Chaves: “El ciclismo es el resumen de la vida en 20 días”

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Esteban Chaves espera recuperar el golpe de pedal que le llevó al podio de Vuelta y Giro / © RCS

Nicolás Van Looy | Roquetas de Mar (Almería) – Ciclo21

En el año 2016 Esteban Chaves protagonizó la enésima irrupción de una joven promesa del ciclismo colombiano en las grandes vueltas. Como suele ser norma, la Vuelta a España del año anterior había servido de plataforma de lanzamiento. De primera toma de contacto entre el corredor y el gran público. Asentado ya como aspirante a todo en esto de las tres semanas, acabó segundo aquel Giro y se subió al podio de la Vuelta a España por detrás, ojo al dato, de Nairo Quintana y Chris Froome. Su futuro se adivinaba tan brillante como su eterna y cautivadora sonrisa. El siguiente paso, era lógico: el Tour. Las cosas en Francia no terminaron de salir bien. A nivel personal, el colombiano de la sonrisa perenne lloraba la muerte de una buena amiga y eso le afectó en el plano deportivo. 2018 tenía que ser el año del regreso triunfal. Llegó al Giro mostrándose intratable. Ganó una etapa y, de repente, el abismo. Un pozo negro, profundo, insondable e inexplicable. La nada en forma de explicación. La incógnita como línea de meta.

Ahora, tres años después de aquella explosión que nos trajo a una de las figuras que más cariño y buen rollo despiertan entre la afición de todo el mundo, parece que Esteban Chaves está de vuelta. Él, se lo quiere tomar con calma. No quiere pecar de optimista. Sus palabras destilan la madurez del hombre que ha conocido el lado tenebroso del ciclismo y de la vida y, a la vez, la ilusión y el hambre del joven que sabe que todavía tiene mucho que demostrar y que decir.

Educado, cordial y sonriente. Sobre todo, sonriente. Se diría, aunque eso entra dentro del terreno de la apreciación personal, que feliz. Esteban Chaves vuelve a vivir como un ciclista profesional. Se acabaron los entrenamientos a ninguna parte. Las salas de espera. Los análisis. La incertidumbre. Han vuelto los hoteles. Las camas extrañas. Los imperdibles para el dorsal. Los viajes. Los aplausos. Ha vuelto, en definitiva, Esteban Chaves.

– Permítame empezar diciéndole que es bueno verle sonreír de nuevo después de un 2018 tan complicado. Durante este tiempo, gente de su equipo me dijo en varias ocasiones que lo pasó usted francamente mal.

– Sí, es verdad. Sobre todo, por la incertidumbre. Cuando no sabes qué tienes que atacar o qué dirección tienes que tomar, estás en un limbo muy difícil. Fueron momentos muy duros, pero el equipo, mis amigos, mi familia… se portaron de una manera fantástica. Al final, logramos encontrar qué es lo que estaba sucediendo y hacer un plan de ataque. Quiero aprovechar para agradecer al equipo que siempre estuvo ahí, a mi lado. Es bonito saber que el equipo no sólo está contigo cuando tienes grandes resultados, sino también cuando estás muy jodido. Por todo ello, quiero agradecer al equipo, a Imanol Iza [masajista de la escuadra australiana, N.d.A.] y su familia, Neil Stephens, mi familia, mi hermano… Fue un momento duro, pero se aprende un montón.

– Además, venía usted de un 2017 que, por motivos distintos, tampoco fue un gran año para usted. Acaba de decirme que de las adversidades se aprende mucho. ¿Qué aprendió en 2017 y qué aprendió en 2018?

– Creo que, como has dicho, son dos años muy diferentes, pero yo lo pongo todo en la misma canasta. El año pasado dimos, por fin, con el virus, pero creo que yo llevaba arrastrando eso casi dos años. Entonces llega un momento en que tocas fondo y lo ves todo desde una perspectiva diferente. Llegó un momento en que me olvidé de disfrutar de montar en bicicleta y eso es algo que uno no puede olvidar jamás. Tenemos mucha tecnología, muchos datos… pero son cosas que nos alejan de lo más importante, que es ir a andar en bici y disfrutarlo. Este proceso me ha ayudado mucho a reencontrarme de nuevo y volver a la esencia. Y no te hablo sólo del deporte, sino también a nivel personal.

– Por el momento, sólo ha corrido en la Comunitat Valenciana. ¿Cómo han sido las sensaciones? No me refiero a nivel competitivo, sino a esa esencia de la que me acaba de hablar.

