Empiezan las clásicas. Vivamos el día a día

Foto Clasicas C21

Calendario y hashtags de los Monumentos y las clásicas de primavera

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Parece mentira, pero ya han pasado más de dos meses desde que todos estos hombres estuvieron calentándose bajo el invernal sol mediterráneo. Algunos, vistiendo por primera vez los colores de sus nuevos equipos. Otros, comenzando con los mismos rituales por última vez en su vida. Alguno, deshojando todavía la margarita sobre su futuro. La mayoría, centrados, como cada año, en afinar lo mejor posible sus piernas de cara a unas semanas durísimas en las que se jugarán más del 90% de sus objetivos y, por lo tanto, de sus contratos. Es la época de las clásicas. Del ciclismo vivido día a día. De la competición que no entiende de más estrategia que salir a tope y no parar hasta la línea de meta. Al contrario de lo que sucede en las grandes vueltas, aquí no hay espacio para refugiarse en el equipo si se tiene un mal día. Para intentar cumplir el expediente a la espera de que llegue una jornada mejor. Aquí, sobre los adoquines y el sterrato, entre el viento y la lluvia, en los bergs y las planicies, todo es mucho más sencillo. Hay que ser el mejor. El más fuerte. El más listo. El más suertudo. Y, además, hay que demostrarlo. No puede uno esconderse. Debe de alardear de su poderío. Mostrárselo a los demás. Para esparcir el miedo. Para infundir respeto.

Y todo comenzará este fin de semana con el Circuito Het Nieuwsblad, la carrera que para los más conservadores de los aficionados, sigue inaugurando el calendario de grandes carreras por mucho que la UCI se haya empeñado en poblar Australia y Oriente Medio de pruebas de categoría –pero sin historia– en busca de cerrar el círculo de un calendario lo más cercano posible a los doce meses de competición. El Het Nieuwsblad –antes Het Volk– es, para todos los buenos aficionados al ciclismo, ese pistoletazo de salida que anuncia la época más bella y épica de la temporada. Todavía quedan lejos, claro está, las grandes pruebas del norte, pero de lo que suceda sobre sus 200 kilómetros y lo que acontezca el domingo en la Kuurne-Bruselas-Kuurne, se escribirá largo y tendido en las próximas semanas y servirá para determinar, al menos, el punto de partida real de cada cual.

El primer Monumento no se disputará en el norte, claro está. La primera gran cita de la primavera volverá a ser la Milán-San Remo y tendrá lugar el día 19 de marzo. Ella, la gran cita italiana, y la cada vez más nombrada y renombrada Strade Bianche (5 de marzo), serán, junto a al menos conocido GP Nobili (17 de marzo), los guiños sureños en una época que tiene a Bélgica, como ocurre en el recién terminado ciclocross, como destino principal y prioritario.

Nokere Koerse (16 de marzo), A Través de Flandes (23 de marzo), E3 Harelbeke (25 de marzo) y Gante-Wevelgem (27 de marzo) serán los aperitivos antes de llegar a la semana grande del adoquín que nos llevará, una vez más, al épico y brutal periplo de la Vuelta a Flandes (3 de abril) y París-Roubaix (10 de abril) pasando antes por el GP Escalda (6 de abril).

Después del Infierno del Norte la cosa no se termina. El que piense eso, se equivoca. Porque en esto de las clásicas, como sucede en las grandes vueltas con sus puertos, sus sprints, sus contrarreloj… aquí también existen distintas especialidades. Cuando el último corredor seque su maltrecho cuerpo tras la infame ducha del velódromo de Roubaix, se cambiará de tercio para pensar en las cuestas de las Ardenas. Y así, buscando ese cuarto Monumento del año que espera el día 24 de abril, la Lieja-Bastoña-Lieja, una cita que llegará precedida por la Flecha Brabante (13 de abril), Amstel Gold Race (17 de abril) y, por supuesto, su ‘hermana’, la Flecha Valona (20 de abril).

El menú, por lo tanto, está planteado. Ahora es el turno de los chefs que deberán de ejecutarlo. Y cocinar esta receta para paladares tan selectos como son los de los enamorados de las pruebas de un día no es algo que pueda hacer cualquiera. ¿Quién será el que sobresalga sobre todos los demás? Esa respuesta, evidentemente, es imposible de contestar ahora. Pero, en realidad, tampoco es sencillo aventurar quiénes pueden tener más opciones de conseguirlo. A estas alturas ya hemos visto demostraciones por parte de algunos, pero debemos de ser siempre muy conscientes que otros, que seguro que tendrán mucho que decir durante estos meses, todavía no han debutado o apenas acumulan unos pocos centenares de kilómetros en las piernas.

Así, confirmada la ausencia de un John Degenkolb que sigue recuperándose de la terrible caída que sufrió junto a sus compañeros del Giant-Alpecin al ser arrollados por un coche mientras entrenaban en las proximidades de Calpe (Alicante), el camino queda libre de un hombre que, evidentemente, iba a tener que ser vigilado muy de cerca después de que en 2015 fuera capaz de alzarse con el triunfo en dos Monumentos como la Milán-San Remo y la París-Roubaix.

