and away from the Alicante coast, my helplessness and my relocation increased. I could confirm clearly that, in the last times, the love for this sport has stopped being just a love for a hobby to become what really fills me day by day.

However, on the other hand, certain fears invade me. In these days I have also seen a certain facet in the professionalism of this sport that, although we want to deny it, is evident and real. Although it seems that the female presence is increasing, it is true, that even now its presence is rare.

Hermeticism and preference for the male figure still prevail. In part, even something understandable.

“Sport of men where a woman plays a role? Is that possible?”

These days, I have searched and searched, among the buses, hotels and race cars of the different team staffs, the presence of women in some teams. Presence rather sparse. I look at the few that I find with a look between admiration, envy and curiosity. What task will they perform in these teams? How will they have gotten to work in this world? Most working in the communication and public relations departments. Some are dedicated to the part of massage and physiotherapy, although in this Vuelta I couldn’t find none in this role.

I know it clear. For me there are no differences when working between men and women. Work is work and does not understand about difference of genre, but I,m aware that there are still people who do not see it in the same way. It should be easy to assess the work performed by the output or result thereof, without external factors, and totally trivial, such as genre, race, nationality or age can condition the acceptance or rejection of a person when it’s time to do that job. Opposite, to my ears come inappropriate comments, or,at least quite different from the opinion I have, and that make me see that there’s still a long way to go in raising awareness about this issue.

From the educational field I work daily to raise awareness among my students and show them that diversity brings richness and that we can all win,both in the process as in the result. I think that is transferable to any field, a reflection of the world where we live .

Despite the fears, why not try to step forward? They may close doors or give e a No for an answer, but that’s life and it works that way : Like in sport, before winning once, maybe a thousand and one will fail. The possibilities are few, being realistic, but if you don’t try you will never win and, in the end, who knows…

Little to lose. Maybe a lot to win.

*Psicóloga, profesora y cicloturista

Un comentario

  1. Vaya pesadez lo de la «guerra de sexos». Ya aburre pero mucho.

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