Aunque era un secreto a voces que su última competición sería el Mundial de Santiago, y en concreto su prueba fetiche de la eliminación, no ha sido hasta hoy cuando se ha oficializado su retirada, con una larga carta de despedida, en la que también anuncia que se despedirá de la carretera en el Giro del Véneto el 15 de octubre, para honrar los lugares donde creció, antes de afrontar la cita chilena, donde dirá definitivamente adiós el último día del Campeonato, el 26 de octubre.
Nacido en Isola della Scala, en Verona, el 7 de febrero de 1989, Viviani se muestra sereno, orgulloso de su trayectoria. No podía ser de otra manera después de años de extraordinario éxito y llevando la bandera italiana a lo más alto, incluso de forma literal ya que fue el abanderado italiano en los Juegos Olímpicos de Tokio.
En su palmares olímpico, la medalla de oro que ganó en el ómnium en Río de Janeiro 2016, la medalla de bronce, también en el ómnium, en Tokio 2021, y la de plata, junto a Simone Consonni, en la madison de París 2024. Su palmarés también incluye ocho podios en campeonatos mundiales y más de diez medallas de oro europeas. En carretera, ha acumulado 90 victorias, incluyendo cinco etapas en el Giro de Italia, tres en la Vuelta a España y una en el Tour de Francia.
“Lo haría todo de nuevo -comienza su misiva-. Estoy contento con mi carrera, no me puedo reprochar nada. Quizás me falte un título mundial en ruta, pero hay demasiados factores que influyen. El recorrido del Campeonato Mundial de ese año, en Doha, se adaptaba a mis características, pero preferí centrarme en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. No se puede controlar nada: gané etapas en el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta, así que no puedo culparme por lo que no sucedió”.
Habla de algunos momentos “difíciles y contratiempos en el camino. Recuerdo cuando, en 2013, perdí la oportunidad de ganar la maglia rosa en la primera etapa en Nápoles; fue un dolor terrible, y no puedo olvidar cómo se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en la pista. Todo sirve, todo es un paso hacia lo que quieres lograr: quizás sin Londres, el éxito en Río no habría sido posible. Viví todas las derrotas, los malos momentos, como puntos de partida, como un empujón para tener una nueva motivación”.
En la larga carta repasa otros momentos clave de su trayectoria, especialmente esta última temporada en la que se ha seguido viendo competitivo, aunque reconoce que no es fácil “cuando se pasa de ganar, como ocurrió, incluso casi 20 carreras, a no ganar ninguna”.
En resumen, añade que “creo que he recibido mucho del ciclismo y, sobre todo, un merecido reconocimiento. Fuera de mi ámbito, soy conocido por mi éxito en los Juegos Olímpicos de Río y por ser el abanderado en Tokio 2020. En mi mundo, la Federación siempre me ha apoyado. En la pista, he sido un modelo a seguir, y dadas mis características, en la carretera, he ganado mucho”.
“Gracias al ciclismo, he tenido oportunidades únicas y he dejado huella en todas partes, lo cual me enorgullece. Mi deporte me ha formado, me ha criado y me ha enseñado a vivir”, añade, para indicar que “por suerte, no faltan opciones después de mi carrera; estoy deseando embarcarme en una nueva aventura”, aunque ello lo deja para más adelante.
Desde TrackPiste, nuestro sincero agradecimiento para un deportista, una persona, que simboliza el compromiso con este deporte.
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