Destacan, por lo hecho hasta el momento, los nombres de Marcel Kittel y Alexander Kristoff. Ambos encabezan a día de hoy la clasificación de los corredores con más triunfos con un total de cinco victorias cada uno. Un listado en el que les sigue de cerca gente como Boasson-Hagen, esa eterna estrella-a-punto-de-explotar que llegó de Noruega aspirando a todo, pero que siempre se ha quedado a las puertas de ser lo que muchos esperaban de él. También con tres victorias como el noruego esta Simon Gerrans, que sumó tres etapas en ese Tour Down Under que, aunque de categoría WT, sigue pareciéndonos a los egocéntricos europeos una prueba menor y pensada para mayor gloria de los corredores locales.

Por detrás de todos ellos, en esto del ránking de triunfos y, por lo tanto, de lo demostrado hasta la fecha, se sitúa un Mark Cavendish que se sigue haciendo a su nuevo equipo, el Dimension Data, y cuyo compromiso real sigue siendo una incógnita teniendo en cuenta su intención manifiesta de compaginar ruta y pista pensando en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El británico suma dos triunfos, los mismos que otro ilustre velocista como es André Greipel.

Pero, como ya hemos dicho, a estas alturas del año, es a todas luces incongruente basarse en lo ya visto. En los resultados cosechados. Debemos de rizar el rizo y jugar a ser adivinos con las herramientas que nos dan la experiencia y la observación.

Y la experiencia nos dice que hay dos hombres con más ‘horas de vuelo’ que todos los demás: Fabian Cancellara y Tom Boonen. El suizo y el belga nos han regalado algunos de los mejores momentos de la última década en las grandes pruebas de un día. El de Trek-Segafredo afronta su última primavera con la intención, como reconoció en exclusiva a Ciclo 21, de hacer historia consiguiendo la victoria en Flandes y Roubaix. Un objetivo que, no lo duden, también tendrá un Tom Boonen que no ha dicho que 2016 vaya a ser su último año como profesional, pero que en su país todo el mundo da por hecho que así será.

Pero estos dos viejos gladiadores no lo tendrán nada fácil. Ya hemos visto en los últimos años cómo su otrora incontestable dominio ya no es ni incontestable ni es dominio y cómo, por fin, ha surgido una generación que tiene ganas de buscar su hueco junto a ellos en los libros de historia del ciclismo.

Ahí estará, claro, el campeón del mundo, Peter Sagan. El eslovaco, que sólo ha corrido en el Tour de San Luis en lo que llevamos de año, tiene por delante un calendario cargadísimo que le llevará ya a estar presente en las dos carreras de este próximo fin de semana. Sólo se perderá, en lo que a Monumentos se refiere, la Lieja-Bastoña-Lieja. Las demás, las correrá todas esperando ser capaz, de una vez por todas, de anotarse esa primera grande que le falta… a sus ¡26 años!.

Greg Van Avermaet, Philippe Gilbert, Niki Terpstra, Ian Stannard –que no será de la partida el sábado de la carrera que ha ganado los últimos dos años–, Sep Vanmarcke, Geraint Thomas… son sólo algunos ejemplos de nombres que, por un motivo u otro –no podemos extendernos aquí en analizar cada caso concreto– podrán tener sus opciones en varias de las carreras que se nos vienen ahora encima.

Y, por supuesto, el aficionado español podrá volver a vibrar en la primavera gracias a la decisión de Alejandro Valverde de darle una oportunidad a la Vuelta a Flandes. Pese a que, empecinado en su apuesta por otro tipo de ciclismo, asegurara en la larga entrevista concedida a Ciclo 21 el pasado año que De Ronde es una prueba donde únicamente podría ir a defenderse, son muchos los que opinan que el murciano podría ser uno de los grandes outsiders en la carrera belga.

Para preparar la cita flamenca, el corredor de Movistar pasará antes por Strade Bianche, una prueba donde el año pasado enamoró por su forma de correr, Milán-San Remo, A Través de Flandes y E3 Harelbeke. Es cierto que a sus 35 años adolece de una importante falta de experiencia de la Vlaanderens Mooiste, pero todos sus rivales, sin excepción, le sitúan, por su clase y calidad, como uno de los aspirantes a todo.

Los ingredientes están, por lo tanto, preparados. Ahora sólo nos queda sentarnos y esperar que todos estos geniales cocineros den lo mejor de sí mismos para prepararnos un menú acorde a nuestras expectativas. ¡Empezamos!

3 comentarios

  1. La primera de ellas (Het Nieuwsblad, este sábado) parece que no será retransmitida este año por TDP, una pena… (ni tamoco al día siguiente Kuurne-Bruselas-Kuurne)

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