– Es muy guay volver a competir, a sentirte parte del pelotón, del equipo. En este equipo siempre hay un ambiente muy bueno y volver después de un año con los chicos haciéndote sentir que hacías falta es muy bonito. Correr, claro, es duro. Lo acabas de decir. Volver siempre es difícil. Cuando dejas de competir un par de meses entre temporadas ya es un shock. Yo lo dejé por diez meses, así que ha sido un shock mucho más grande, pero estoy muy contento. Todo salió bien y creo que vamos por buen camino. Tras Andalucía habrá que evaluar cómo estoy y será entonces cuando decidamos qué programa hacer. Lo importante es no saltarnos los procesos, tener paciencia, disfrutar cada momento e ir muy poco a poco. Muchas veces, los profesionales lo queremos todo ya y tenemos que ser conscientes de que, en ocasiones, no puede ser. Hay que tener la cabeza fría, tomarse tiempo y seguir luchando.

– Le hago una pregunta doble. ¿Le hubiera gustado estar en el Tour Colombia 2.1? Su ausencia de la carrera de casa, ¿se debe a que un hombre como usted no puede ir allí si no es para estar a su mejor nivel?

– Me hubiera encantado estar allí. Espero poder hacerlo el año que viene o en algún momento. En cuanto a la segunda pregunta, no sé si puedes ir a rodar a casa. Creo que lo mejor, como has dicho, es presentarte con la mejor condición posible. Debe ser guapo correr en Colombia, pero también sería muy feo grupetear cada día. Efectivamente, me hubiese encantado estar, pero en mi mejor versión.

– Los grandes resultados de 2016 en Giro y Vuelta, ¿le pesaron en estos dos últimos años tan complicados? Se lo pregunto de otra forma, ¿tenía la sensación de que se esperaba más de usted y no había forma de dar lo que se le exigía ni tampoco una explicación?

– Es una situación tricky, que se dice en inglés. Tú mismo te pones la presión, pero lo bueno de este equipo es que no te empuja, no te presiona. La presión te la pones tú mismo, los medios, los aficionados, el entorno… una vez que has quedado segundo o tercero, sabes que aspiras a todo. Eso siempre va a existir y siempre te vas a exigir mucho y a querer siempre más. Por eso somos atletas profesionales. En ese sentido, sí pesó; pero también puedes darle la vuelta y usarlo de otra manera. Decidí que ese peso no podía ser un lastre y que iba a ser una motivación. Sabía que lo había hecho una vez y me convencí de que podría volver a hacerlo. Creo que en la vida siempre podemos ver las cosas de dos maneras y lo mejor es mirar siempre desde el lado positivo para tratar de sacar lo mejor de cada circunstancia.

– No sé si la comparación es la más adecuada, pero se la voy a hacer para tratar de explicarme. Cuando Nairo Quintana irrumpió con aquel podio del Tour de 2013, el Giro de 2014, el regreso al Tour de 2015 con su segunda posición… parecía que sólo era cuestión de tiempo que acabara ganando el amarillo, pero ahora parece más lejos que nunca. ¿Tuvo miedo de que, tras su gran 2016, pudiera caer sobre usted la losa del one hit wonder y nunca volver a alcanzar esas metas a las que parecía llamado?

– Seguramente, habrá habido momentos así, pero es por la incertidumbre de no saber qué es lo que estaba pasando. ¿Será que estoy mal? ¿Será que no estoy entrenando bien? ¿Será que no estoy comiendo como debo? Hay muchas cosas que llegan. Como acabas de decir, hacer las comparaciones es imposible. Cada corredor es diferente y tiene su proceso. El mío ha sido este. Cada uno aprende de sus cosas y creo que todavía tengo mucha carrera por delante. Estoy cerca de los 30 años, pero si me ves, aparento mucho menos y eso quiere decir que mi desarrollo es algo más lento que otra persona de mi edad. Espero tener muchos años más por delante y, lo más importante, disfrutándolos. Las cosas deben llegar con naturalidad, fluir orgánicamente. Muy entre comillas, tienen que ser fáciles. Siempre hay que trabajar muchísimo, pero todo tiene que venir de forma natural. No hay que presionar nunca nada.

– ¿Cuán importante es para usted regresar a Colombia entre bloques de carreras en lugar de quedarse en Europa?

– Muchísimo. Los latinoamericanos somos muy familiares y el tiempo en casa lo aprovechamos un montón para estar con la familia, los amigos… Como la mayoría de los colombianos, intento hacer la pretemporada en Colombia, venir a Europa a competir y luego, cuando hay un hueco de más de un mes o tres semanas, regresar a Colombia. Hoy en día los vuelos son muy fáciles. Yo vivo en Andorra y desde Barcelona a Bogotá apenas son nueve horas. Es muy cómodo. Normalmente viajo entre dos y tres veces a Colombia durante el año.

