Geraint Thomas: “Puedo ganar el Tour”

El estreno de Thomas © twitter

Geraint Thomas cree que puede pelear por el triunfo en el Tour

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Acaba de publicar su primer libro, ‘El mundo del ciclismo según G’ y estrena condición de casado. “Celebramos la despedida hace ya varios meses. Fue justo después del Tour de Francia. Nos juntamos varios de mis compañeros ciclistas y amigos que no tienen nada que ver con el ciclismo. En total, fuimos 25 y nos fuimos a Berlín. ¡Fue una locura! Mis amigos no ciclistas son buenos bebedores… de esos con barriga cervecera”, resume Gerain Thomas en una reciente entrevista en el diario británico The Guardian.

El galés reconoce que aquella despedida se le fue un poco de las manos. “Comenzamos el martes por la mañana en Cardiff y, después de mucha cerveza y algo de comida, el miércoles por la mañana no me encontraba demasiado bien en el aeropuerto de Bristol. Fue espectacular. A pesar de mi estado y de cómo iba vestido, la gente me reconocía y me paraba para felicitarme por el Tour de Francia”.

Un Tour, el de 2015, en el que se destapó como un perfecto plan B en el caso de que Chris Froome se vuelva a encontrar con la mala suerte como ya le sucediera en 2014. Terminó 15º, pero estuvo peleando por el podio hasta la 18ª etapa pese a ser plenamente consciente de que su rol era el de servir de lugarteniente a su jefe de filas. “Sabía que podía estar entre los mejores durante algunos días, pero hacerlo durante tanto tiempo fue algo extraordinario”, reconoce ahora. “Esto me ha dado la confianza para saber que si me centro al cien por cien en ser el plan B por detrás de Froomey y, por lo tanto, estoy protegido por el equipo, puedo tener un gran objetivo para el próximo año”. Todo ello hace que “efectivamente, pienso que ganar el Tour de Francia dentro de unos años es algo más realista de lo que pensaba hace tres meses. Si sigo mejorando, me centro por completo en ello y tengo un equipo mí alrededor, el objetivo es algo realista. Sobre todo, si el recorrido fuese bueno para mis características. Es algo excitante”.

Thomas juega, eso sí, al despiste respecto a sus opciones siempre que comparta equipo con Froome [su contrato con Sky vence al final de la próxima temporada]. Pregunta si sería posible que el conjunto inglés permitiera una pelea entre ambos o si siempre se marcaría con claridad quién debe de ser el jefe de filas, el galés asegura que “se pueden tener las dos cosas a la vez. Ambos somos lo suficientemente honestos como para reconocer si el otro está mejor y comprometernos con la situación. Yo lo haría y estoy seguro de que Chris también, pero reconozco que es algo complicado”.

Pese a ello, Thomas reconoce que la situación no sería tan incómoda como la vivida en 2012 entre Wiggins y Froome. “No hay nada de eso ahora. Este Tour de Francia fue muy divertido. Luke Rowe, Ian Stannard, Pete Kennaugh y yo crecimos corriendo juntos. Hacer el Tour con tus amigos supone una enorme diferencia. Luke y yo solíamos entrenar junto en el velódromo de Cardiff. Es surrealista que ahora estemos corriendo el Tour juntos y ganándolo con Froomey”.

Thomas tiene ahora 29 años y sabe que su mejor momento, si no ha llegado ya, está muy cercano. Por ello, su deseado rol de jefe de filas debería de ser una realidad en un futuro muy cercano, aunque “no veo a Froome desvaneciéndose tan pronto. Mi contrato con Sky termina la próxima temporada, pero por el momento no me planteo irme a otro sitio para ser el jefe de filas porque el Sky es el mejor lugar para aprender y para conseguir buenos resultados. Quizás, dentro de dos años sí que me pueda decir a mí mismo ‘ahora ya sé exactamente lo que hace falta y lo que estoy haciendo’ y si en ese momento tuviera que irme, lo haría”.

Buena parte de la decisión de que esa hipotética marcha de produzca o no la tendrá en sus manos Sir Dave Brailsford, alguien a quien Thomas ha definido alguna vez como “el padre de tu mejor amigo. Tengo la sensación de que siempre puedo hablar con él de manera muy sincera. Incluso cuando estamos en el momento más importante de una competición. Durante la pasada Vuelta a España hablamos muy seriamente sobre el futuro. Me siento muy cómodo hablando con él. Evidentemente, sé que es mi jefe, pero tenemos ese lazo que siempre estará ahí”. Una lazo que probablemente se retrotraiga al año 2008, cuando el equipo Sky ni tan siquiera existía y el año en el que Thomas se proclamó campeón olímpico de persecución por equipos. Fue entonces cuando Brailsford aseguró que Thomas era el corredor que con mayores garantías podía convertirse en el primer inglés en ganar el Tour de Francia. “No me lo creí. Pero, entonces vi a Brad [Wiggins] hacerlo y eso me cambió”.

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Thomas, tirando de Froome

Recordando el triunfo de Wiggins en el Tour de 2012, Thomas asegura que la preparación que llevó a Wiggo a la victoria “fue la cosa más impresionante que jamás he visto. Fue como si los entrenadores hubieran programado un software de ordenador y Brad lo hubiese seguido a la perfección. Come esto. Pedalea así de rápido o durante tanto tiempo. Duerme durante tantas horas. Brad era una especie de monje y ese año lo ganó todo”.

Thomas reconoce que la relación con Wiggins no es sencilla. “Habla conmigo de vez en cuando, pero es difícil de contactar. Incluso con la boda. Simplemente conseguir una respuesta por su parte a la invitación fue algo complicado. Pero, finalmente, me contestó y por supuesto que vino. Siempre le he admirado y sigue siendo un buen amigo. Uno un poco raro”.

Geraint Thomas, que se considera amigo de Wiggins, también lo es del hombre que en 2012 se convirtió en su némesis: Chris Froome. Sobre el actual dominador del Tour de Francia reconoce que “ahora es mucho más asertivo. Antes, con todo el respeto, era la broma constante en el equipo. Podías ver que tenía algo especial porque tenía ese motor realmente bueno, pero su conocimiento de este deporte era nulo. Incluso cuando Nibali se fue al Astana, llegó a preguntarnos ¿quién es ese chico nuevo del Astana? Ahora sí que está mucho más metido en ello. Sobre todo con sus rivales. Siempre sabe lo que está haciendo o lo que ha dicho Nibali. Eso es lo más impresionante de todo: está completamente al día de lo que dice la prensa. Lo lee todo, pero nada le afecta”.

Pese a que asegura que no le afecta, Thomas reconoce que durante el pasado Tour de Francia Chris Froome sí que vivió de una manera algo especial toda la polémica que se levantó a su alrededor. “Realmente, 2013 fue mucho más difícil, pero es cierto que durante la cena, cuando estaba solo con nosotros, se mostraba mucho más animado que ante las cámaras. Cuando Laurent Jalabert dijo aquello de que le parecía que Froome era de otro planeta, fue cuando se encendió dentro de él el fuego del odio. ¿Por qué nadie se mete con Nibali y Astana? ¿Por qué nadie cuestiona a Contador como a Froome? Eso me desconcierta. Froome ganó una gran etapa en el Tour, pero en el resto de etapas estuvo defendiendo el maillot. En realidad, no encendió la carrera. No hubo dudas respecto a cómo anduvo Quintana en la última semana. La gente simplemente decía ‘oh, es un gran escalador’, pero sobre Froome decían ‘seguro que está haciendo trampas’”.

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