Gaviria desea despedir a Boonen en Roubaix

Gaviria y Démare en Tours © ASO

Fernando Gaviria vuelve a casa. A su segunda casa, mejor dicho. Porque, aunque colombiano de nacimiento, en Argentina se dio a conocer al mundo. Fue en el Tour de San Luis 2015, cuando en dos ocasiones batió al mismísimo Mark Cavendish. Entonces defendía los colores de la selección colombiana y ahora, después de aquella y otras muchas gestas, lo hace con el maillot del Quick Step Floors.

Pese a que en la 35ª Vuelta a San Juan, que por primera vez será internacional, tomarán la salida otros hombres rápidos, y entre ellos su compañero Tom Boonen, la flecha colombiana será sin ninguna duda la referencia en las llegadas al sprint, porque a sus 22 años es de esos corredores que coge fácilmente la forma y, por tanto, es capaz de ganar al inicio de temporada. El año pasado, de hecho, se fue de Argentina con otros dos triunfos –El Durazno y Villa Mercedes- en el bolsillo.

“No es fácil ganar”, matiza Gaviria. “Los rivales son muchos e importantes y en el inicio de temporada nunca se sabe cuál es el nivel. La Vuelta a San Juan, de hecho, nos servirá para eso: para saber cuál es la condición de cada uno. Pero haré lo posible por ganar al menos una etapa”, añade sin esconderse.

Hijo de exciclistas y hermano de Juliana, una de las mejores pistards del continente americano, Fernando se presentó en 2015 en Argentina con un bonito palmarés en su mochila. Había sido dos veces campeón del mundo de pista, en categoría junior, y vencedor de los Juegos Panamericanos y Bolivarianos de ruta, entre otras muchas cosas, pero aquel año acabó encumbrándose al imponerse dos veces, en Villa Mercedes y Juana Koslay, al mismísimo Mark Cavendish. La primera vez pudo ser una casualidad, y eso que en el ciclismo muy pocas veces se producen, pero la segunda… “Argentina es el país que hizo posible que me conocieran en Europa y, más concretamente, el equipo Quick Step”, recuerda el colombiano dos años después de aquello. “Además, de Argentina guardo alguno de mis mejores recuerdos, como son las victorias ante Cavendish. Siempre las recordaré con placer”.

El equipo Etixx-Quick Step, sin dudarlo, le echó sus redes y en agosto de 2015, después de coronarse campeón del mundo elite en una de sus especialidades, la prueba de Omnium en París, debutó con el conjunto de Patrick Lefevere con una victoria de etapa en el Tour de la República Checa. Poco después se imponía, nada más y nada menos, que a Greipel y Boasson Hagen en la cuarta etapa de la Vuelta a Gran Bretaña. Una lesión en la rodilla, sin embargo, le obligó a abandonar la prueba y, después, le impidió también participar en los Mundiales de Richmond.

Gaviria repitió oro en omnium © UCI

Su progresión, sin embargo, ha continuado en 2016. Y, aunque en los Juegos de Río de Janeiro ‘solo’ fue cuarto en el Omnium, volvió a ganar el título mundial de esa especialidad en el anillo de Londres, habiendo dejado también su huella en el G.P. Impalis, su primer triunfo en Bélgica, y, sobre todo, en la mítica Avenida de Grammont de la París-Tours. “Todavía no es definitivo, porque lo estamos estudiando, pero en 2017 se me verá mucho más en la carretera y bastante menos en la pista”, dice sabiendo que los próximos Juegos Olímpicos están lejos.

Sin prisa pero sin pausa, Gaviria va quemando etapas y engordando un palmarés envidiable en el que destacan sus cuatro títulos mundiales en pista, pero también victorias en Chequia, Gran Bretaña, Francia, Italia, Polonia y Bélgica, además de Argentina y otros muchos países del continente americano que le vieron crecer como ciclista. “Aún me quedan muchos objetivos por conseguir. En 2017 intentaré mejorar y disputar el mayor número de carreras posible. Quiero continuar progresando y saber hasta dónde puedo llegar”, explica. “Las clásicas belgas me seducen mucho y también me gustaría debutar en una grande, una de tres semanas”, que probablemente será el Giro.

Su sueño lo tiene claro. No duda: “Ganar la París-Roubaix, es la carrera que más me gusta. Pero no la he corrido nunca y estar en la selección de este equipo no es fácil. Sería un sueño correrla y hacerlo además al lado de Boonen en la carrera de su despedida”, como informa el gabinete de prensa de la ronda argentina.

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