– Hablemos de 2019. Ya me ha dicho que no tiene planes concretos y que está todavía testando sus opciones y su estado de forma, pero debe usted ser consciente de que es una de las grandes incógnitas que quedan por resolverse. ¿Cómo piensa enfocar su calendario?

– Después de lo sucedido en 2018, es un año diferente. Quisiera tener ya todo un plan hasta octubre, pero por la situación con el virus, no puedo ejecutarlo de esa manera. Por ello, vamos a ir poco a poco. Hicimos Valencia y ahora vamos a hacer Andalucía [la entrevista se realizó la víspera del arranque de la carrera, N.d.A.] y luego haremos un parón para hacer unas analíticas y ver que todo sigue bien. Si es así, afrontaremos la primera carrera de World Tour como siguente paso. Sería Tirreno, París-Niza o Catalunya, eso no está claro. Después de haber hecho una o dos carreras de nivel World Tour, el siguiente paso será tratar de llegar a una grande. No sé si llegaremos al Giro, al Tour o a la Vuelta. Este año es muy diferente. Tenemos que ir paso a paso y no saltarnos los procesos. A lo peor, las cosas no salen bien después de Andalucía y hay que parar de nuevo y no se puede volver a correr hasta mitad de año. Veremos cómo reacciona el cuerpo.

– Si dependiese sólo de usted y de nada más, ¿qué grandes vueltas correría?

– La Vuelta a España siempre me ha gustado mucho. Con el Giro también tengo una relación muy especial. De las tres, esas son las dos que me encantaría correr. Tal vez, me sienta muy cercano al Giro después de todo lo que ha pasado. El Tour es mucho más duro. Los equipos que van al Tour van a por todas. No te llevan a ver qué tal. No puedes ir a reencontrarte. Al Tour hay que ir afilado.

– Mucho se ha hablado en 2017 del famoso tridente de Movistar y poco, quizás porque hasta la Vuelta a España les seguía quedando la asignatura de ganar una grande, de un Mitchelton-Scott en el que usted comparte liderato con los Yates. ¿Cuán importante es para ustedes la competencia interna?

– Aquí es muy fácil. Somos una escuadra completamente diferente al resto. Aquí no tenemos un líder. Hasta hace muy poco el líder era Mathew Hayman [retirado el pasado día 20 de enero tras el Tour Down Under, N.d.A.], que ganó dos o tres carreras en toda su vida como profesional. Para nosotros es muy fácil. Si Adam anda bien, le ayudamos. Si Simon anda bien, le ayudamos. Y yo sé que en el momento en que yo me encuentre bien, el equipo me ayudará a mí. Puede incluso que este año Jack [Haigh], con el salto de calidad que ha tenido en los últimos años, ande de puta madre y le vamos a ayudar al cien por cien porque es un tío que se ha entregado al cien por cien por todos nosotros. Algo parecido para con Mikel [Nieve]. Siempre tiene muy buenas carreras y si en algún momento se encuentra bien, le vamos a apoyar. Aquí no hay un líder. No hay un tridente. Somos un equipo completamente diferente.

 – Su compañero Simon Yates me reconoció, como otros muchos ciclistas han hecho estos últimos meses, que el Tour, al menos en comparación con el Giro, está perdiendo un algo que ha hecho que muchos de los considerados hombres-Tour prefieran ir a Italia que a Francia. ¿Está de acuerdo en esa lectura? ¿Está el Tour dejando de ser la mejor carrera ciclista del mundo y se está convirtiendo en un show televisivo sin más, en un circo?

– Es una pregunta difícil. El Tour es el Tour, ¿sabes? Pero en Italia está el ciclismo. Es increíble cómo se mueve allí la gente. Cómo se transforma todo el país. Es pura pasión. Lo sientes. Tal vez es por mi afinidad con Italia. Tal vez, porque hablo italiano. Tal vez, porque no hablo francés. Sólo he estado en el Tour una vez, pero lo siento así. El Giro es carrera siempre. Desde la primera semana, con esos recorridos y esas carreteras, hacen que las cosas sean así. En el Tour, sin embargo, tienes diez etapas de seis horas donde no pasa nada, al menos, nada entre comillas, y llegan al sprint. Creo que el Giro es la carrera más guapa que existe.

– Me llama la atención que hable de pasión en Italia, algo en lo que coincide con Simon Yates, cuando para lo bueno y para lo malo no existe afición más encendidamente apasionada que la de su país. ¿Cómo se siente usted cuando, vaya donde vaya, parece que todos los colombianos del mundo se tiran a las cunetas de cualquier carretera para animarle?

