Enhorabuena por un récord de la hora que espero no dure demasiado

Detalle del cuadro

Detalle del cuadro

Luis Román-Mendoza / Uluru

51,115. Un bonito número, que si fuera el de un décimo de Lotería seguro que compraríamos. Pero sencillamente es el guarismo que representa el esfuerzo de un héroe, de un ciclista que no ha tenido otra ocurrencia que retirarse –y a los 43 años, en plena juventud- batiendo el record de la hora. Y esos 51 kilómetros y 115 metros son los que ha recorrido esta tarde Jens Voigt en el magnífico velódromo suizo de Grenchen.

Quien más, quien menos sabía que la oscura plusmarca de Ondrej Sosenka caería desde el momento en que la UCI abrió las puertas a la tecnología y a la lógica. Quien más, quien menos apuntaba los nombres clásicos de Cancellara, Wiggins, Phinney o Martin. Pero ha sido alguien más inesperado quien lo ha batido, con una locura, una bendita locura.

No ha sido una prestación galáctica –como podremos esperar de algunos de los antes mencionados- pero si brillantísima, sacrificadísima, curradísima. Y apreciadísima, dada la personalidad del alemán. Que incluso es algo mucho mejor, más humano, más cercano. Thejentsie no ha pasado apuros, pero ha tenido la famosa crisis de la media prueba que hacía temer que su record no estuviera muy por encima de los 50,500, un registro válido pero en una cifra más triste. Pero su último cuarto de hora ha sido espectacular –aunque esas diez veces que se ha puesto de pie encima de la bicicleta buscando una mejor postura me han puesto de los nervios- y poco a poco ha ido elevando el guarismo -a base de parciales de 17 raspado o incluso por debajo-, el décimo de Lotería, hasta ese 51,115 que entra en la tabla de récords por la puerta grande… aunque sinceramente espero que no dure demasiado.

Y no lo digo por el bueno de Voigt, sino porque este colofón a su carrera es al mismo tiempo la demostración de que el record de la hora merece la pena… y sigue siendo asequible, por lo que espero que entremos en una nueva etapa de duelos. Seguro que Cancellara tomará buena nota de toda la Trekxperiencia de hoy y se planteará el objetivo a corto o medio plazo. Pero también espero, deseo, que el desorientado Wiggins pueda marcarse un objetivo más en su regreso a los velódromos. Phinney, por el contrario, aún está en pleno crecimiento profesional, pero no le vendría mal algo de ‘publicidad’ a una carrera que no progresa tan adecuadamente como esperábamos. Y de Martin, que decir: es el más fuerte y si lo canaliza en los velódromos también huele a record. A súper record.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*