El paradójico bidón del Movistar en el Tour

El Movistar en parís sin los retirados Jesús Herrada y Gorka Izagirre © ASO

El Movistar en París sin los retirados Jesús Herrada y Gorka Izagirre © ASO

Fernando Ferrari / Ciclo 21

El -en este caso- bidón medio lleno o medio vacío. De ambas formas se puede analizar el balance del equipo español Movistar en el Tour de Francia y de su líder máximo Nairo Quintana. La primera versión dice que han subido al podio de París con el colombiano tercero -también por deméritos ajenos- tras el favorito Chris Froome y el relativamente inesperado ídolo local Romain Bardet; que se han apuntado una etapa -única española- con el trabajador y preolímpico Ion Izagirre y que han repetido su éxito como mejor equipo -cuatro en total- de una ronda francesa donde el nivel competitivo ha distado mucho de otras ediciones.

La segunda, más áspera, incómoda y quizás más ajustada, delata que Quintana ha dado un paso atrás en su progresión sin poner jamás en aprietos al poderoso Froome con estériles ataques y despistes injustificables -para enfado de sus compañeros y en especial el abnegado Alejandro Valverde-; que su preparación hacia el Tour quizás no haya sido la ideal -o ha mejorado la de Froome-; que la presión del manido #sueñoamarillo -añadida a la de la afición y medios  de comunicación colombianos- ha sido insoportable e insuperable; que su mejora contrarreloj sigue estancada; que el conjunto de Eusebio Unzue no ha podido estar al invencible nivel -el real premio por escuadras- del Sky -se aduce inferioridad de presupuesto- a pesar de su estajanovista dedicación; que se ha sacrificado en exceso el papel de un Valverde -sin etapas ni opciones de amarillo en la primera semana y con su segundo podio más accesible-, y que solo el menor de los Izagirre -aprovechando una fuga cuando ya estaba todo decidido en la penúltima jornada- ha podido curvar los labios hacia arriba de un equipo que soñaba en amarillo y que ha despertado de una pesadilla desilusionado y con esa sensación de fracaso tras el minucioso trabajo incubado desde la concentración clásica invernal en Pamplona por todos sus miembros hacia uno solo.

El sacrificio de Valverde © Bettini

El sacrificio de Valverde © Bettini

Las causas de la marcha atrás de Quintana -como suele pasar en estos casos- solo las sabe el corredor y el equipo técnico y médico del único conjunto español UCI World Tour. Mientras el colombiano dijo en la llegada a Culoz -donde no pudo seguir a Froome y el resto de favoritos- que «estoy en forma y espero volver a mi mejor nivel para poder responder como en todas las carreras hasta ahora», al día siguiente -en la contrarreloj- sacaba de su repertorio la inédita palabra «alergia» en la frase «puede ser algún tipo de alergia que me haya venido afectando en los últimos días, porque las piernas no oxigenan. A pesar de no tener una gran forma, en este momento tampoco es malo un cuarto lugar e intentar luchar por el podio del Tour». Tampoco Unzue se lo explicaba por lo que urge su identificación. «No sabemos lo que tiene. Da la impresión que va limitado por lo que sea, no se le ve con alegría en su terreno, en las subidas. No es él».

El podio ya lo tiene -tercero en sus tres únicas participaciones, dato irrefutable-, pero sin olvidar el pinchazo de Porte en la primera semana que le hubiera dado el segundo cajón, los abandonos de Contador y Pinot, el bajón de Mollema, la inexperiencia del líder de los jóvenes Yates -que se quedó a 21 segundos-, el irregular Aru y sin poder atajar el certero ataque de Bardet  -20 segundos de diferencia sobre Quintana- en la llegada a Saint Gervais-Mont Blanc con un -de nuevo- brillante Valverde que se quedó sin optar  a la que hubiera sido su quinta victoria de etapa en la Grande Boucle.

Circunstancias que el tiempo irá disipando y de las que se ha beneficiado indirectamente un ciclista que al final ha encontrado un hueco en la foto de París casi sin querer y quizás sin merecer a tenor de su regresivo rendimiento. Lo preocupante para él haya sido su impotencia en su habitat natural, la  alta montaña donde arrasó en Catalunya y Romandía este año, verbigracia. Nunca pudo con Froome ni con el resto de rivales como sí hizo en Alpe d’Huez 2015, sorprendido bajando Peyresourde, a rueda en los Pirineos, beneficiado por el recorte -¿qué tiempo hubiera perdido en el observatorio?- del Mont Ventoux -caos aparte- donde ya viajaba descolgado de Froome y sin ninguna iniciativa alpina. A pesar de todo -el cristal positivo- concluye tercero a 4 minutos y 21 segundos –1:12 hace un año– de desventaja ante un Froome cada vez más sólido, más seguro, mejor ayudado y, sobre todo, más experto de cara al futuro.

