Froome se cita en la Vuelta con Hinault y Anquetil

Froome-Contador-Vuelta a España

Froome y Contador pelearán por el triunfo en la Vuelta / © Unipublic

Nicolas Van Looy Ciclo21

Su forma de correr y el rodillo que ha sido capaz de imponer su equipo en las cuatro ocasiones en las que ha subido al podio de los Campos Elíseos (la primera de ellas, escoltando a Sir Bradley Wiggins), le han hecho injusto merecedor de cierta fama de conformista. De falta de ambición competitiva. De calculador. De alguna manera, de ser un corredor absolutamente resultadista y centrado en una única carrera: el Tour de Francia. Pero, una vez más, sus actos y decisiones nos muestran a un Chris Froome muy distinto al de esos injustos calificativos que se han instalado casi como un dogma de fe entre la afición.

Buena prueba de ello es la relación que ha establecido el corredor británico con la Vuelta a España. La ronda española, que podría considerarse históricamente maltratada –al menos, desde el cambio de fechas de 1995– por los grandes triunfadores de la Grande Boucle ha encontrado en Froome a un hombre comprometido que inició su idilio con las grandes rondas, como otros muchos, con la carrera de ASO-Unipublic con aquel segundo puesto de 2011 y que desde entonces sólo ha fallado a su cita en 2013, coincidiendo con el inicio de su dominio en el carrera francesa.

Tras su abandono por caída en 2014 Froome se fijó la Vuelta a España como gran objetivo, pero sólo pudo ser segundo por detrás de un Alberto Contador que también tuvo que decir adiós de manera precipitada a la ronda gala tras irse al suelo en un duelo que ayudó enormemente a devolver la grandeza a una carrera que el año anterior había ido a parar a manos del prejubilado Chris Horner.

El año pasado Froome, ya como vencedor en París, volvió a plantearse el reto de acudir a la Vuelta a España y hacerlo para ganarla, que entre eso y venir a España a pasearse hay una gran diferencia. El británico estuvo en la pelea hasta que la mala fortuna se cruzó en su camino en aquella jornada de Andorra de la que tanto se habló obligándole a echar pie a tierra.

Pero da la impresión de que el británico tiene una cuenta pendiente con la Vuelta a España y ya ha anunciado que este año estará, de nuevo, en la salida gallega. Ya el año pasado, en plena disputa de la Vuelta (conviene poner siempre las cosas en perspectiva y recordar los pensamientos en el fragor de la competición), analizábamos si en el ciclismo actual era posible el doblete. Y en aquella reflexión aparecía, claro, el nombre del Giro de Italia y el de aquellos corredores que estuvieron en la ronda transalpina y dejaron pasar el Tour de Francia para alcanzar su segundo pico de forma en la ronda española.

Llegará el jefe de filas del Sky a la Vuelta a España con el Tour y, sobre todo, los Juegos Olímpicos, con su correspondiente viaje de ida y vuelta, en unas piernas que estarán pidiendo descanso a gritos y a las que su propietario querrá exigir otro máximo esfuerzo que, esta vez de manera especial, podría llevarle hasta el límite mismo de la capacidad de resistencia de un deportista de alto nivel.

Pero ahora, cuando queda algo menos de un mes para que se dé la salida desde Ourense a una Vuelta a España que sigue soñando con revivir el duelo Froome-Contador de hace dos años, lo único cierto es que para medir la dificultad enorme del reto que se ha propuesto el de Nairobi sólo tenemos que mirar hacia atrás y comprobar que desde que se produjera el cambio de fechas de la Vuelta a España en 1995 nadie ha conseguido ese doblete. Un doble triunfo Vuelta-Tour que, por ese orden, sólo obtuvieron dos hombres en la historia de este deporte y lo hicieron cuando la ronda española era la primera del calendario allá por el mes de abril. Sólo dos auténticos superclase como Jacques Anquetil, Monsieur Chrono, que lo hizo en 1963 y Bernard Hinault, que lo consiguió en 1978.

Cabe destacar que cuando Anquetil lo logró en aquel ya lejano 1963 se erigió, además, en el primer hombre capaz de lograr la Triple Corona, verbigracia, el triunfo en las tres grandes vueltas por etapas, algo que Bernard Hinault consiguió repetir cuando en 1980 se adjudicó el primero de sus tres Giros.

Si Froome se anota su primera Vuelta a España el próximo día 11 de septiembre en Madrid, tendría por delante dos enormes retos para meterse de lleno en la historia del ciclismo: conseguir dos triunfos más en la Grande Boucle y entrar en el olimpo que ocupan ahora Anquetil, Merckx, Hinault e Induráin y anotarse un Giro para sumar su nombre al de los Anquetil, Gimondi, Merckx, Hinault, Contador y Nibali como poseedor de la Triple Corona.

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