– ¡Es increíble lo que hace el ciclismo para el país! Es un deporte donde se muestra pasión. Un espectáculo en el que puedes estar cerca de tus ídolos. El ciclismo se siente más personal que un partido de fútbol o de tenis. El ciclismo es el resumen de la vida en 20 días. Subidas, bajadas, frío, calor, adversidades, victorias… los colombianos lo sentimos mucho. Creo que para Colombia el ciclismo es, por el momento, el deporte que más victorias ha traído. Es una responsabilidad porque, al final, eres un embajador. Tienes ojos encima, pero siempre son buenos ojos. Los colombianos siempre tienen una voz de aliento. Siempre te animan. Nunca hay malos comentarios. Los periodistas siempre ven la parte positiva. Saben que somos embajadores del país. Es algo muy bonito. Sobre todo, con los niños. Es algo que me gusta mucho. Que ellos vean que todo puede ser posible. Muchos sueñan con ser ciclistas y verlos en la cuneta, animándote, es increíble.

– Habla del ejemplo que el ciclismo puede dar a los niños. En su país, ¿se necesitaba a nivel social, habida cuenta del pasado reciente, un ejemplo en el que la juventud viera que el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio también ofrece recompensas y que estas son más importantes y admirables que las que se consiguen por el camino rápido y fácil? Hablamos, claro está, de valores.

– ¡Exacto! Esa es precisamente la razón por la que a la gente le gusta el ciclismo. Nos sentimos identificados por ese punto. Colombia pasó demasiados años siendo identificada con el narcotráfico y que llegue algo tan bonito como el ciclismo, con todos los valores que porta, nos hace sentir orgullosos. La gente está viendo que los colombianos también somos trabajadores, echados p’alante, que lucha por sus sueños. Que nosotros podamos transmitir eso. Que el mundo pueda entenderlo… ¡es muy especial!

– Hace unos meses hablé con Superman López y le pregunté sobre la importancia que tendría la creación de un equipo World Tour en Colombia. Su respuesta fue algo así como estaría bien, pero ¿quién iba a trabajar ahí? ¿Está usted de acuerdo con eso?

– Dependería mucho. Lo idea sería un equipo como el que yo estoy ahora. Es un equipo australiano. El ADN es australiano, pero contratan chicos de todo el mundo. Van a por todas sin importar el pasaporte. Creo que si ese equipo surge en algún momento, que no me cabe duda de que surgirá porque tal y como están saliendo las cosas no hay otro remedio, podrá dar oportunidades a todos. Seleccionando bien las carreras, se puede trabajar de muy buena manera como pasa con nosotros o con Movistar. Mira, aquí hay muchos buenos escaladores, pero cada uno tiene su oportunidad. Es todo cuestión de organización y se puede hacer. Un equipo con nueve o diez colombianos puede funcionar muy bien.

– Estas semanas ha habido ruido relativo al posible desembarco de Ecopetrol como nuevo patrocinador de la estructura del actual Sky. Usted termina contrato. ¿Si en 2020 hubiese un equipo colombiano World Tour, se animaría a cambiar de aires?

– Nunca puedes decir de esta agua no beberé. No sabes lo que puede pasar. Acá me encuentro contento y, como te dije, ellos me han apoyado siempre. En momentos muy, muy, muy malos no sólo a nivel deportivo, sino de mi vida. Ya lo hemos hablado. También hemos compartido momentos muy buenos. Esto es como una familia y estaría muy feliz de seguir aquí por dos, tres, cinco, diez años… lo que sea mi carrera deportiva. Pero nunca sabes qué puede suceder. Eso sí, por ahora, acá estoy de puta madre.

– El primer Tour Colombiano, ¿está más cerca o más lejos que hace dos o tres años?

– Creo que está igual. Está muy cerca.

– ¿Y cómo de cerca está que el primer colombiano en ganar un Tour se llame Esteban Chaves?

– (Ríe) ¡Bueno! Está cerca, tío. Muy cerca.

– Eso, en su país, sería una locura. ¡No podría usted aparecer por allí a riesgo de ser devorado a cariño por sus compatriotas!

– (Ríe a carcajadas) Eso va a ser increíble. Ahora en serio: estamos muy cerca. El Tour está haciendo recorridos con menos contrarreloj y también están saliendo colombianos que se defienden bien contra el crono. ¡De verdad!, estamos cerca. Veremos si este año. O en 2020.

Un comentario

  1. Solo hay que leerlo para encontrar un hermoso ser humano

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