Evenepoel en la cara menos amable del ciclismo

Evenepoel 2021 © Deceuninck

Las secuelas de la caída de Evenepoel se resisten a desaparecer

Sobre la velocidad que ha adquirido la vida de Remco Evenepoel, ya hemos opinado otras veces.

Es obvio que un chaval que va como un tiro, siendo el más joven del circuito, que llega, como quien dice, y besa el santo, se sienta indestructible, pero como otros muchos en el último año, se ha dado cuenta que aquello que da por seguro está fallando.

Y no es otra cosa que la salud.

Remco Evenpoel es un ciclista que se impuso a sí mismo una progresión que nunca consideramos normal, no para un niño de diecinueve años, con mucho que hacer y más tiempo para crecer.

A las pocas semanas de su caída en el Giro de Lombardí,a ya estaba subiendo fotos de su recuperación y a poco que se lo propusiera, parecía incluso que podría estar en la Vuelta.

Obviamente cuando se cayó en Lombardía y se supo el alcance de las heridas, se sabía que la campaña había acabado para él, pero a más de uno se le pasó por la cabeza verle en la salida de Irún si seguía progresando a ese ritmo.

Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor


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