El sub-23 Edu Rodés se retira

El ciclismo es un universo maravilloso, apasionante, pero también tiene un componente ingrato y buena parte de esa vertiente áspera, menos amable, se concentra en el arduo trabajo para alcanzar el profesionalismo. Dar el salto no es nada sencillo. Y el camino exige de una dedicación casi absoluta no exenta de dificultades. Muchos comparten esos sueños, pero sólo unos pocos pueden cumplirlos. Y, una vez logrados, sólo unos pocos privilegiados logran mantenerlos. Sí, desde luego no es fácil el ciclismo. Y en una temporada marcada por una pandemia y una emergencia sanitaria, menos aún si cabe. Para Edu Rodés la de 2020 será su última campaña en la competición. El catalán ha decidido colgar la bicicleta. Se marcha el corredor, pero se queda el cicloturista. Y siempre estará la gran persona que disfruta tanto con la NBA como con una buena clásica. Una gran persona.

Edu Rodés © Kometa

Edu Rodés (8 de abril de 1998) fue uno de los seis ciclistas que se incorporaron esta temporada al proyecto sub-23 de la Fundación Alberto Contador, una campaña en la que las circunstancias no le han permitido mostrar toda su calidad ni le han dejado contar con continuidad. Debutó en el Memorial Chineta, con una octava plaza. Siguió compitiendo en el Memorial Guerrita. Después llegó el confinamiento, el parón de toda actividad deportiva, una inoportuna lesión de rodilla con un parón adicional y, una vez reiniciada la temporada en julio, Memorial Ángel Lozano, Vuelta a Cantabria y otro parón forzado por la suspensión de las carreras que tenía en su calendario. De cara a 2021 Rodés no seguirá en la plantilla. El de Cabrera de Mar, una de las mentes mejor amuebladas del panorama aficionado, entendía que el momento exigía un cambio de rumbo. Y por eso, en la antesala de su ingreso en la categoría élite, Rodés da un paso al lado.

“Es una idea que tenía en mente desde hace tiempo, sobre la que he pensado bastante. Es algo madurado. Era una posibilidad que no siguiera en el equipo la temporada que viene y, si era así, tenía claro que era el momento de dar carpetazo a una etapa y empezar una nueva. Sí, es un momento que da pena, no en vano entré en este mundillo con dieciséis años y con un sueño que quería cumplir sí o sí. Pero tenía muy claro que con 24 o 25 años no quería seguir en el campo amateur. Es una edad en la que puedes estar aportando en casa, en la que puedes trabajar, iniciar un nuevo camino en la vida… Personalmente estoy satisfecho, contento. He dado todo lo que he podido en estos años. Muchos amigos me dicen que por qué no sigo. Ciertamente podría seguir. Pero también hay una tendencia en el ciclismo actual, ves cómo destacan incluso en el profesionalismo chavales de 20, 21 o 22 años como Remco Evenepoel, como Joao Almeida o como Tadej Pogacar. Eso es algo que está ahí y que no se puede ignorar. Ahora me toca disfrutar de la bici, pero sin dorsal. Y para otras cosas soy joven. Tengo muchas ideas y proyectos”, explica.

Para Rodés su paso por el equipo sub-23 ha sido toda una experiencia, pese al condicionante del coronavirus. “Ha sido un año muy raro por la COVID-19, pero aparte de esto ha sido muy bonito. Cuando pasé por el Aldro fue cuando realmente me planteé muy en serio el luchar por alcanzar el profesionalismo. Fue un año en el que la bicicleta ocupaba las 24 horas de mi día. Por eso cuando el equipo desapareció para mí fue un bajón. De alguna forma hizo que 2019 fuera un año de transición para mí. Un año duro, donde me esforcé muchísimo. Tenía claro que yo era el que tenía que dejar la bici, no que el ciclismo me dejase a mí. Y en ese camino tuve la suerte de venir a la Fundación. Aquí se ha confiado en todos los corredores por igual, todos hemos tenido nuestras oportunidades, todos somos iguales. Ha sido una pena toda esta parte final de la temporada. En agosto todos teníamos nuestro calendario y ha sido un fastidio que buena parte de las carreras al final no se hicieron. En septiembre tenía un calendario más cargado y finalmente la situación fue la que fue. He tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa, grandes profesionales. Rafa Díaz Justo… He tenido muchísimo contacto con Carlos Barredo, que se ha desvivido por nosotros. Es un auténtico profesional, se nota que le gusta y vive este mundillo y no solo te lo transmite, también te da mucha tranquilidad y apoyo”.

El corredor barcelonés aguardaba el final de la temporada para afrontar algunas experiencias con alforjas por territorio catalán. Los planes los llevará a cabo, aunque cuando las circunstancias lo permitan. E incluso intentará contar con la compañía de su amigo, compañero de rutas y también de equipo Álex Martín. “Es un gran corredor, con mucha calidad, tiene mucho futuro. Creo que está en el mejor sitio para seguir progresando”, señala. Sobre sus planes inminentes, sus inquietudes culinarias le han despertado muchas curiosidades relacionadas con el mundo del pan. A Edu Rodés el universo de la nutrición siempre le ha interesado y se ha mostrado muy receptivo a conocer y experimentar en la cocina. Durante el confinamiento perfeccionó sus destrezas en la fabricación de pan. “Todo comenzó como un hobbie, pero voy a seguir formándome. En unos días empezaré un curso que imparte el gremio de panaderos en Barcelona”.

Se retira Edu Rodés, el chaval que jugó al baloncesto desde los ocho años antes de cambiarse de deporte unos cuantos después, el estudiante de Económicas que sobre una bici, contaba durante la pretemporada, no se atrevía a encasillarse. “Soy un currante”, decía entonces. “Nunca he sido un superclase”, insiste ahora. “Siempre me cuesta arrancar. Necesito entrenarme mucho y al final esa mezcla de competición y entrenamiento es la que te da el ritmo. Me encanta correr, disfruto en las carreras. Y tampoco es que fuera a más con el paso de los días, pero sí me mantenía y eso al final siempre me daba ese plus frente a otros corredores. El año ha sido como ha sido. Entrenarte un día, y otro, y otro, hacer series… sin la certeza de saber si podrás correr al final también se hace duro. La categoría es dura. El ciclismo es duro. Pero es un peaje que hay que pagar sí o sí si quieres alcanzar el profesionalismo. Me lo he pasado muy bien. Toca disfrutarlo desde fuera”, concluye.


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