Froome y Quintana © Sky

Froome y Quintana © Sky

Y el horizonte es el despacho donde Movistar tiene que trabajar si quiere seguir postulando a Nairo Quintana -que acaba contrato en diciembre de 2017– a ser el primer ganador colombiano en el Tour de Francia. Lo más inmediato es los exámenes médicos por los que pasará para diagnosticar sus reales problemas que le han dejado fuera de unos Juegos Olímpicos donde iba a ser uno de los favoritos y a semanas de la Vuelta a España donde su presencia es conocida desde comienzos de año cuando se apuntó su calendario. La ronda española siempre es una reválida para los suspendidos en julio -el clásico dixit de Echavarri- y para que Movistar -sin seguramente su siempre seguro Valverde- pueda quitarse la desazón que siempre supone salir por una puerta más pequeña del objetivo máximo de la temporada, premios secundarios aparte y que no deben consolar plenamente a una estructura de su envergadura.

Eusebio Unzué lo ve con color más agradable aunque su fuero interno le dicte otra sensación. “Muy satisfecho. El tercer puesto de Nairo le sirve para subir por tercera vez en tres apariciones al pódium, un gran logro. Y además, está la victoria por equipos, una clasificación que valoramos mucho y que logramos por segundo año consecutivo. Seguro se pudieron hacer las cosas mejor, pero tal y como marchó la carrera, tenemos que estar felices”.

Y Valverde cree que -visto lo visto- más no se puede pedir en su papel de disciplinado compañero. “Nos marchamos contentísimos. Se ha hecho tercero en la general, ganado por equipos, una etapa… difícilmente se puede pedir más. ¿Una etapa para mí? Difícil. Con mi presencia en la general estaba muy controlado; ya sucedió en la etapa de Andorra. Entrar en fugas era imposible. ¿Piernas de podio? No es importante. Estaba bien y hay que ser ambiciosos, pero yo tenía claro cuál era mi papel aquí. Vinimos a los que vinimos, Nairo está en el pódium -ganar siempre es muy difícil, será otro año- y eso es lo que cuenta. Los éxitos de este Tour van dedicados a los que están en casa -Gorka, Jesús-, deseando que se repongan al 100%. Ahora mismo las piernas están cansadas, pero queda un par de semanas hasta la prueba en línea de Río y seguro que llegaremos al día 6 bien recuperados”.

La gran pregunta que se hará (n) es cómo ser mejor que Froome y el Sky en 2017. La respuesta, complicada, puede transcurrir por un cambio de estrategia en todos los ámbitos y por reducir el nivel de las expectativas -asunto incompatible con la empresa que paga el patrocinio- sobre un joven de 26 años al que -a pesar de todo lo que lleva ganado por su innata calidad- le falta aún un punto de madurez cuando no es el mejor y miembros de tu generación te enseñan el dorsal.

La ventaja de éste u otro deporte es que siempre da oportunidades y el derrotado Quintana así lo asumió sin autocrítica. «Veníamos con un objetivo más grande y ambicioso, pero tenemos años para seguir probando. Froome es un rival muy fuerte. Me ha tocado luchar bastante contra él y seguramente en todos estos años próximos seguiremos ahí. A veces ganará él y otras yo».

La Vuelta a España 2016 es el próximo episodio del duelo. Pero habrá más y hambrientos invitados. Como en la salida de Dusseldorf en 2017 donde Froome lucirá de nuevo el dorsal 1 en la contrarreloj inicial. Al boyacense aún le queda otro año por delante para que ese obsesionado sueño se haga un día, por fin, realidad. De él -y obviamente sus rivales- depende. Empieza la cuenta atrás, otra nueva.

Un comentario

  1. Hola señores ciclo 21 cordial saludo.

    Quiero hacer un comentario muy breve, lo que pasa con Nairo, yo lo tengo muy claro como Colombiano que soy, con mas de 30 años de experiencia directamente con nuestros ciclista.

    Nairo este año lo quemaron, inicio a competir muy temprano en la temporada y si ustedes saben de ciclismo tienen que mirar y entender que el siempre ha sido podio y campeón en todas las carreras que ha hecho este año, mientras que froome inicio mucho mas tarde su preparación y sin conseguir victorias, que quiere decir eso, que hizo una temporada tranquila, para forzar donde verdaderamente tenia que forzar – inteligente. A nairo le paso factura todos esos esfuerzos encadenados durante toda la temporada, conozco muy bien a nuestros ciclistas, y de seguir en esta forma nairo quedara quemado para siempre.

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